Cultura

Y de repente... otra Biacs

El anuncio De Aizpuru sorprendió al Consistorio y la Junta, con el CAAC programado para todo 2012.

el 17 sep 2011 / 21:03 h.

Instalación de la Biacs.

La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs) tendrá su cuarta edición. Así lo anunció hace dos semanas su fundadora, Juana de Aizpuru, y así lo han confirmado las dos principales administraciones que sustentan esta muestra, la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Sevilla. Sin embargo, no todo está despejado en el horizonte de este proyecto, nacido en 2004 gracias al afán de una parte de la sociedad civil.

Para empezar, ninguna de estas dos instituciones públicas conocía que la galerista sevillana iba a realizar semejante anuncio sin consultarlo previamente, precisamente en un acto organizado por la Junta de Andalucía.

Aunque podría parecer que De Aizpuru quería robarle el titular a la Consejería de Cultura, lo cierto es que la galerista no quería atender a los medios y trató en varias ocasiones de remitir a los periodistas a una próxima rueda de prensa, si bien, ante la insistencia de la prensa, finalmente soltó el bombazo. "Habrá Bienal en octubre de 2012".

Un dato para evidenciar que lo inesperado de la noticia: La sede de la muestra, que según dijo la presidenta de honor de la Fundación Biacs será de nuevo el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), ya tenía confeccionada su programación para todo el año 2012, tan sólo a falta de que pasara el trámite de ser aprobada por su patronato y de recibir el visto bueno de la consejería. Finalmente esta programación deberá sufrir modificaciones para que el Monasterio de la Cartuja pueda albergar la Bienal, que se prolongará hasta enero o febrero de 2013.


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Pero esto es sólo una anécdota. Los propios responsables de la consejería y del Ayuntamiento, al ser preguntados sobre cuál sería exactamente su apoyo a la Biacs en 2012, no sabían qué responder, ya que -en realidad- aún no daban por cerrado su respaldo definitivo. Pero no por falta de voluntad o convicción política.

El problema es otro. Las administraciones aún estaban estudiando cómo entrar a apoyar a la Fundación Biacs, debido a que su situación financiera -arrastra numerosas deudas y estuvo a punto de entrar en concurso de acreedores- ponía dificultades legales a la hora de poder otorgarle el alivio de las subvenciones públicas.

Sin embargo, De Aizpuru ya apuntó, el día de su anuncio (el día 6), que la fórmula más adecuada sería crear un consorcio con la Junta, el Ayuntamiento,  la Diputación y el Ministerio de Cultura, que se encargara del proyecto. Pero la clave la dio más tarde el consejero del ramo, Paulino Plata, quien avanzó que tendría que ser un organismo diferente a la Fundación Biacs -que ha organizado las tres citas anteriores- quien celebrase y montara la muestra de 2012.

Crear un nuevo ente jurídico es la única forma que tiene la Biacs de sortear su penosa situación financiera, que la llevó a pedir ayuda económica para poder pagar los sueldos de su personal y las facturas de la luz y el teléfono de sus oficinas. Y pese a que todo parece ya encauzado, persisten grandes dudas que, con toda probabilidad, analizará el patronato de su Fundación, que se reunirá el martes.

Para empezar, si seguirá respetándose la equidad entre la aportación pública y la privada en este evento o si, finalmente, las administraciones tendrán que adoptar como propia la Bienal, una cita que, por otra parte, otorga a la ciudad de Sevilla una gran difusión internacional.

Otra duda que deberá abordar el patronato es qué envergadura tendrá esta cuarta edición, a tenor de la escasez de fondos, ya que, aunque se mantuviera la aportación pública intacta -algo que parece harto improbable-, lo cierto es que la realidad del sector empresarial sevillano no es similar a la de la década pasada.

Otro asunto que pendiente será el contrato del nuevo comisario. Buscar a la persona más adecuada para la Biacs4 ha sido una tarea de la que se ha encargado personalmente Juana de Aizpuru. Como ya adelantó El Correo, el joven curator suizo al que se refería la galerista puede ser Moritz Küng, marido de Dora García, artista de su propia galería. Este perfil garantizaría el entendimiento entre la galerista, que será la directora de la Bienal, y el comisario.

Además, resultaría más económico que los que se contrataron para las anteriores muestras. No obstante, en las últimos días, en los mentideros artísticos sevillanos se comenta que el comisario en cuestión podría ser otro: Hans Ulrich Obrist ( Zúrich, Suiza 1968), fundador del Museo Robert Walser.

Sea quien sea el elegido, la tarea no será fácil. Resucitar una exposición que ha estado a punto de desaparecer es un reto casi tan complicado como el que supuso en 2004 poner en marcha una Bienal para dar a conocer Sevilla por algo más que por sus tradiciones y su arte sacro. Pero si una vez se pudo...

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