Según el informe de Patrimonio, los terrenos objeto de la intervención están ubicados dentro de la Zona Arqueológica de Gandul, declarada Bien de Interés Cultural y que, por tanto, gozan de la máxima protección.
La actividad propuesta por la marquesa requiere el empleo de maquinaria, y, según el informe, "afectaría negativamente a los restos arqueológicos que se encuentran bajo la superficie de casi 42 hectáreas de palmitos".
En el documento se explica que las labores agrícolas que se han realizado en reiteradas ocasiones, también con entresacas de palmitos, han desencadenado consecuencias "muy negativas" sobre los valores patrimoniales ya que sacan a la luz objetos de gran valor histórico que son expoliados de inmediato. De esta forma, la Comisión de Patrimonio coincide con el Ayuntamiento en la importancia que tienen los palmitos en su valor paisajístico y los restos arqueológicos en el cultural.
Bajo estas 42 hectáreas se encuentra parte de la ampliación de la ciudad romana, que inicialmente se desarrolló sobre la meseta de El Toruño. También hay una vía funeraria, a lo largo de la cual se extendía una de las necrópolis y algunos edificios públicos, como el anfiteatro.
Se da la circunstancia de que la extracción de palmitos ha sido denunciada en distintas ocasiones por los ecologistas de Alwadi-ira que critican la deforestación del terreno.