En caída libre y sin aparentes visos de freno. El empleo se convirtió, en el cuarto año de crisis, en el espejo más negativo que refleja la situación del país. 2011 se despidió dejando atrás 5.273.600 personas sin trabajo y llevando a esta situación a 577.000 nuevas personas. Solo en el último trimestre del año el paro creció en 295.300, como evidenció ayer la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el INE.
A este drama, para el que comienzan a faltar ya los calificativos, se sumó la destrucción de puestos de trabajo, materializada en un descenso de la ocupación de 348.700 personas en la parte final del año, lo que deja en 17.807.500 los ocupados.
Un escenario que no puede atribuirse a la evolución de la población activa -quienes están en edad y disposición de incorporarse al mercado laboral-, pues la cifra de activos se contrajo en 23.600 personas en 2011.
La cara más dramática de las estadísticas es la de aquellos hogares que tienen a todos sus miembros en paro y que en los últimos tres meses aumentaron en 149.800, hasta los 1.575.000 núcleos familiares. El 17,73% de los hogares andaluces sufre esta situación, mientras que casi seis de cada diez tienen a todos sus integrantes trabajando.
Escuece también que prácticamente la mitad de los parados (el 44%) lo sean de larga duración, es decir, perdieron su anterior trabajo hace más de un año.
Las televisiones internacionales se hicieron eco de la noticia de que España superaba los cinco millones de parados, circunstancia que el BCE tachó de "catastrófica". Y no se ve la luz.
Las cifras son malas sin paliativos, por más que las valoraciones políticas traten de apuntar al detalle menos negativo. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, preparó el cuerpo para lo peor avanzando en la víspera que el paro alcanzaría los 5,4 millones. Se pasó en unas 126.000 personas. Sin embargo, las últimas previsiones del Banco de España indican que el desempleo sí superará los 5,5 millones y podría seguir creciendo hasta aproximarse a los 6 millones. El organismo ha pronosticado un crecimiento de la economía de apenas tres décimas para 2013, cuando se necesita crecer por encima del 2% para crear empleo a un ritmo que alivie la sangría laboral.
El paro se incrementó en 37.500 personas en la provincia de Sevilla en los últimos doce meses, tras sumar 3.900 nuevos desempleados entre octubre y diciembre, que eleva la cifra de parados a 261.400. Un ejercicio, el de 2011, en el que se destruyeron 23.300 empleos, fruto de un descenso de 30.400 ocupados y un alza de la población activa en 7.100 personas.
El resultado es una tasa de paro en Sevilla del 28,5%, casi seis puntos porcentuales superior a la del conjunto del país, que se situó en el 22,85% y que, más allá de la frialdad de los números, presenta otros efectos como que el 15% de los hogares sevillanos tienen cortado el suministro de luz por impago, precisó el sindicato provincial de CCOO. Solo construcción (200 parados menos) se desmarcó de la tendencia de alza mostrada por agricultura (2.700 parados más), industria (1.500) y servicios (14.200). Y ello, con el espejismo que vivió la provincia en 2010, cuando logró recortar el paro en 4.200 personas.
Peor comportamiento registró Andalucía, que encabeza el ranking nacional con una tasa de desempleo del 31,23% y un cómputo de 1.248.500 parados. La Junta se agarró a que en los últimos tres meses del año se incorporaron 12.400 activos al mercado laboral y el desempleo aumentó en 15.600 personas, absorbiendo el primer colectivo este avance, si bien en el conjunto del año pasado el desempleo creció en 121.100 personas, un 10,74% más, mientras que la población activa lo hizo en 21.600 y se perdieron 99.500 puestos de trabajo.
"A todos esos millones de ciudadanos que esperan un empleo les traslado en nombre del Gobierno que la presentación de esas reformas ha sido acelerada", subrayó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
