Luis Oliver dio el martes por la noche un paso más en su escalada de declaraciones contra la jueza Mercedes Alaya, que de momento no tiene ninguna causa contra él pero que sí embargó las acciones que el navarro asegura que compró a Manuel Ruiz de Lopera. En la peña bética de Utrera, en una etapa más de su cruzada en busca de acciones, el consejero deportivo del Betis se ganó todos los titulares habidos y por haber con esta parrafada: "Nosotros no somos testaferros de Lopera, y nadie puede demostrar una cosa cuando no lo es; es imposible. ¡Si tengo cincuenta guardias civiles investigándome...! Abro un cajón y me sale un guardia civil. Ni los nazis hacían lo que hace esta loca".
La "loca", según Oliver, es Alaya, y lo que ha hecho que tanto le disgusta es pedir un informe a la Benemérita sobre la venta de los títulos de Farusa a Bitton Sport. Las conclusiones están a punto de conocerse y los primeros datos apuntan a que la Guardia Civil cree que detrás de Bitton Sport no existe ninguno de esos "poderosos inversores" de los que a menudo habla Oliver. La magistrada ya tuvo en su día un anticipo de ese informe y solicitó una ampliación en vista de noticias como la demanda de Lopera contra Bitton por impago. El caso es que el informe no sólo confirma las sospechas de la magistrada de que en el Betis sigue mandando Lopera (así lo expuso cuando desestimó el recurso de la defensa contra las medidas cautelares impuestas al ex máximo accionista), sino que es bastante rotundo y puede derivar en la imputación de Oliver, según fuentes próximas al caso. Las novedades en este sentido son inminentes y la opinión de todos los grupos personados en la causa es que el exabrupto del navarro obecede precisamente a su "nerviosismo" por un informe que puede desmontar toda su operación.
A partir de ahora habrá que ver si la jueza o el Ministerio Fiscal emprenden algún tipo de acción. El ex alcalde de Jerez, Pedro Pacheco (enemigo declarado de Oliver, por cierto), fue condenado a seis años de inhabilitación por desacato tras aquella famosa frase de "la Justicia es un cachondeo", aunque el Tribunal Supremo lo absolvió finalmente. Los administradores judiciales de las acciones de Farusa no piensan actuar al respecto. "Muy afortunadas no son las declaraciones, pero no vamos a entrar en dimes y diretes. El señor Oliver es responsable de lo que dice. A nosotros no nos van a encontrar en ese terreno. Si la jueza lo cree oportuno o el fiscal actúa de oficio, los tribunales decidirán, pero a nosotros nos importan más otras cosas, como la ley concursal", expone Juan Manuel Gómez Porrúa.
El Betis, por su parte, trató de apaciguar la enorme repercusión de las palabras de su consejero deportivo con un comunicado divulgado ayer en el que defiende que el contexto donde el navarro comparó a la magistrada con los nazis era "una reunión privada". También asegura que no tenía "constancia" de que la conversación, "en la que se hablaba de forma coloquial", estaba siendo grabada y alude a "la legítima libertad de expresión". Según se ve en las imágenes, Oliver habló con dos micrófonos delante. El club, por último recalca su "profundo respeto a la persona y al trabajo de la señora jueza".
ROSETY DESMIENTE TODO. A Oliver se le complica el futuro en el Betis, y no sólo por culpa de su salida de tono. Uno de los hombres que el navarro dejó caer que podría formar parte de Bitton, el periodista Gaspar Rosety, emitió ayer un desmentido "radical y rotundo" en el que niega cualquier relación con Oliver, Juan Villalonga o Mario Conde. "Jamás he tomado parte en ningún movimiento destinado a la compra del Betis, ni como inversor ni como asesor ni en ninguna otra función", asegura el actual director de Medios de la Federación Española de Fútbol". -->-->-->
