Local

Sarkozy se atreve con la TV pública

Ese cambio que plantea Sarkozy implica, entre otras cosas, la desaparición de la publicidad de los medios de comunicación de titularidad estatal. A Nicolás Sarkozy no parece que le reste mucho tiempo la dedicación a su actual novia -lo cuál, después de verla, tiene su mérito- y no sólo...

el 14 sep 2009 / 22:34 h.

TAGS:

Ese cambio que plantea Sarkozy implica, entre otras cosas, la desaparición de la publicidad de los medios de comunicación de titularidad estatal. A Nicolás Sarkozy no parece que le reste mucho tiempo la dedicación a su actual novia -lo cuál, después de verla, tiene su mérito- y no sólo mantiene una casi increíble hiperactividad, sino que, además, se atreve con el planteamiento de proyectos ambiciosos, algunos de los cuáles suponen reformas en profundidad. Y uno de ellos, es el cambio de modelo de la radio y televisión pública, acercándolo a los esquemas de la BBC británica, y esto es un paso que refleja una valentía política del presidente francés.

Ese cambio que plantea Sarkozy implica, entre otras cosas, la desaparición de la publicidad de los medios de comunicación estatales, cuya financiación se conseguiría a través de una nueva tasa sobre operadores de telefonía e internet, así como sobre el aumento de los ingresos que lógicamente, obtendrían las cadenas privadas que, en principio serían las grandes beneficiadas del proyecto, como ha demostrado su subida en bolsa después del anuncio del presidente.

Este es un debate, el de la financiación de las televisiones públicas que, en España, nunca ha pasado de enunciados artificiales y que, por una razón u otra ha sido relegado siempre para mejor ocasión, pero esa ocasión nunca se ha presentado, probablemente porque nadie haya tenido verdadero interés en que se produjera, ni se ha encontrado el suficiente consenso político para llevarlo a cabo. Pero lo cierto es que se trata de un debate necesario, que tiene que hacerse no solo para la televisión estatal sino también en torno a las cadenas autonómicas. Tanto unas como otras, se nutren principalmente de las aportaciones públicas, algunas directamente con partidas presupuestarias como es el caso de Andalucía, y otras utilizando fórmulas más sofisticadas, pero cuyo fondo de reserva es el mismo.

La verdad es que no resulta muy justificable que una empresa de titularidad pública, con un altísimo porcentaje de ingresos procedentes de los erarios oficiales compitan en el mercado publicitario, y en las mismas condiciones, con las cadenas privadas, que sólo tienen esa fuente de financiación. Y esto supone inconvenientes para las dos partes, porque mientras, para las privadas, esa rivalidad en los mercados le resta cuota publicitaria, a las públicas les obliga, por aquello de las audiencias a ofrecer productos difícilmente encajables en los esquemas de una televisión pública.

Así que no estaría de más el observar atentamente lo que se hace en Francia y convencernos de que aquí, tarde o temprano, tendremos que entrar en el debate, no ya solo de la financiación sino de lo que esto conlleva que no es otra cosa que un cambio profundo en los modelos de televisiones y radios de titularidad pública, a las que hay que preservar, no solo de la ingerencia de los poderes políticos, sino también de las presiones de grupos económicos, o de la necesidad de la consecución de cuotas de audiencia al precio que sea. Y ese precio, en ocasiones ni puede ni debe ser asumido por un medio público.

Como tenemos tiempo, hasta después de las elecciones, de pensar en el asunto tomemos nota de que ése si, Sarkozy se atreve con la televisión pública.

Juan Ojeda Sanz es periodista

  • 1