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Oliver dice que atiende a los hombres de la jueza sólo "por cortesía"

El consejo del miércoles demostró una vez más que en el Betis manda Luis Oliver. Y en sus palabras se nota que lo sabe. El consejero deportivo dice que "gracias a Dios" que los consejeros le "hacen caso".

el 26 ago 2010 / 22:55 h.

Luis Oliver, el miércoles.
Las decisiones que adoptó el consejo de administración del Betis no han satisfecho a casi nadie fuera del club. La reunión del miércoles, de hecho, también fue cualquier cosa menos pacífica y unánime. La tensión fue constante y de hecho el vicepresidente Rufino González fue echado (que no destituido) del cónclave a instancias del bando capitaneado por Luis Oliver. El propio empresario navarro criticó ayer con extrema dureza al directivo, al que llamó "loperita pequeño". Incluso desveló que ha interpuesto una querella criminal contra él. Y si los protagonistas son los administradores de las acciones de Farusa, Oliver tampoco se queda corto: vino a decir que los atiende sólo "por cortesía".

Oliver, que habló en Canal Sur, empezó explicando por qué la mayoría de consejeros eligió la vía de la ley concursal. Él se abstuvo, por cierto. "Los consejeros, para salvar su responsabilidad y proteger el patrimonio del Betis, convocan esa especie de preconcursal para que nadie pueda embargar nada. Si el Betis está o no en quiebra lo sabremos en un mes o mes y medio, cuando acabemos la auditoría", dijo el navarro. Al contrario de lo que piensa la oposición y lo que temen algunos jugadores, "lo único que significa es que protegemos el salario del futbolista", argumentó Oliver.

Recurrir al concurso de acreedores es el resultado de la gestión de Manuel Ruiz de Lopera. Oliver, sin embargo, le compró sus acciones. "Estoy seguro de que [en la auditoría] va a  salir alguna cosita que él no nos dijo", se defendió Oliver, que añadió: "Lopera ni pincha ni corta, es un cuchara en el Betis".

Tras semejante perla pasó a revelar sus planes originales, que pasaban por una ampliación de capital o pedir un préstamo, pero se topó con un club "en una dinámica horrorosa". Y a partir de aquí, atención a sus críticas a los jugadores: "Era un equipo de mercenarios jubilados, de gente que venía a pasar sus últimos años ganando mucho dinero. Y algunos eran malas personas y no querían subir; estoy convencido porque los he conocido". Eso sí, salvó a "los que se han quedado".

El estado del Betis roza el caos, pero Oliver desaconseja la medida que todos en la oposición ven más plausible: la intervención judicial. "Cuando un club se maneja en sede judicial, el fracaso está asegurado", advirtió. Y de ahí pasó a criticar a los tres administradores elegidos por la jueza Alaya para hacerse cargo del paquete accionarial de Farusa: "Sólo pueden ejercer en la junta general de accionistas. Pero como somos tan buena gente les estamos dando todo tipo de papeles. El economista [Luis Ruiz de Huidobro], además, aún no ha tomado posesión, y este señor [Juan Manuel Gómez Porrúa] es abogado y no está capacitado para manejar esa información que exige. En el club se les atiende por cortesía".

En cuanto a la junta extraordinaria, Oliver admitió que él habría preferido hacerla coincidir con la ordinaria. "Había tres fechas posibles: el 30 de octubre, el 30 de noviembre o el 30 de diciembre, que es la que queríamos los más sensatos. Así, además, ahorraba 12.000 euros al Betis [por el alquiler del salón del hotel]. Ahora estaremos colapsados todo noviembre y todo diciembre", auguró. El consejero deportivo negó que dé por hecho que la Audiencia va a fallar a favor de Lopera y la Fiscalía, pero... "Todas las medidas cautelares se levantarán. Nosotros compramos las acciones y tarde o temprano nos vendrán".

Hubo más. Oliver llegó a decir que "gracias a Dios" que los consejeros le "hacen caso", porque "todos son gente puesta por Lopera"; que es "el tercero o cuarto del consejo que más acciones tiene"; y que ha "ahorrado dos millones al Betis en dos meses". Hasta se comparó con Benito Villamarín: "Era gallego y yo soy navarro. ¿Por qué no puedo ser el segundo mejor presidente de la historia, tras Villamarín?".

Rufino González fue capítulo aparte: "Ha contado mentiras. Quería hacerme daño y dijo que presenté al Betis una factura de 900 euros por un almuerzo. Yo pago todas mis comidas y rompo todas las facturas", replicó Oliver, que agregó: "Se cree que es un loperita pequeño y cuando pierde las votaciones se va. Su presencia no me es agradable".

LOS AMIGOS DE OLIVER.
Oliver acabó hablando de su socio Manuel Recio, un hombre que llegó a ser presidente circunstancial del Sevilla. "Es sevillista -reconoció- y no puede venir al Betis. Es colaborador nuestro, pero no puede entrar en el consejo, ¡hasta ahí podíamos llegar!", proclamó.

Y hablando de amigos de Oliver, otro es Eduardo Peña, el consejero que sustituirá a José María Blanco. Se trata de un joven muy conocido en Jerez por su trabajo en unas bodegas y algún negocio de ocio nocturno, pero lo curioso es que Oliver lo conoció cuando era miembro de un grupo flamenco que animaba las fiestas de gente pudiente, según reveló ayer muchodeporte.com. Ahora será consejero del Betis.

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