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Suiza 0 - República Checa 1

Sverkos, el suplente de Koller, obtuvo el máximo premio de la República Checa ante Suiza. Y lo logró después de un duelo dominado por los helvéticos, que sucumbieron tras encajar el gol en el único disparo de los checos.

el 15 sep 2009 / 06:03 h.

Sverkos, el suplente de Koller, obtuvo el máximo premio de la República Checa ante Suiza. Y lo logró después de un duelo dominado por los helvéticos, que sucumbieron tras encajar el gol en el único disparo de los checos.

Los checos, con un fútbol aseado y un golpe de buena fortuna, tuvieron suficiente para acabar con el animoso equipo local que, sin excesivos alardes, llevó el peso del partido y tuvo las mejores ocasiones, como un remate al palo en el minuto 89 de Vonlanthen.

Además, los anfitriones vieron como su mejor jugador en el primer tiempo, el capitán Alexander Frei, tuvo que retirarse después de una acción con Zdenek Grygera. El ataque de los del veterano Kuhn se resintió en exceso. La República Checa debe haber sobrepasado el umbral entre los buenos y los grandes equipos después de lo visto ayer.

Los buenos equipos pueden o no ganar, los grandes equipos tienen suficiente con poco para llevarse el triunfo, y el equipo checo, semifinalista en la última Eurocopa y el mejor en la fase de clasificación, aprovechó la ocasión que le brindó Suiza.

El tanto fue conseguido por Sverkos, que jugó su tercer partido con la selección. Salió por Jan Koller y se encontró con un balón después de un par de malos rechaces de los locales y un servicio inesperado de uno de los centrocampistas. El resultado, demoledor.

Sverkos, jugador del Banik Ostrava, controló y marcó con la tibia, ante la desesperación de los seguidores locales, que habían visto cómo las mejores ocasiones habían sido y serían para los helvéticos. El partido ofreció poco fútbol. Empeñados en aprovechar el error del rival, ni Suiza ni la República Checa se decidieron a dar un paso al frente para llevar la voz cantante en el partido y por eso el espectáculo se resintió.

Frei, sustituido . Si a eso se le añade que Alexander Frei, el mejor jugador del partido en los primeros 45 minutos, tuvo que ser sustituido en el descanso, la composición de lugar está hecha. Los checos, la sensación de la fase de clasificación, parecían un equipo chapado a la antigua. Muchos centrocampistas y un boya -Koller- para un fútbol plano, donde sólo Libor Sionko, por la derecha, intentó pelearse con Ludovic Magnin.

De los checos, lo único destacable fue su defensa. Todos sus zagueros demostraron oficio. Y de la joven guardia suiza las noticias llegaron del buen Barnetta. El del Bayer Leverkusen fue quien surtió de balones a Frei. El capitán de los suizos llegó a rematar hasta en tres ocasiones, en las que Cech evitó que Suiza marcara.

Kuhn tuvo que cambiar de planes con la lesión de Frei. Puso en juego a Yakin, pero ya no era la misma, porque la referencia de Mario Streller no era válida delante. Sin embargo, Suiza apretó y pudo adelantarse por medio de Yakin en un remate cercano. Después llegó el tanto de Sverkos.

En una doble ocasión de Barnetta y Vonlanthen, Suiza pudo equilibrar el partido en el minuto 80, pero el tiro del centrocampista del Red Bull dio en la cruceta. Ahí se escaparon las esperanzas helvéticas.

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