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Poco ruido y menos nueces en las puertas del Ayuntamiento

Varios colectivos de trabajadores municipales se concentraron frente al Consistorio, aunque sus reivindicaciones fueron silenciosas e incluso fugaces, como la de los policías locales.

el 22 oct 2010 / 15:50 h.

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Se preveía una gran algarada en la Plaza Nueva para antes y durante el Pleno municipal de este viernes, aunque al final fue más el ruido del anuncio que el de los manifestantes que acudieron a las puertas del Ayuntamiento a exigir al Gobierno local que se comprometa a solucionar sus problemas.

Poco antes de las 10 de la mañana, hora de comienzo del Pleno, el trasiego delante de la Casa Consistorial era tan sólo algo mayor que el habitual. Hasta allí sólo se habían acercado algunos de los que ya se pueden considerar parroquianos de la plaza: los policías localesy una representación del colectivo de trabajadores eventuales de Tussam, que puso un hilo musical a la mañana.

Así transcurrieron las horas delante del Ayuntamiento, entre Bon Jovi, los Mojinos Escozíos, las bromas de los eventuales y, de vez en cuando, algún silbato que se colaba entre las guitarras -no demasiado estridentes- y que finalmente quedaba en una ráfaga aguda, mucho más ruido que el que hicieron los altavoces de los policías municipales, siempre preparados pero desconectados durante toda la mañana.

Hasta que, tras haber estado debatiendo entre ellos en una asamblea improvisada en medio de la Plaza, se fueron por donde habían venido y con la misma discreción que habían demostrado durante dos horas. Podría decirse que casi se esfumaron. De ahí la sorpresa de los eventuales de Tussam cuando descubrieron que estaban solos. "Algo les habrán dado cuando se han ido tan calladitos", comentaba uno de ellos, en tono de broma.

Todavía no había pasado la sorpresa por el truco de teletransporte de los municipales cuando del Ayuntamiento salió un grupo de trabajadores de Aussa que habían ido a protestar contra la ordenanza que da potestad a los gruistas para retirar vehículos sin orden policial, que se votaba en ese mismo Pleno. Ellos, en cambio, se mostraban tranquilos, y así lo transmitió Santiago López, su portavoz. "No pueden implantar esta norma si el colectivo de gruistas se niega; así ha sucedido en otras ciudades", sostiene.

Las campanas del Consistorio marcaban ya el mediodía, y en la Plaza Nueva ya estaba venido todo el pescado. Pescado a falta de las nueces que por ningún lado se vieron ni ruido dejaron siquiera. Y así transcurrió una nueva jornada bajo la mirada atenta de San Fernando, señor y juez silente e inmutable de la historia de los días sevillanos.

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