"¿Por qué las fuentes están a metro y medio si los niños medimos menos?". Es una reclamación de un Consejo de Infancia. En Andalucía funcionan oficialmente en cinco Ciudades Amigas de la Infancia. Gracias a ellos, los parques de Umbrete tienen aparcamientos para bicis y el paseo marítimo de Puerto Real instalaciones deportivas.
El Día Internacional de la Infancia conmemora la aprobación el 20 de noviembre de 1989 de la Convención sobre los Derechos del Niño que reconoce, entre otros, "el derecho de expresar su opinión libremente" en los asuntos que les afectan y obliga a los Estados a darles oportunidad de participar "directamente o por medio de un representante o un órgano apropiado".
El jueves, muchos ayuntamientos y diputaciones celebraron plenos infantiles con motivo de la efemérides, pero hay ciudades donde los niños tienen voz propia permanentemente a través de Consejos de Infancia y buzones de sugerencias. Son Ciudades Amigas de la Infancia. En Andalucía, cinco localidades están reconocidas como tales por Unicef: Andújar y Marmolejo (ambas de Jaén), Puerto Real (Cádiz), Granada y Umbrete (Sevilla).
En Puerto Real (con 6.933 de sus 38.974 habitantes menores de 14 años), el Consejo de Infancia se reúne cada dos meses y está formado por representantes de los catorce centros escolares. Los colegios centran parte de sus demandas. "Se quejan del estado de los baños o piden mobiliario", explica la responsable del programa, Antonia Rodríguez. Aunque "no se les escucha tanto como ellos quieren", Rodríguez reconoce que sí han influido en decisiones como la instalación de badenes en la barriada de las 512 viviendas a raíz de sus denuncias tras un atropello, la mayor presencia policial en los parques o la inclusión de instalaciones deportivas en el paseo marítimo.
En Umbrete, habrá elecciones municipales en enero para renovar a los miembros del Consejo de Infancia. Están convocados a las urnas todos los niños de un pueblo de 6.779 habitantes, donde el 18% de su censo tiene menos de 14 años (1.234). "Son muy exigentes con los parques, avisan de los columpios rotos y pidieron aparcamientos de bicis", relata la coordinadora Mónica Pérez. Deciden sobre las actividades culturales del pueblo y recaudaron fondos para los animales abandonados. El alcalde, Joaquín Fernández, destaca que "son muy vigilantes con el mobiliario urbano" y afirma que prueba de su influencia es que el pueblo ha pasado de tener cinco a 15 parques en tres años.
