Un Auto del pasado 12 de junio del Magistrado Garcia Castellón, adscrito al Juzgado Central de Instrucción nº 6 (Procedimiento Abreviado 96/17, Pieza nº 6-Proyecto Thew ‘Pintor’), describe una de las tramas orquestadas por el Comisario más controvertido de nuestra Policía. Nos referimos a José Manuel Villarejo Pérez (El Carpio-Córdoba, 1951)
Previa denuncia de la Fiscalía Anticorrupción, inspectores de Asuntos Internos-Cuerpo Nacional de Policía (CNP) registraron numerosos domicilios y empresas. También, desencriptaron soportes informáticos para documentar –presunta- trama contra un ex socio y su abogado de Fernando, uno de los hermanos de Juan Leocadio Muñoz Támara, marido de Ana Rosa Quintana
Según el Auto, la pieza Thew-Pintor arranca ‘....como consecuencia de una reclamación que la Hacienda-AEAT dirige de forma solidaria frente a Fernando Muñoz Támara y su socio Mateo Martín Navarro, este, asesorado por su letrado [y ex Juez] Javier Urquía se declara insolvente pese a ostentar -al entender del de los hermanos Muñoz Támara- un cuantioso patrimonio que habría ocultado, con lo que toda la reclamación, más de un millón y medio de euros por razón del IVA, se dirige exclusivamente frente a Fernando. Este inicia una serie de trámites legales frente Mateo Martín Navarro siendo todos infructuosos. Ante la situación creada Juan Muñoz, propone a su hermano contactar con José Manuel Villarejo Pérez para contratar los servicios de la empresa Cenyt...’.
Las investigaciones policiales y olfato judicial de esta pieza imputan a casi 20 personas por graves delitos (blanqueo, extorsión, cohecho, organización criminal e ilícitos conexos). Entre ellos están el ‘equipo’ de Villarejo, los hermanos Muñoz Támara, sus abogados, policías y detectives privados subcontratados para un encargo llamémosle sui generis. Este bucea entre las cloacas que enriquecieron al Comisario hoy preso.
Sevillano de élite, con interrogantes
Juan Leocadio Muñoz Támara es empresario y 8 años más joven que su famosa esposa, con la que se casó en 2004. Es discreto, afable, sonriente y participa en casi 100 sociedades. Le encantan los negocios ‘de restaurante’ y vestir bien. Integra la aristocracia sevillana del ladrillo. Su padre, el Aparejador Fernando Muñoz Noguera, es un histórico promotor. Logró nuclear un clan empresarial para multiplicar su patrimonio, millonario en euros, gracias al auge de la construcción de los 60 y 70s del pasado siglo.
Durante las largas noches sevillanas, cuando era soltero Juan Leocadio, le encantaba estar bien acompañado. Según lenguas afiladas, las relaciones con féminas le duraban poco. Sería ambicioso, de codicia infinita.... No pararía hasta alcanzar la cúpula social. Es un corredor de fondo, disfruta el running y hasta participó en maratones. Las metas más sosegadas le sitúan en almuerzos y cenas con VIPs o hacer negocios de salón.
No obstante, los ‘pelotazos’ a Juan Muñoz le causaron algunos disgustos. En 2009 fue detenido -junto a 14 personas- por amañar, presuntamente, concursos urbanísticos en Alhendín (Granada), gobernado entonces por el PP. El juez del caso calificó la trama de Muñoz y políticos locales corruptos de ‘...ilegalidad evidente, patente, flagrante y clamorosa...’. El sumario está pendiente de sentencia.
Además, Juan Leocadio Muñoz y familiares pretendieron construir en 2012 vía Tarje S.L 350 viviendas y 1200 habitaciones hoteleras en la playa de Valdevaqueros-Tarifa; en terrenos del Parque Natural del Estrecho y de Alcornocales. El proyecto hizo aguas y lo cerró el viento de la zona, nunca mejor dicho. Registró la oposición de ecologistas, colectivos vecinales y autoridades.
En 2013 a una empresa ligada a Juan Muñoz, Bahía Luz, se implicó en San Roque (Cádiz) en sumario donde merodean prevaricación, malversación de caudales y tráfico de influencias ligadas a urbanización del Parque ‘Arroyo de Madre Vieja’.
El pasado 2018 fue detenido, nuevamente. También, se registró su domicilio por la Pieza Thew-Pintor que finalmente le imputa. Su esposa, la presentadora-líder Ana Rosa, rompió su silencio marital vía comunicado. Pedía ‘dejar a la Justicia trabajar’ mientras veraneaba en Sotogrande (Cádiz). Sus deseos se cumplieron con respecto a la Justicia.
Detectives a ‘precio de estudiante’
Lo más curioso de la Pieza nº 6 de la causa contra Villarejo es que participan policías en activo y detectives privados. El auto judicial afirma ‘...cabe concluir que los indicios existentes...han permitido corroborar que la actividad contratada iba mucho más allá de un mero contrato de prestación de servicios de detectives, constatándose que José Manuel VILLAREJO y Rafael REDONDO [socio de CENYT, empresa de Villarejo ] ofertaron a sus clientes [hermanos Muñoz Támara] un servicio dirigido a solventar una "Situación de Crisis", que incluía la obtención, de forma ilegal, de informaciones y datos de carácter reservado y confidencial...’.
El Juez García Castellón añade en su Auto que ‘...en el desarrollo de dichos servicios de inteligencia .... y de intoxicación informativa bautizado por José Manuel VILLAREJO como ‘Proyecto Pintor’... la obtención ilícita, análisis y traslado de dicha información reservada, bajo su dirección y la coordinación, otros miembros del Grupo CENYT integrantes de la organización criminal que dirigía...’.
La video-audioteca que custodiaba celosamente Villarejo señala que CENYT subcontrató ‘a precio de estudiante’ a investigadores privados en Granada y Málaga para vigilar y obtener información -supuestamente comprometedora- del ex Juez-Abogado y exsocio ‘insolvente’ de Fernando Muñoz Támara, cuñado de Ana Rosa. La presentadora, en una cena de VIPs, animaría contratar a CENYT para resolver el asunto.
El Ex Comisario blanquearía no tener licencia de detective de CENYT con profesionales autónomos ligados a policías de cloaca ‘a precio de estudiante’. En otros audios, pues Villarejo grababa hasta sus más extravagantes delirios, tilda a los detectives piojosos. Prefería, para sus impropios trabajos y aprovechando su cargo en el CNP, a colegas con acceso a datos oficiales que revende a precio de platino a su clientela.
Los detectives encartados invocan para su defensa, tras ser imputados, que creían trabajar para el CNI (inteligencia española) en misiones oficiosas. Deberían estos haber visto películas de espías cutres por alegar tal desvarío. Los ‘casos’ privados de Villarejo, enemigo del CNI, eran conocidos en determinados ambientes. Los abogados ‘de oficio’ de los detectives de precio de estudiante tienen mucho trabajo hasta el ‘momento-banquillo’.
Otro tema que surge de la pieza ‘Pintor’ es que el Ex Comisario Villarejo a través de su empresa CENYT, intrusa de detectives oficiales, realizó bastantes trabajos en Sevilla. Constan en otras piezas judiciales del ‘Caso Villarejo’ trabajos de CENYT para IBERDROLA sobre una térmica en Arcos (Cádiz) y sobre posible corrupción política a cuenta de la adjudicación del Casino de Tomares (Sevilla)
Además de no dormir medio Madrid preocupado por las salpicaduras del ‘Caso Villarejo’, en Sevilla se apuntaría que CENYT tuvo sucursal.Al parecer allí habrían colaborado agentes del CNP en ‘segunda actividad’, expedientados y en activo. El colaborador estrella sevillano del Comisario Villarejo sería un colega de rango muy condecorado y que alcanzó importantes destinos en Sevilla. Actualmente se encontraría jubilado. A este antiguo servidor público le costaría conciliar el sueño en las últimas semanas
Ana Rosa, la sevillana adoptiva
Los ojos de Juan Muñoz se posaron en una mujer de éxito pragmático. Además, en 2018 a su actual esposa, Ana Rosa Quintana, la eligió ‘Hija adoptiva’ la Diputación de Sevilla, junto al ‘Hijo predilecto’ Alfonso Guerra, entre otros y otras ilustres y prestigiosos ciudadanos.
Ana Rosa y sus negocios televisivos multiplicaron los euros en sus cuentas. El último ‘pelotazo’ fue de 21 millones. Lo logró hace pocos meses tras vender su productora y concluirse un arbitraje cuyo laudo le resultó favorable, aunque dejó a una plantilla de colaboradores en el limbo.
Si a Muñoz le sitúan algunos reportajes en la aristocracia del ladrillo, a Ana Rosa debe ubicársela en la realeza televisiva. Indiscutida e ininterrumpida líder de audiencias matutinas en Telecinco, desde hace años, su camino al éxito se basó en el talento de una madrileña encantada en Sevilla y sus tradiciones. Entre otros méritos, amén de los matrimoniales, que consideraría la Diputación hispalense para declararla ‘Hija Adoptiva’ suponemos que contarían ser habitual de la feria abrileña y procesiones pascuales. Así, Ana Rosa añade valor-glamour a la provincia hispalense tan ilustre dama.
Pero, estimados lectores, las rosas tienen espinas. Viene al pelo rememorar lo que vaticinó Honoré de Balzac: ‘Tras el éxito y la fortuna hay siempre un cadáver en el armario’. Y vaya si llevaba razón el galo. Hasta morir de éxito la presentadora, divorciada del periodista Alfonso Rojo y antaño ligada al cineasta José Luis Garci, conoce la gloria y también el fiasco. Los problemas judiciales de su marido no la mantienen aburrida a ella misma. Antes de casarse con Juan Leocadio el armario de Ana Rosa tiene un best-seller al que sólo aportaría su indiscutible ‘marca’ personal.
En 2000 la Editorial Planeta anunció la venta del libro de Ana Rosa Quintana ‘Sabor a hiel’. Se localizaron en sus textos frases calcadas de la famosa escritora estadounidense Danielle Steel. Así rezaba la confidencia de una lectora que avisó a la propia Ana Rosa y a la editorial.
Entonces se vendieron más 100.000 ejemplares de un libro centrado en una familia VIP que sufría maltrato machista. Una crítica amable señalaba: ‘Ésta es una novela para los muy adictos a su autora. Sin trampa ni cartón’. El texto no regateaba guiños textuales de ‘El pájaro canta hasta morir’ (Colleen McCullough) y de ‘Más allá del jardín’ (Antonio Gala).
Planeta, tras denunciar Interviú que amén de plagiar a Steel, Mc Cullough y Gala, el libro reproducía textos de la mexicana Ángeles Mastretta, retiró el libro del mercado. Ana Rosa jamás pidió disculpas a sus lectores, ni se devolvió un céntimo a los lectores, ni se identificó al ‘experto’ que hizo el libro. Muchos dedos, entonces, señalaron a un ex cuñado de la presentadora. Ana Rosa sólose disculpó aclarando que ‘fue error mío, debido a mi inexperiencia y a mi falta de dominio de la informática’. Tal excusa es inconcebible: es veterana periodista que opera con oficio la irrupción digital en los medios informativos desde que esta se produjo.
Otro incidente, menos escandaloso, lo sufrió en 2011 Ana Rosa Quintana. Resultó imputada, y absuelta a posteriori, por difundir declaraciones de la esposa de un pederasta condenado por el asesinato de Mari Luz Cortés en Huelva
Las historias de ambición de un ingeniero y una periodista se plasmaron en algunos conflictos con las normas y la ética que ampara el sentido común. El ‘todo vale’ parece receta y pauta de hacer negocios para el sevillano Juan Muñoz. El éxito mediático de una presentadora televisiva, y esposa del hispalense, maridaría con el plagio de un best seller para consolidar una ‘fama’ que proyectaría así un modus operandi cuestionable. Surge pues una pregunta: ¿Todo vale para ser millonaria, famosa, respetada o tener éxito?
#Infraganti no podía obviar, en días estivales, historias que interrogan si valen la pena algunas cosas. O sonreir ante todo con imperio, acaso pensando que el dinero salvará del fiasco. O bien instalarse en esa sensación de impunidad compartiendo mesa, mantel y copas con VIPs o comisarios-conseguidores para clientes que quieren mucho por muy poco. El imperecedero Ortega y Gasset ya lo sentenció: ‘Allá cada uno [y una -para ser inclusivos-] con su cadaunada’. Quienes lean hasta aquí tienen la última y sagrada opinión. Que les sirva de algo.