Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística repiten, desde hace años, que las principales preocupaciones de los españoles son el desempleo, la política y los políticos, la corrupción y la precariedad laboral. Es Andalucía la zona donde más pobres y desempleados viven. Sevilla, de su parte, es un municipio donde se ubican 7 de los 15 barrios con más desheredados.
Con ese panorama, la Justicia miraba de reojo -o era intimidada- por esa ‘longa mano’ de la corrupción política que despilfarró y rapiñó dinero público para formar parados, indemnizar despedidos o perfilar talentos que suban la ‘empleabilidad’ ¡Qué casualidad! Justo lo que más nos preocupa.
Pero nuestra Justicia no es sólo percibida como lenta y distante. En Sevilla hay juzgadores, secretarios judiciales (LAJ) y fiscales íntegros, ecuánimes. Se ganan el sueldo con la dignidad exigible. Y debe escribirse, con negrita y mayúsculas, que en esa plantilla contra el despropósito del anterior poder de la Andalucía socialista para dar dinero a los de su partido y amiguetes encontramos mayoría femenina entre los profesionales de la Justicia. No podemos obviar los documentados informes policiales y de la guardia civil que sustancias e ilustra la hoja de ruta corrupta.
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Sevilla, entre otros, palpita por las causas de corruptos con cargo y sus beneficiarios. Fue noticia la Magistrada Alaya por su coraje con todo en contra, especialmente políticos hoy están retirados, jubilados o en la oposición. Enfrentó trucos, trampas y argucias para tramitar causas (ERE, Avales, FAFFE, IDEA...).
Fueron tantas las presiones sobre Alaya que sufrió su salud personal, se le cuestionó todo y creció su desconfianza, especialmente ante cualquier maniobra que disipara su neutralidad judicial. María Núñez, quien le sucede también está de baja, pero por razones muy diferentes.
La Magistrada Núñez, pues todo debe decirse, es una magnífica Jueza. Lo ha acreditado como rotunda, talentosa y celebrada juzgadora de divorcios, custodia de menores, incapacidades.... Sentenció, con escasa réplica, sobre líos de difícil encaje en una jurisprudencia que reparte menús y platos para cualquier comensal, sea vegetariano, intolerante, carnívoro o alérgico.
Al frente del Juzgado de Instrucción nº 6 sevillano donde hay sumarios que chorrean sangre, maltratos, violencia extrema, sutilezas de estafadores y técnicas de gángsters se ha ‘despistado’ un poco. No digamos ante la firmeza de abogados, espléndidamente pagados, de corruptos veteranos que saben dónde y con quién comer, al que llamar y a quien mandarle un jamón en navidad. Cuatro años instruyendo causas medulares de la corrupción socialista han destapado la caja de truenos.
Aprovechando, además, que el Guadalquivir pasa por Sevilla muchas causas del despilfarro del anterior gobierno andaluz sufren dilaciones incomprensibles. Las razones: cambio de abogado en último minuto, bajas médicas por facultativos amigos, tardanza excesiva de dictámenes periciales y otros trucos que aplazan la sentencia. El retraso puede hacerla benigna o ausentarse a testigos, policías o acusadores que ‘incomodan’.
Días atrás, Alejandro Luzón -jefe de los fiscales anticorrupción- denunció a Núñez ante el CGPJ por ‘desatención y retraso injustificado’. Más grave es que los acusadores públicos, pues el citado jefe asume la opinión unánime de sus seis subordinados sevillanos, señalen a Núñez como justificadora de la práctica delictiva que se supone debe ventilar en sentido contrario. Tras tanto archivo y lentitud en determinadas causas es difícil pensar otra cosa.
Como estamos en el país que estamos, el futuro a Núñez no debe inquietarle. A lo sumo la trasladarán de juzgado. Será noticia que le multen y portada que la expulsen de la carrera judicial. Ya vimos cómo se zanjaron las negligencias de un Juez y LAJ sobre quien mató a la pequeña Mari Luz en Huelva. No ejecutaron una sentencia que dejó libre al asesino. Hubo en 2008 hasta huelga ‘corporativista’. En 2018 quienes imparten Justicia hicieron otra huelga, pero por razones más legítimas y que aplauden los ciudadanos.
Los funcionarios de la Justicia sufren las más severas incompatibilidades. Sólo le está permitida -bajo remuneración- la docencia, publicar artículos y libros. Todo lo demás les está prohibido. En el caso de María Núñez prosperó ser apartada temporalmente del juzgado que titularizaba porque una cuñada suya trabajaba en un órgano plagado de corruptelas (IDEA). Tuvo tantos nombres como un aristócrata: ¿Será para despistar?.
La Jueza Alaya ya intentó documentar la ‘caja b’ del PSOE andaluz desde los presupuestos oficiales. Le mandaron furgonetas con incontables expedientes desde el Palacio de San Telmo al efecto de desviar el foco.
Mientras fue sustituida Núñez se descubrieron más corrupciones que ‘perdieron’ miles de millones de euros en otras Consejerías de la Junta. Las recusaciones, abstenciones e incompatibilidades que pueden caer sobre quien juzgue, acuse o de fe en un tribunal es terreno tan resbaladizo como inconcreto. Lo que aquí sucede es impensable en otros países por esa ética social que impediría insultar o cuestionar a un político el trabajo de un juez. O a un legislador el papel de fiscalía. Las ‘puertas giratorias’ ponen el resto de la cuestión, o cambiarse de acera en temas penales sin dejar el cargo.
Ya vemos que la corrupción no moviliza al personal, sólo le preocupa. Enriquece inicialmente a los que trincan y después a los bufetes que se forran defendiendo lo indefendible. No existe un reproche social como en otros países occidentales, sí una sincera indignación. Es admirable cómo en Portugal al corrupto pillado le sonrojan sus actos. Hay casos donde se pide perdón en público, se compromete a devolver lo hurtado y son expresas las disculpas a las víctimas: ¿Alguien constató esto en Sevilla, en España?
Los imputados, perdón, investigados inocentes hasta que haya condena firme, por corruptelas de los ERE, FAFFE y demás trinques aparecen en prensa sonrientes, impecables...
Si hacen declaraciones aluden a conspiraciones, persecuciones intra-partidarias o le echan la culpa a algún subordinado, jefe, a insolvente que no se querellará o muerto que cría malvas.
La neutralidad y objetividad que un Juez debe a los justiciables debe estar intacta. No sólo cobran por ello. Deben demostrarlo con Autos y Sentencias que ilumine el conflicto o esclarecer el delito para ser castigado. No es de recibo lo que sucedía en el Juzgado que estos últimos cuatros años titularizó Núñez. Casi 40 archivos de causas las hacen prescribir en temas ERE y muchos Autos los expertos opinan fueron prematuros. Además de la Fiscalía a la Jueza le ha replicado la Audiencia anulando la exculpación masiva de ex altos cargos socialistas. Nos preguntamos si esta Jueza es parcial o no. O si intenta no serlo y no la deja una presión irrespirable. Le deseamos pronta recuperación de su baja y mucha salud, si la ha perdido.