Más adelante insistiremos en algunos pormenores de la posible marcha de Diego Capel, pero lo cierto es que el Sevilla, por si acaso, se mueve en el mercado y en su propia agenda por si al final el zurdo de Albox se marchara dejando en las arcas del Sevilla el dinero que está estipulado en su contrato. Y como ya es habitual, porque así lo quiere la dirección deportiva del Sevilla, en primer lugar se observa el mercado nacional, por si al final se aplica la normativa FIFA que limita el número de jugadores no seleccionables por su equipo nacional, y por convencimiento propio, ya que Monchi y su equipo entienden con buen criterio que en igualdad de condiciones es mejor para la adaptación la condición de nacional o al menos de jugador que conozca la competición española. En ese perfil se encuadran Óscar Serrano (Racing de Santander) y Alberto Riera (Espanyol), ambos, sobre todo el segundo, muy convencidos de que un cambio de aires les vendría muy bien. Pero como el mercado nacional está por las nubes, la dirección deportiva también 'espurga' en otros mercados. Y ahí es donde aparece el nombre de Urby Emanuelson, el lateral-interior holandés del Ajax, quien pese a su juventud (22 años) ya lleva varias temporadas, desde 2004, en el primer equipo del equipo más representantivo de Holanda e incluso ha sido seis veces internacional con su equipo nacional. Emanuelson acaba contrato con su equipo en 2011, por tanto está bien atado, y su precio de mercado supera en estos momentos los seis millones de euros.
A Capel sólo le 'frena' Hacienda. La interpretación del presidente del Sevilla, jurista por otro lado, es que las cláusulas de rescisión sólo son válidas para los jugadores que se marchan a otros equipos españoles. Los agentes y asesores de Diego Capel piensan otra cosa completamente distinta, porque lo cierto es que las cláusulas, desde el punto de vista formal, las pagan los jugadores y con su libertad comprada, el equipo al que vayan ya es asunto suyo. A Capel, o a sus agentes, lo que de verdad le frena la salida es que si pagan la cláusula de verdad, sin acuerdo previo, los impuestos que hay que pagar a la Hacienda pública se disparan, tanto que la operación, de unos 16 millones de euros, se pone en más de 22 millones, y al menos de momento el Tottenham, que es el equipo que más claramente puja por el jugador, no cree que tenga que pagar por una promesa-realidad como Capel casi la misma cantidad que por un internacional que ha destacado en la Eurocopa como el croata Modric. También es cierto que aunque el Tottenham mantiene su oferta por el jugador, ya se lo toma con más calma tras cerrar la contratación del brasileño-mexicano, ex del Barcelona, Giovanni, que aunque con otras características, se mueve por la banda izquierda si así lo cree conveniente Juande Ramos. Lo que también parece claro, por las palabras de Del Nido, que asegura que ha rechazado una oferta por Capel superior al precio de su cláusula, es que cuando no se quiere vender, precisamente por esa presión fiscal, que un jugador se vaya por el pago de esa cláusula es casi imposible.
La planificación no va tan mal. Se está hablando y escribiendo mucho sobre la falta de fichajes en el Real Betis, un equipo al que es evidente que le hacen falta los retoques como al que más. Pero en esta ocasión, no como en pasadas campañas mucho más dubitativas, el Betis sabe lo que quiere su entrenador de forma inequívoca, y eso en realidad ahorra mucho trabajo, porque no se está perdiendo con negociaciones estériles que al final no llevan a ningún lado. En ese sentido, la planificación va mejor de lo que parece, porque Paco Chaparro tiene muy claro lo que quiere y lo que no. Otra cosa es que a Lopera le encante recibir los famosos faxes con las condiciones de los jugadores.
