El presunto cerebro de la trama de corrupción municipal en Marbella, Juan Antonio Roca, aseguró ayer en el juicio por Malaya que en ningún momento ha tratado de ocultar que su patrimonio o el de sus sociedades era suyo. "Disfrutaba perfectamente a ojos de todos de que eran míos", afirmó, asegurando que se diseñó una reestructuración de su grupo empresarial poniendo las sociedades a nombre de sus hijos.
Roca negó las tesis de las acusaciones de que intentó crear una estructura societaria para poner velos a sus inversiones. "Si yo tratara de ocultar que era el verdadero propietario, no hago en 2005 que se escrituren sociedades a nombre de mis hijos", explicó Roca, que siguió ayer contestando a las preguntas del fiscal Anticorrupción.
Dijo que cuando el responsable del gabinete jurídico que administraba la mayoría de sus empresas, Manuel Sánchez Zubizarreta, también acusado, le comunicó que quería retirarse, "yo iba a coger directamente parte" de lo que se llevaba desde ese despacho.
Así, se llegó a escriturar a favor de sus dos hijos cuatro empresas, con el objetivo de "trasladar todas las acciones de las sociedades a éstas". Roca indicó que esta nueva estructura, que iba a sustituir a la anterior, se estuvo preparando meses, una vez dejó de estar inhabilitado, y afirmó que con los fondos transmitidos por él anualmente -3.000 o 4.000 euros- a cuentas de sus hijos desde que nacieron "se pensaba pagar al gabinete el desembolso de las acciones, pero no se pudo llevar a cabo", por el desarrollo de Malaya.
"No existe ninguna posibilidad de que mis hijos al hacer esa compra entren en ningún tipo de delito", indicó el presunto cerebro de la trama, quien apuntó ante el tribunal que éstos aportaron "bienes suyos, es decir, dinero que previamente les había dado su padre durante 18 años para comprar unas acciones de sociedades de su padre".
Roca reconoció durante su declaración del pasado martes haber amasado una fortuna de 210 millones de euros.
