Economía

Renault baja la producción para evitar más paros

La factoría de Renault en San Jerónimo volverá a reducir su ritmo de producción de cajas de cambios para no tener que recurrir a nuevos paros forzosos. Así, la familia J se mantendrá a un tercio de su capacidad, mientras que la TL4 (de seis velocidades) permanece al 75%.

el 15 sep 2009 / 18:28 h.

La factoría de Renault en San Jerónimo volverá a reducir su ritmo de producción de cajas de cambios para no tener que recurrir a nuevos paros forzosos. Así, la familia J se mantendrá a un tercio de su capacidad, mientras que la TL4 (de seis velocidades) permanece al 75%.

El actual contexto de desplome de las ventas de automóviles, con un descenso medio del 40%, ha llevado al grupo automovilístico francés -al igual que la mayoría de fabricantes- a tomar en las últimas semanas la decisión de bajar su volumen de producción y a intentar dar salida al stock acumulado.

Hay que ajustar, por tanto, la mano de obra al nuevo ritmo de trabajo impuesto, lo que se traduce en recorte de turnos y obliga a hacer uso a las medidas de flexibilización pactadas en el convenio para huir de otras como el expediente de regulación de empleo (ERE).

Y, en la planta sevillana de San Jerónimo, donde se fabrican cajas de cambios (de las que el 80% se destina a exportación con destino otras plantas del grupo), rebajará un poco más su volumen productor a partir de hoy, de manera que se fabricarán 1.200 unidades de la familia de cajas J (el modelo más antiguo) cuando su capacidad alcanza las 3.350. O lo que es lo mismo, se reduce a un tercio. En la caja de seis velocidades, la TL4, continuarán trabajando dos turnos y medio, al 75% de la capacidad de la línea de producción, según explica Manuel Franco, secretario del comité de empresa. La planta produce 6.700 cajas de cambios semanales, frente a 12.000, lo que implica que está algo por encima de la mitad de su capacidad.

Se trata de ajustar la producción a la situación real del mercado y es una manera de evitar otro tipo de medidas más traumáticas, reseña.

Dentro de lo incierto que se presenta el futuro en el sector de la automoción, en el que se han disparado los ERE y los paros productivos, Franco lanza un mensaje de confianza. Tras mantener una reunión con responsables de la firma del rombo, las previsiones apuntan a que la compañía cerrará con un ligero aumento (del 2,5%) de los beneficios, dato que contrasta con las abultadas pérdidas que están asumiendo otros grandes fabricantes del motor.

Además, puntualiza que en el plan trienal previsto por la firma "no hay grandes cambios ni en inversiones ni en productos", aunque, eso sí, enfatiza la necesidad de establecer unas líneas de contención de gastos y ahorro de costes.

Y ya, más cerca, en Sevilla, se estima que el mercado repunte a partir del último trimestre de 2009, de modo que el proyecto estrella que produce San Jerónimo, la TL4, volverá a estar a pleno rendimiento.

Por su parte, fuentes de la planta sevillana señalaron la semana pasada, cuando se conmemoró el cincuentenario de la fabricación de las primeras cajas de velocidades, que no están previstos nuevos paros forzosos de actividad, como el que tuvo lugar a finales de octubre. Entonces, la práctica totalidad de la plantilla estuvo una semana sin ir a trabajar para adaptarse a la demanda.

Es lo que se llama la bolsa de horas. Una medida de flexibilidad, pactada con los sindicatos, que permite trabajar los sábados cuando hay mucha carga y dar días de descanso obligatorios si la situación es la contraria. Esa bolsa contempla un máximo de 35 días en positivo y 25 en negativo.

Manuel Franco explica que ya hay actividades en las que se ha agotado ese cupo, sin embargo, la intención de la empresa es adaptar la producción y no negociar una ampliación de la bolsa de horas antes de final de año.

Ahora los ojos están puestos en ver qué tipo de ayudas se desarrollarán para el sector del automóvil, una de las mayores víctimas de la crisis actual. Tras la cumbre del G-20, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, precisó que no serán proteccionistas, pero que mirarán al futuro. Lo que está claro es que Europa está diseñando medidas específicas, después del SOS lanzado por los fabricantes estadounidenses a su Gobierno y que le supondría una merma de competitividad.

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