Cofradías

Un estreno que resultó "imposible"

el 05 abr 2012 / 21:41 h.

Aunque Las Cigarreras pidió al Consejo una hora de prórroga para decidir si este año hacía la estación de penitencia, las expectativas en la capilla de la antigua fábrica de tabacos de Los Remedios no eran muy halagüeñas. La junta de gobierno manejaba un mal pronóstico meteorológico que no hizo sino confirmarse durante la tarde y, como destacó su hermano mayor, Claudio Espejo, al dirigirse a los hermanos nazarenos, era mucho lo que esta cofradía se jugaba este año. Estrenaban la restauración de todo el bordado del palio de la Virgen de la Victoria, un palio de cajón de los más antiguos de la Semana Santa sevillana. Por eso, cuando a las 16.00 horas Espejo anunció la decisión definitiva no hubo apenas aplausos y tampoco excesivas lágrimas sino leves asentimientos de cabeza. La noticia era esperada y comprendida. Así comenzó un Jueves Santo más, y van dos seguidos, roto por la lluvia.

"Hemos barajado todas las posibilidades y todos los partes coinciden en un alto riesgo de lluvia durante la mayor parte del discurrir de nuestra estación de penitencia. Así es imposible salir", explicó a los nazarenos que esperaban en el interior del templo el hermano mayor. En un gesto de solidaridad y generosidad, deseó que finalmente no lloviera para que las cofradías más tardías de la jornada tuvieran la oportunidad de salir que a ellos les había sido negada. Cuando les tocó tomar la decisión, la Agencia Estatal de Meteorología preveía un 80% de riesgo de lluvia hasta las 23.00 horas y un 60% a partir de entonces. Lo dicho. "Imposible salir".

Las Cigarreras llegó a barajar un cambio en el recorrido para salir directamente por Juan Sebastián Elcano, como suele hacer a la vuelta, en vez de recorrer Virgen de la Victoria y Asunción, e incluso acortar al regreso por la calle Arfe y no pasar por Puerta de Jerez. Pero el riesgo era demasiado elevado para una cofradía que desde su salida hasta la Catedral no tiene refugio y además debe atravesar el río por el puente de San Telmo, y ya se sabe que las cofradías en los puentes con el sol fuera lucen mucho pero un chaparrón en ellos resulta fatal, como le ocurrió al misterio de San Gonzalo este Lunes Santo en el vecino puente de Triana.

Así las cosas, el hermano mayor reconoció que "nunca es fácil" tomar esta decisión "por lo que significa" para quienes llevan un año esperando con ilusión este momento, pero "con estas predicciones era imposible tomar otra decisión". Lo cierto es que en lo que va de siglo XXI, esta hermandad se ha quedado sin salir con bastante frecuencia:en 2002, 2004, 2007, 2008 y 2011.

Tras una oración dirigida en el interior del templo, a las 16.30 horas se abrieron las puertas de la capilla para que los sevillanos pudieran admirar, aunque no fuera en el escenario de las calles de la ciudad sino en el interior del templo, el misterio del Señor atado a la columna en el momento de ser azotado -obra de Francisco Buiza (1974)- y, sobre todo, el trabajo realizado para devolver todo su esplendor a la obra de arte que es el palio de la Virgen de la Victoria, una de las dolorosas más antiguas de la Semana Santa de Sevilla (talla anónima del siglo XVII), a la que también se ha repasado el tisú de plata de la saya de Rodríguez Ojeda. Una restauración realizada en los talleres de Jesús Rosado de Écija. A primera hora de la tarde no llovía e incluso en la antigua fábrica de tabacos asomaba un tímido sol y eran varias las mujeres que lucían las tradicionales mantillas del brazo de hombres vestidos de chaqueta.

Tras abrirse las puertas, la banda joven de Las Cigarreras interpretó marchas procesionales en el exterior. La formación cumplía 20 años y como homenaje, iba a ser la encargada de acompañar al paso de misterio en la Carrera Oficial sustituyendo desde la Campana hasta la Catedral a la formación adulta, que se reincorporaría en la Plaza Virgen de los Reyes. No pudo ser y hubo que conformarse con demostrar la buena cantera musical de esta cofradía, que cuenta con una de las bandas más reconocidas de la Semana Santa, mientras los sevillanos hacían cola para ver al Señor atado a la Columna y a María Santísima de la Victoria.

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