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Un terremoto de 6,3 grados sacude la costa occidental andaluza

Su epicentro tuvo lugar en el Cabo de San Vicente (Portugal) y no ha causado daños personales.

el 17 dic 2009 / 06:05 h.

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Lugar del epicentro del terremoto de anoche.

Eran las 2.37 horas cuando la tierra comenzó a vibrar. Movió cuadros, descolocó vajillas, hizo temblar puertas, lámparas y porcelanas, pero no fue más allá: ni daños materiales ni personales. Son las consecuencias del terremoto de 6,2 grados en la escala Ritcher que ayer sufrió Andalucía y del que nadie paraba de hablar. La comunidad sufrió las consecuencias de un temblor que nació en Portugal, en el suroeste del Cabo San Vicente, a una profundidad de 60 kilómetros -bajo el mar-, y que se extendió a seis de sus provincias: Sevilla -la capital, Camas, La Algaba-, Cádiz -la capital, Jerez y Algeciras-, Málaga -en toda la costa-, Córdoba -área metropolitana-, Jaén -la capital- y Huelva. Fue esta última, por cercanía geográfica, la que más sintió la vibración, especialmente notable en Aljaraque, Ayamonte, Bollullos Par del Condado, Lepe e Isla Cristina, donde se llegó al nivel cuatro en una escala en la que el cinco es la máxima gravedad, según informó el Ministerio de Fomento.

Y fue allí, en Isla, donde se vivieron las más tensas escenas de la madrugada ya que los vecinos se echaron a la calle, presos del miedo, temerosos de que el terremoto alcanzase la magnitud del maremoto que en 1755 anegó la zona. Aquel coletazo del terremoto de Lisboa, de 9 grados Ritcher, arrasó la tierra y fue, de hecho, el origen del municipio tal y como hoy se conoce.

Unos 200 isleños durmieron en las plazas del pueblo o tomaron sus coches para refugiarse en el interior de la localidad, a la barriada de Pozo del Camino. "No vivimos aquello, pero siempre nos han contado que aquel tsunami fue una tragedia y más vale prevenir", aseguró a Canal Sur José Manuel, uno de los vecinos. El temor se acrecentó porque, tras el primer latigazo de la tierra, la Andalucía occidental y central sufrió hasta siete réplicas más, de entre 2 y 3,4 grados Ritcher, lo que disparó las llamadas al servicio de emergencias 112, que atendió 500 llamadas hasta las 6.00 horas de ayer. Aunque la intensidad fue mayor en Huelva, los sevillanos fueron los ciudadanos más asustadizos, con 282 llamadas contra 176.

En ningún caso fue necesaria la intervención de sanitarios o bomberos, aunque sí se registraron escenas de nervios porque los andaluces sintieron chasquidos en sus edificios, muebles que se movían o líquidos que se vertían. Los telefonistas reforzaron el servicio de atención para indicar recomendaciones a seguir, como cobijarse bajo mesas o dinteles, alejarse de cables o cornisas, parar el coche... Fomento destaca que tanto Protección Civil como los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado recibieron los "avisos lógicos" para actuar en el caso de que hubiese sido necesario.

Zona caliente. Protección Civil explicó ayer que la intensidad del terremoto sufrido en la región está considerada como alta. "Si las infraestructuras aguantan es porque estamos en dos países [España y Portugal] desarrollados y avanzados donde las construcciones son fuertes. En otras zonas del planeta un azote así sería mortal", explica Marcos González, uno de sus expertos. Aporta cifras para la comparación: sólo en este año se han registrado en el mundo cuatro temblores de la duración e intensidad del de ayer y todos ellos han acabado en tragedia; en enero murieron cuatro personas y 10 más desaparecieron en Costa Rica; en septiembre hubo tres muertos en Caracas y casi 200 casas destrozadas; y en octubre fallecieron 20 habitantes de Tanga (sureste asiático) y hubo nueve muertos más y 11 heridos en China, donde un seísmo destrozó mil casas. "Nacer en un lugar o en otro condiciona la vida o la muerte", resume González.

La suerte, desde luego, acompaña a Andalucía, pues es la zona de mayor riesgo sísmico de España, según el Instituto Andaluz de Geofísica, dependiente de la Universidad de Granada. En lo que va de año, en la región se han registrado 20 terremotos con epicentro en alguna de sus ocho provincias. La más castigada es Granada, con 12 de ellos e incluso dos series consecutivas de "microterremotos" en cadena, en Alhama y el área metropolitana.

Los especialistas de la UGR sostienen que en Andalucía se produce, como media, un gran terremoto cada 100 años. El último que causó destrozos catastróficos fue el registrado en 1884 en Arenas del Rey (Granada), con 800 muertos, 1.600 heridos y 19.000 edificios destruidos o dañados.


Los datos no son de extrañar, pues la región se posa sobre dos focos de riesgo: la falla Azores-Gibraltar -que fue la que ayer causó el temblor- y la presión constante de la placa africana en todo el sur de la península.

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