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Zapatero cumplirá su programa de gobierno 'sin excusas ni resignación'

Tal y como el presidente reconoció "era previsible". Zapatero no logró la mayoría absoluta que necesitaba y no será investido hasta mañana. El líder socialista cerró el debate de investidura asegurando que "no habrá excusas ni resignación" para cumplir su programa electoral.

el 15 sep 2009 / 02:58 h.

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Tal y como el propio presidente reconoció ayer, "era previsible". Zapatero no logró la mayoría absoluta que necesitaba y no será investido hasta mañana. El líder socialista cerró el debate de investidura asegurando que "no habrá excusas ni resignación" para cumplir su programa electoral en su segundo mandato.

El candidato socialista agradeció al presidente del Congreso, José Bono, su conducción del debate y a todos los grupos su "actitud y tono", así como las múltiples "ofertas de colaboración y diálogo", independientemente del sentido del voto en la investidura.

José Luis Rodríguez Zapatero también expresó su agradecimiento al Grupo Socialista, su "inmenso caudal de apoyo generoso" que responde a más de 11 millones de votos y garantizó que tratará de corresponder a este apoyo con su acción de gobierno. "Me hace mucha ilusión y genera en mí alta dosis de emoción estar otra vez en este acto de investidura", añadió.

Zapatero logró 168 de los 176 votos necesarios para ser proclamado (faltó la diputada socialista Mercedes Coello al no poder volar desde la Palma por el temporal). Al "no" del PP se unió el de ERC y UPyD (158 votos entre los tres). Mientras tanto, hubo 23 abstenciones, correspondientes a los parlamentarios de CiU, PNV, BNG, Coalición Canaria, IU, ICV y Nafarroa Bai. Mañana sólo necesitará mayoría simple para ser investido, por lo que el apoyo de los 169 diputados del Grupo Socialista será suficiente

Zapatero será el primer presidente electo que resulte investido por el Congreso en segunda votación. Existe un precedente, pero no se produjo en las mismas circunstancias: Leopoldo Calvo-Sotelo también fue elegido en segunda votación el 25 de febrero de 1981, pero no fue vencedor de unas elecciones generales, sino que sustituyó a Adolfo Suárez, quien previamente había dimitido.

Calvo-Sotelo obtuvo en la primera vuelta de las votaciones 169 votos a favor, lo que no le sirvió para ser presidente del Gobierno y propició la celebración de una segunda vuelta. Precisamente, durante la celebración de esa segunda votación, el 23 de febrero de 1981, se produjo el intento fallido de golpe de Estado a cargo del teniente Antonio Tejero. Fracasó la intentona golpista y la sesión para la segunda votación tuvo lugar el 25 de febrero.

El debate. De forma previa a la votación de ayer, intervinieron ante el Pleno del Congreso los diputados de las formaciones que no lo hicieron el martes. La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, tendió la mano a Zapatero para los grandes asuntos de Estado, le dejó claro que su partido siempre colaborará en la lucha antiterrorista y le pidió un nuevo Estatuto de Autonomía canario.

Con la diputada de UPyD, Rosa Díez, Rodríguez Zapatero contrapuso sus ideas sobre el modelo autonómico del Estado. Mientras el presidente defendió la descentralización política porque favorece la igualdad, Díez exigió que se revisen los techos competenciales, con más autonomía para el Ejecutivo central y una distribución de competencias "sin compromisos e hipotecas".

En nombre de la tercera fuerza del grupo mixto, Nafarroa Bai, Uxue Barkos ofreció su apoyo al presidente socialista para buscar la paz, pero nunca "para subirse al carro de un bipartidismo ineficaz".

Barkos confesó sentirse defraudada por la "falta de riesgo" de los socialistas en esta legislatura, a lo que el candidato del PSOE le dijo que asumirá "los riesgos necesarios" mediante un proyecto de cambios.

El portavoz socialista, José Antonio Alonso, cerró el turno de los grupos apelando a la unidad de los partidos para acabar con ETA y ofreciendo diálogo permanente en esta legislatura.

La anécdota de la jornada la protagonizó una de las nuevas diputadas del PP, la valenciana Inmaculada Bañuls Ros. Se equivocó al anunciar su voto, dando el "sí" al candidato socialista, si bien el error no tuvo trascendencia porque el secretario de la Mesa que pedía el voto en ese momento, que afortunadamente para ella también era valenciano y del PP, le ayudó a corregirse. Cuando fue llamada a anunciar su voto sobre la investidura, Bañuls se puso en pie y dijo "sí", lo que evidentemente contradecía la posición de su partido. El secretario tercero de la Mesa, Ignacio Gil Lázaro, se dio cuenta del error y dijo "no" para que la Mesa tomara nota de la respuesta.

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