Cofradías

Tras la tuba con tambor, saxo y tuba cigarreros

"Si toda la banda interpreta y vas detrás de una imagen especial, todo es perfecto", dice Vicente.

el 31 mar 2010 / 21:45 h.

Vicente aprendió a tocar con la tuba que le regaló su abuelo.

Primero fue su abuelo, José Bautista, que le regaló su primer instrumento cuando tenía cinco años. Luego fue Bartolomé Gómez Meliá, director de la banda de música María Santísima de la Victoria, que le dio la oportunidad. Gracias a estas dos personas Vicente Ortiz lleva 15 años detrás de la Virgen con un tambor primero, el saxo después y, ahora, con la tuba.

Hace tres años que se hizo hermano de Las Cigarreras y como músico de la banda considera tener un lugar privilegiado:"Eres parte y, a parte, lo estás viendo todo en primera persona". Conoce el recorrido de Las Cigarreras al dedillo y fue a raíz de vivir la hermandad que decidió meterse de lleno. "Santa Genoveva es mi hermandad por tradición familiar, la hermandad de mi barrio; y Las Cigarreras es la que yo he escogido", explica. Ahora no se imagina un Jueves Santo sin formar parte del cortejo. "Las Cigarreras es una cofradía y cuando llegamos al Hospital de la Caridad se convierte en otra", confiesa. Pero lo dice en un sentido puramente melódico, porque cuando la cofradía se echa a la calle la reciben calles anchas mientras que a partir del lugar señalado se abren Castelar y Gamazo, donde el repertorio se presta a esa sonoridad especial que dan las calles estrechas.

Vicente asegura que lo más emotivo es la entrada en Campana: "Ahí siempre recuperamos alguna marcha desconocida o que lleva mucho tiempo sin ser tocada". Como en 2006, que arrancaron con la marcha Victoria Dolorosa, dedicada a la titular, y que dura 12 minutos. "Mucha gente pensaba que no se interpretaba porque los costaleros no podían estar tanto tiempo arriba", dice al recordar que el paso bajó y no pasó nada. Pero hablando de marchas Soleá dame la mano, es la que recomienda: "No se ha escrito nada mejor".

El gusto de Vicente por la música es palpable y asegura que le gusta "no tocar, sino interpretar". En el decimoquinto aniversario de la banda, asegura cariñosamente que en Sevilla les tildan de "rancios" pero que ellos tienen una cosa clara: "Tocar por tocar no tiene sentido". Por eso, procuran que todo tenga calidad, desde las marchas que recuperan a las de compositores más recientes y contrastados. "Si toda la banda interpreta, entonces la conducción es perfecta; si a eso le sumas que vas detrás de una imagen que para ti es especial, todo es perfecto", matiza.

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