'Mi primera estación', una de las viñetas que se incluyen en el libro.
Si hay una opinión mayoritaria en Sevilla sobre las viñetas semanasanteras de Javier García es lo auténticas que son. No hacen gracia: la tienen, que no es lo mismo. Por eso, la presentación mañana, en la Fundación Cruzcampo, de esa obra titulada ¡A la gloria, capillitas! (o sea, su salida a las librerías) va a reportar al enamorado de las procesiones un montón de imágenes sacadas de su propia vida; escenas que quien no haya sido un poco capillita, un bastante devorador de torrijas o un mucho nazareno no puede comprender, sencillamente. Bien lo pueden decir los lectores de la revista cofradiera Más Pasión (el MP7, que hasta en eso es decano El Correo); si esa publicación fuese un templo repleto de imágenes procesionales, los dibujos de este hombre serían, sin duda alguna, su sagrario.El acto de la Cruzcampo a las 20.30 va a contar con lo mejor del mundillo cofradiero, porque, además de artista, resulta que este hermano de Santa Marta se hace querer hasta el imposible. Una persona buena, para qué decir más. Ahora, con su sencillez de siempre, explica de su libro:
“El contenido son una multitud de momentos y vivencias que a todo buen capillita se le han presentado alguna vez, englobando todos los sectores del mundo de las cofradías. Pienso que no habrá ni un cofrade que no se sienta identificado con alguna de mis viñetas. Aparentemente puede parecer, por la temática, un trabajo delicado y complejo, pero está tratado con todo el amor que yo siento desde pequeño por la Semana Santa y las cofradías de Sevilla. Yo lo definiría como un humor blanco, y a veces entrañable.” Y ahí es donde se equivoca Javier García: algunas veces, no; siempre es entrañable. Véalo.
