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Trueque de juguetes en el cole

Los padres del Sor Ángela de la Cruz enseñan a sus hijos una Navidad más allá del consumismo.

el 09 dic 2014 / 23:48 h.

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bin_33489939_con_16533727A algunos les ha costado más que a otros decidirse, como a Antonio, de 7 años, al que le gustaban todos sus juguetes aunque llevara meses sin tocarlos, o Manuela, de la misma edad, que tenía claro que su set de costura era intocable. Pero con mucho diálogo y con el incentivo de que se desprenderán de uno suyo pero se llevarán el de otro compañero que, la inmensa mayoría de alumnos del colegio público Sor Ángela de la Cruz participaron ayer en un trueque de juguetes, una de las actividades organizadas por la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del centro cuyo objetivo es contrarrestar el consumismo exacerbado que rodea a estas fiestas y enseñar a sus hijos valores como la sostenibilidad –toda la decoración del colegio la han hecho con materiales reciclados– y la importancia de compartir y de valorar lo que tienen y de lo que no todos los niños disfrutan. La iniciativa surgió de la AMPA, que la transmitió a la dirección del centro y a los padres delegados de cada clase para que la difundieran entre todos. Por un lado, surgió la idea de decorar el centro con material reciclado ya que, según explica una de las madres del AMPA, Rosario Andrade, «todos los años se decora el centro pero no queríamos que las familias se gastarán dinero en este momento y cada niño ha hecho su adorno con materiales reciclados». Así, los de Infantil han elaborado campanas pintando vasos de yogur, en Primaria han realizado guirnaldas con calcetines viejos, figuras con papel higiénico o miniárboles con tetrabricks para colgar del Árbol de los Deseos –en cartón reciclado– en el que, hasta el día 18, cada clase tendrá que consensuar un deseo para colgarlo. La segunda parte de la jornada fue el trueque de juguetes. Cada niño podía llevar hasta tres. Los dejaron en una habitación y recibieron una cartulina indicando cuántos habían dejado y luego, en fila, podían coger hasta tres distintos a los suyos. Eva Pozuelo reconoce que «al principio les cuesta, les surgen dudas» si bien explica que en su caso «todos los años llevamos juguetes a los puntos de recogida para otros niños» e incluso «en el último cumpleaños de la mejor amiga de mi hija no compramos nada nuevo sino que le regalamos una caravana de Barbie que estaba nueva, porque la madre tiene una mentalidad como la mía». Su hijo Alejandro, de 5 años, eligió para llevar un muñeco Transformer y un minipuzzle mientras que su hermana Manuela, de 7 años, optó por un cuadernillo para diseños de moda y otro puzzle de construcción. Rosario Andrade, madre de dos niñas de 4 y 7 años, coincide en que esta concienciación debe ser progresiva. «Nosotros también llevamos todos los años a los puntos de recogida y ellos saben que solo pueden pedir tres cosas a los Reyes», explica. La mayor llevó dos peluches. A la pequeña le costó más y reconoce aunque les ha explicado que cuando su juguete lo coja otro niño no se lo pueden quitar «no sé cómo van a reaccionar».

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