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Un vino de Reyes

Un fino de Montilla (Córdoba) ha logrado colarse en la exigente carta de caldos de la
Casa Real, donde no entraba ningún vino de la comarca desde la Corte de Alfonso XIII

el 09 dic 2012 / 20:25 h.

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33 De izquierda a derecha, Ángela, Santiago y Charo Jiménez Luque-Romero, los tres hermanos que gestionan la empresa familiar.

Desde la Corte de Alfonso XIII ningún vino de Montilla (Córdoba) había logrado colarse en la exigente carta de caldos de la Casa Real Española. El fino Caballo Cordobés, del lagar Los Raigones, en plena sierra montillana, es el primero que podrá degustarse en el Palacio de El Pardo y Zarzuela desde 1925. Este vino, de la variedad de uva Pedro Jiménez, ha conseguido pasar todos los severos filtros hasta llegar a lo más alto. A partir de ahora se servirá en las recepciones a embajadores y jefes de Estado y podrá comprarse en la tienda de El Pardo, de acceso restringido.

El proceso de selección no ha sido nada sencillo. La familia Jiménez Luque-Romero, propietaria de la bodega lagar Los Raigones desde principios del siglo XX, creó el pasado marzo la marca Caballo Cordobés -en honor a un equino fuerte y valiente que tuvo su abuelo- para acceder a un mercado más elitista. Para llegar hasta la Casa Real es preciso tener alguna especie de lazo de unión entre el productor del vino y la guardia real. A través de un guardia real conocido, Los Raigones mandó una botella a Madrid, que cataron mandos inferiores. Pasada la primera criba, les solicitaron más botellas que examinaron entendidos sumilleres. La última palabra la tuvo el coronel jefe de la guardia real, que dio el visto bueno al fino montillano.

La agraciada noticia les llegó a mitad de noviembre. Ahora la Casa Real es uno de sus clientes, sin duda el de más renombre. No hay un contrato que determine el tiempo que durará esta relación ni el número de pedidos -ya se ha entregado el primero-, pero desde este momento Caballo Cordobés pertenece al catálogo de vinos de la realeza española. "Ha sido un empujón muy bueno para una marca que lleva poco tiempo", asegura uno de los propietarios del lagar, Santiago Jiménez Luque-Romero. Este fino se comercializa también en tiendas gourmet y restaurantes, pero las botellas diseñadas específicamente para la Casa Real -con el escudo de la Corona y un texto explicativo- se reservan únicamente para palacio.

¿Qué tiene de especial este fino? Santiago Jiménez destaca su "estructura ligera conseguida con dos años y medio de crianza en botas de roble americano bajo velo de flor". Su sabor es "algo pulsante y salino, sin mucha madera", que lo convierte en un fino fácil de beber.

Apoyo a la región. El acceso a la Casa Real no es solo un espaldarazo a esta bodega lagar, cuya historia se remonta hasta 1806, sino a todo el vino de Montilla, una región que ha tenido "muy mala suerte", reconoce Santiago. En los años 50, se situaba entre las cinco primeras denominaciones de origen de España en ventas y fama. Ahora ha quedado relegada al puesto 40. La familia Jiménez Luque-Romero, que comercializa sus vinos en el ámbito nacional, confía en que el logro de llegar a la Casa Real beneficie a toda una comarca que históricamente vive de la vendimia. En Montilla quedan ya muy pocos lagares (donde se produce la uva y se elabora el vino), tan solo unos ocho o diez, porque la producción se concentra hoy día en las cooperativas. En Moriles sobreviven también unos ocho lagares. Ahora todos podrán presumir de que un fino de la tierra es un producto de Reyes. H

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