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Se busca un puntito; por si acaso...

Las matemáticas dan al Betis una remotísima posibilidad de descender, pero si hay un especialista en carambolas increíbles, ese es el club verdiblanco.

el 29 abr 2012 / 21:28 h.

Amaya ve tarjeta amarilla en presencia de Koke.
No hay en la historia del cine, ni por supuesto en la del fútbol, ningún guionista capaz de idear un argumento más enrevesado, ilógico, tambaleante, extremoso, imprevisible y, en definitiva, raro, raro y raro que el del Betis-Atlético de Madrid, la temporada del Betis y en general la historia del Betis desde el principio de todo, en septiembre de 1907. El conjunto verdiblanco perpetró ayer una de las actuaciones más pusilánimes y lamentables de todo el curso y mereció ser goleado. También mereció ser castigado con un par de penaltis y no mereció su primer tanto, tras un fuera de juego de Rubén Castro. Y sin embargo estuvo a punto de ganar porque marcó dos goles en cien segundos y sin embargo no ganó porque encajó otro tanto en la prolongación de la prolongación.

El Betis de Pepe Mel todavía no sabe si en la temporada 2012-13 será un equipo de Primera o de Segunda. Si el punto que obtuvo frente al finalista europeo es fruto de la locura, qué decir de las cuentas que le niegan la permanencia: para volverse majareta o aprobar la licenciatura en Matemáticas. Pero como el Betis ha demostrado demasiadas veces que es capaz de protagonizar las carambolas más increíbles, lo mejor es que consiga un punto a la mayor brevedad, a ser posible antes de visitar al Sporting, por si acaso. Y si alguien duda de la viabilidad real de esas carambolas, un par de datos recientes para convencer a los incrédulos: el Betis ya descendió empatado a puntos y balance de goles con un rival que se salvó (Getafe, Liga 2008-09) y no ascendió en un triple empate a puntos con otros dos adversarios que sí subieron (Levante y Hércules, Liga 2009-10). Así que sí: cualquier carambola es posible con el Betis.

El partido de ayer en sí mismo es otra carambola que debería persuadir a posibles optimistas. O a Pepe Mel, que reniega de la historia verdiblanca al no atender estas pequeñas maldiciones. Claro que si esta Liga debía tener un choque tan carente de sentido, ese debía ser el que reuniese a dos contendientes tan atípicos. 105 años de vida tiene el Betis y sin embargo sigue siendo inexplicable. El Atlético, también.

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