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Sánchez Vicario enseña a ganar en la vida como en la Davis

Emilio Sánchez Vicario, capitán de Copa Davis en la histórica final de 2008 en Argentina que dio a España su tercera Ensaladera, presentó ayer en Sevilla el libro "Soñar para ganar", donde explica las claves psicológicas del triunfo y su posible extrapolación a la vida diaria.

el 30 nov 2009 / 22:32 h.

"No, no quiero jugar con esta mierda, me quiero ir a mi casa". Fue la respuesta que Fernando Verdasco le dio al capitán de Copa Davis en el cuarto partido de la final de 2008 en el pabellón Islas Malvinas de Mar del Plata. El relato de la batalla psicológica que mantuvo Emilio Sánchez Vicario con el que minutos más tarde se convertiría en el gran héroe preña las páginas de "Soñar para ganar" (Editorial Temas de Hoy), el libro que ha escrito el que fuera referente del tenis español en la década de los 80 junto con el psicólogo gallego afincado en Sevilla Bruno Moioli, y que ayer fue presentado en el Real Club Tenis Betis. Los textos están formulados como una crónica en primera persona que desvela secretos de vestuario al hilo de las claves psicológicas para alcanzar el éxito en un contexto de máxima dificultad.

El próximo viernes España iniciará precisamente, justo un año después, la conquista de una nueva Ensaladera en Barcelona, en unas condiciones realmente diferentes. "Lo que me queda en el recuerdo fue el momento de paz después de conseguir el objetivo, después de un trabajo muy duro", decía ayer Sánchez Vicario mientras perdía la mirada y esbozaba una sonrisa. Nadie apostaba por la victoria después de la baja por lesión de Rafa Nadal, en la peor superficie posible, ante un equipo potente como Argentina alentado por su hinchada. Incluso, meses antes, nadie daba un duro por el capitán impuesto por el presidente de la Federación Española, Pedro Muñoz, cuando los jugadores preferían a Albert Costa por una cuestión de cercanía, de confianza. Muchos partidos por librar antes de empezar a jugar."Fue todo un poco difícil, al principio yo no estaba tan natural, pero igual todos esos problemas ayudaron a crear una relación más fuerte. Soy de los que piensa que las cosas no pasan porque sí, y yo me quedé con lo positivo, lancé un mensaje de optimismo y eso ayudó a que fuese una historia con final feliz".

El mayor de la saga Sánchez Vicario, con doce años como jugador de Copa Davis, tuvo claro en la encrucijada de la guerra entre el ínclito Muñoz y los jugadores, con la sonada polémica de los mensajes SMS, en qué lado de la trinchera debía estar. En el libro, no obstante, agradece a Muñoz que le diese la oportunidad. "Yo diría que de las situaciones duras se aprende más. Tuve que tomar decisiones difíciles, pero si te sientes presionado mejor no estar".Acabó por revertir la situación de desconfianza de los jugadores hacia él, formando un grupo compacto que creyó en la victoria y que rompió muros psicológicos. Fue el caso de Fernando Verdasco, con fama de fallar en las situaciones límite. A partir del paralelo que le dio la victoria ante José Acasuso, surgió otro jugador, que ha acabado el año entre los 8 mejores del mundo. "La diferencia del Verdasco de antes y el de ahora está en su trabajo y en las victorias, que le han dado confianza. Lo necesitaba y me hace ilusión haber colaborado en ello. Ahora le falta el salto psicológico para ganar a los del top 5".

"Verdasco se puso a jugar contra el público, contra sí mismo, contra mí, contra todos...así no podía ganar, me puse en pie y me peleé con él, nadie se dio cuenta. Si no quieres hacerlo por ti, hazlo por nosotros, por David Ferrer que debía estar aquí en tu lugar y está ahí animándote, hazlo por tu país. No hagas cosas importantes, hazlo fácil, no hagas nada más. Fernando volvió y acabó matando a palos a Chucho (Acasuso)...". Es una de las intrahistorias de aquella final, de la que en el libro, prologado por Rafa Nadal, se extraen varias conclusiones en claves de autoayuda: no perder nunca el optimismo; el error está dentro del éxito; los problemas son fuentes de oportunidad, buscar alternativas en la derrota, creer en uno mismo...

Emilio Sánchez Vicario no cree que el reciente Masters, donde ni Nadal ni Verdasco han logrado ganar un solo partido pueda hacerlos entrar en dudas de cara a la final de la Davis. "Rafa es un jugador que necesita tener ritmo y el parón que ha tenido es complicado. Tiene que evolucionar cosas en su juego, pero si físicamente está bien, de cabeza es el mejor. Y en Barcelona, en tierra, será el de siempre".

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