PSOE y PP han dejado claro que el debate político a la vuelta de las vacaciones seguirá caliente. El miércoles se enzarzaron en reproches por el uso "electoral" de los casos de corrupción en Marbella y Estepona. La bronca en el Parlamento incluyó insultos y llamada al orden de la presidenta.
La Diputación Permanente -el órgano que vela por el poder del Parlamento en vacaciones- se reunió el miércoles para votar la petición del PP de celebrar un pleno extraordinario para debatir la disolución del Ayuntamiento de Estepona y la solicitud, a propuesta de la oposición, de comparecencia de Chaves para hablar de la crisis económica. Ambas iniciativas fueron rechazadas gracias a la mayoría socialista.
Los grupos aprovecharon la convocatoria para echarse en cara las "contradicciones" y el uso "electoral" de los casos de corrupción en Estepona, Marbella y Alahurín. Y quedó claro que a la vuelta del verano el debate político andaluz seguirá encendido.
El PP no perdió oportunidad y en su único turno de palabra -estos formatos no contemplan réplica- acusó a los socialistas de querer gobernar en Estepona a toda costa y de tener un "pacto oculto" con los concejales imputados en la trama Astapa para mantener el poder. "Es de un cinismo intolerable. Ustedes llegaron tarde y mal a Marbella y ahora temen la democracia en Estepona. ¿Qué tienen que ocultar?", preguntó Antonio Sanz, secretario general del PP-A. Por culpa de la "manga ancha" de la Junta, aseguró, "ahora la ciudad está paralizada e ingobernable".
Manuel Gracia, portavoz socialista en el Parlamento, tildó esa acusación de "insidia y manipulación". "Sanz habla de un pacto oculto, algo que no se puede demostrar. Hemos llegado al terreno más noble de la política", ironizó. Entonces Gracia tomó el testigo de los reproches. Aclaró que los ediles socialistas implicados por corrupción ya han sido expulsados del partido porque el PSOE "no mantiene en sus filas a imputados", algo, dijo, que el PP no ha hecho con su alcalde en Alhaurín El Grande, Juan Martín Serón, en su día detenido por presuntos delitos urbanísticos.
Contradicciones . Gracia defendió que no es oportuno disolver la corporación de Estepona y marcó distancias con el caso de Marbella. Al hilo de eso, recordó que el ex ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, se opuso a romper el consistorio marbellí y comulgó con los controles urbanísticos de la Junta.
El dirigente popular reclamó la palabra por alusiones y logró arrancarle un minuto a la presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves. Matizó que nunca alabó los controles de la Junta porque "eran y son un desastre" y lamentó que ahora el PSOE quiere "mantener un gobierno bajo sospecha".
Mientras, Diego Valderas, coordinador de IU, que apostó por un gobierno de "manos limpias", exigía a Coves otro turno de palabra. Gracia eludió intervenir. "No se lo merecen porque tienen muy poca vergüenza", sentenció. Sanz y Arenas exigieron que retirara el "insulto" y el socialista se retractó. La reunión acabó con una llamada al orden de la presidenta, que calificó el debate de "escándalo impropio".
