Al menos 20 civiles y cuatro agentes de Policía murieron ayer en un atentado suicida perpetrado en un mercadillo de la provincia sureña afgana de Uruzgan. El suicida, a bordo de un vehículo, hizo estallar una carga explosiva junto a un coche de Policía estacionado en un bazar. Además de los fallecidos, hay 40 heridos.
Un testigo citado por la agencia afgana Pajhwok, Abdul Karim, dijo que el atentado se produjo en torno a las 10.20 de la mañana hora local (05.50 GMT) y que la mayoría de las víctimas mortales son vendedores del mercadillo. Fuentes policiales culparon del ataque a los talibanes, que en los últimos dos años han recurrido a los ataques suicidas como parte de su estrategia de lucha contra las fuerzas extranjeras y el Gobierno afgano.
El pasado lunes, al menos 54 personas murieron en otro atentado suicida que tuvo como objetivo la embajada india en Kabul, aunque este fue atribuido a "servicios secretos extranjeros", en referencia al ISI de Pakistán. En Afganistán han muerto en lo que va de año unas 2.000 personas víctimas de la violencia, entre ellas unos 700 civiles.
Por otro lado, al menos 40 supuestos insurgentes han muerto en las últimas 48 horas en una operación en marcha de las fuerzas de la Coalición en la sureña región afgana de Helmand, según informó ayer en un comunicado la comandancia de EEUU en Afganistán.
Los combates comenzaron en el distrito sureño de Sangin, cuando un grupo de insurgentes atacó a una patrulla formada por tropas afganas y estadounidenses. Las tropas respondieron al ataque y solicitaron apoyo aéreo.
