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Pletórico y caluroso arranque de los seis días de gloria

El Ayuntamiento puso ayer en marcha la ‘operación farolillo’ ante la bonanza del tiempo

el 03 may 2011 / 18:29 h.

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Después de una intensa noche del pescaíto -dicen que con menos gente que otros años debido a que hubo quien prefirió convertir la cena en almuerzo aprovechando el lunes festivo-, posiblemente fueran ellas las primeras en pisar el Real el martes de Feria. Desde las siete de la mañana, varias cuadrillas de faroleras, a bordo de una decena de camiones, hicieron suyas las calles de albero para revestir las bombillas de este campamento festivo de sus correspondientes adornos de papel. Se iniciaba de esta forma, casi con nocturnidad y a contrarreloj, la operación farolillo, posible sólo desde ayer gracias a la mejora de los partes meteorológicos que auguran definitivamente un tiempo estable para lo que resta de semana.

A pesar del madrugón, a Tamara, 27 años, vecina de las Tres Mil Viviendas, casada y con dos niños, no se le borra la sonrisa del rostro. "Llevo cuatro años viniendo. Ya nos conocen y llaman a las mismas", apunta guardando el equilibrio desde lo alto de un andamio de tubos mientras, al ritmo parsimonioso que marca el camión, viste el Real de farolillos blancos y naranjas. La jornada de trabajo se prevé dura. "Desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde, con una hora para desayunar y otra para comer". Sobre todo, rebasado el mediodía, cuando los 24 grados que alcanzó de máxima el termómetro dijeron aquí estoy yo. Pero ellas, mujeres jóvenes procedentes en su mayoría de barrios marginales, no pierden el humor. Hasta se atreven con unas palmas por bulerías y una letrilla que dice:"Soy la farolera/ pego farolillos a mi manera/ coge los farolillos sin que te muelas (...)".

La denominada operación farollillo se inició por las calles exteriores del Real. Curro Romero, Costillares, Ignacio Sánchez Mejías, Espartero, Pepe Hillo... Ayer se colocaron casi la mitad de los 200.000 farolillos que adornarán las calles del Real de Los Remedios, mientras que hoy se completará la maniobra con el revestimiento de las doce manzanas centrales de la Feria.

El de ayer, 33 de abril, fue un martes de Feria radiante, con el mercurio al alza, con un extraordinario ambiente en las casetas, pero alejado quizás de esas otras puestas de largo, señaladas con un festivo local, en las que no cabía un alfiler ni dentro ni fuera de las lonas rayadas, y el paseo de caballos, carrusel de vanidades, se convertía en un atasco permanente. Hubo gente, es cierto. Había ganas de Feria, también es cierto. Y hasta en momentos puntuales se produjeron ligeras colas en los puntos de entrada de los carruajes al Real, pero no fue una premiere de grandes aglomeraciones. ¿Será que hay que racionar el bolsillo?

Desde bien temprano, los primeros trajes de flamenca llenaron de color el Real y, ya a media mañana, en las trastiendas de las casetas, la actividad se hacía intensa entre fogones para preparar el menú del mediodía, hora de los almuerzos y recepciones. Un paseo por las cocinas revela que en la Feria no se renuncia al buen yantar.La carta feriante es de lo más variada: menudo, flamenquines, papas con choco, habas con jamón, croquetas, pijotas, salmonentes, sin olvidar la muy reiterada, socorrida y siempre engollipante tortilla de patatas. No hay duda. Si Miss Aurori es la reina del Circo Mundial, la tortilla de papas es la reina de los menús de las casetas. Palabra de feriante.

Por segundo año consecutivo, la empresa Catering Medinaceli, regentada por el archicofrade matrimonio que conforman la consejera de la sección de Glorias del Consejo de Hermandades, Esther Ortego, y el teniente de alcalde de Los Negritos, José Luis Pizarro, es la encargada de servir las recepciones de la caseta municipal. Ahí es nada. Este año se han atrevido a innovar con dos nuevas recetas cuya elaboración ha sido posible gracias a la cesión de los excelentes productos de la tierra realizada por el Consejo Regulador de la Denominación Específica Espárrago de Huétor Tájar: un delicioso aperitivo de espáragos envueltos en jamón y una nutritiva cazuela de revueltos de espárragos. Todo un acierto.

La prohibición de fumar por vez primera en el interior de las casetas hace extrañas parejas a las puertas de las mismas. Con todo, siempre hay fumadores empedernidos que le ven el lado positivo a esta privación. "Es una Feria magnífica para dejar el tabaco, porque entre que no se puede fumar dentro de las casetas y el precio al que se cotiza el paquete de Chester ahí afuera... ya me dirás".
La lluvia de los últimos días ha asentado el albero hasta dejarlo convertido casi en una alfombra compacta y sin grandes rastros de charcos. Da gusto pasear por las aceras sin llevarse a casa adherida a los zapatos su media ración de albero en polvo.

A Rosamar Prieto-Castro, delegada de Fiestas Mayores, le tocaba ayer estrenar indumentaria. Salió de casa con un nuevo traje, un elegante modelo de Paco Molina realizado en gasa verde con dibujos y lunares malvas. Pero un pequeño accidente en el ascensor le hizo volver sobre sus pasos para enfundarse uno de los trajes que estrenó el año pasado. Como buena anfitriona, ayer, día fijado para la recepción en la caseta municipal a las hermandades de Sevilla, la responsable de Fiestas Mayores no paró de dar la bienvenida a diestro y siniestro. Si ya el día del pregón de la Semana Santa los cofrades le agradecieron su gestión en estos últimos cuatro años al frente de Fiestas Mayores con una sincera y larga ovación, la mención especial que ha recaído sobre ella en los recientes premios Demófilo ha terminado por emocionar a esta granadina. "Que me den un premio Demófilo a mi persona...
a mí que no soy artesana ni nada de eso, la verdad es para estar emocionada. Agradezco muchísimo esta distinción, que sé que ha sido promovida por José María Ruiz, el hermano mayor del Cachorro, y aprobada por unanimidad del jurado".

Tras un caluroso mediodía, con las casetas ambientadas por el hilo musical de las sevillanas, la Feria duerme la siesta a la espera de que los clarines de la Maestranza, desde el Paseo de Colón, vuelvan a despertarla de este intranquilo duermevelas. Es la hora en que los caballistas retienen sus monturas al aguardo de una sombra y las atracciones infantiles de la Calle del Infierno hacen su agosto. A las ocho de la tarde finaliza el paseo de caballos. Comienza la Feria nocturna. Pertrechados de globos y algún que otro peluche, los papás emprenden la procesión de regreso a casa empujando algún que otro carrito. El primer día de Feria ya es historia. La de hoy se la contaremos mañana.

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