El siglo XXI confirma que la irrupción digital, telefonía móvil y los ojos del humano están horas y horas pegados al ordenador cambiaron todo en el globo. Hasta los nativos digitales navegan compulsivamente entre mensajes, redes, bases, aplicaciones y plataformas sin saber que toda clase de datos que se visibilizan en internet es relativo, se mercadea, falsifica, inventa o plagia.
OSINT es un anglicismo y acrónimo sobre ‘inteligencia de fuentes abiertas’. Es una herramienta que se muestra más útil, más esencial, para el ejército, sanidad, policías, periodistas, detectives, abogados y quienes precisan documentar con datos en parte o todo su trabajo u objetivos no profesionales. Los informáticos saben que OSINT es un magma que visibiliza lo ínfimo sobre lo que hay, se capture o no.
El ‘deep internet’ dicen que no exige -ni deja- huella digital. Pero cada vez se atreve con más privacidades impunemente, sea quien sea, esté donde esté. Y torea secretos de estado sin recato (casos Wikileaks y Snowden). ¡Qué decir de algunas ‘filtraciones’! (casos Falciani y Panamá Papers).
Las diferentes fuentes informativas confluyen hasta OSINT. Sus analistas se multiplican en nóminas de gobiernos, multinacionales, profesionales libres, medios informativos.... El exigible cribado llega hasta el ahorro de dinero, personal y tiempo: la eficacia del OSINT está acreditada.
Sevilla acogió el pasado 2019 la primera edición de OSINT CITY. EL CORREO DE ANDALUCÍA fue el único medio local que anunció y reseñó el evento justo en esta sección #Infraganti.
Los organizadores del congreso atrajeron entonces a más de 100 expertos, analistas, detectives, policías, peritos. Salvador Gamero (ciberformador y fundador de Detectivia) y Jorge Coronado (perito y alma de Quantika14) constataron que su esfuerzo valió la pena. La IIª edición ha superado a la primera. Y dicen que las segundas partes fueron peores.
Casi 150 asistentes [entre analistas militares y policiales, periodistas, detectives, abogados y peritos informáticos españoles y foráneos] congregó la misma. Este medio también se hizo eco anunciando en ‘Agenda’ el evento.
Bajo el título del epígrafe basculó todo este 2020 del OSINT CITY. La primera intervención corrió a cargo del Magistrado Carlos Lledó González. El flamante Presidente de Sección IVª-Audiencia Provincial habló con brillantez y sutileza sobre las oportunidades que genera para los juzgadores las técnicas y aplicaciones del OSINT. Las lagunas del Derecho sobre quién investiga los ciberdelitos y la competencia de los detectives con licencia, con carácter exclusivo y excluyente, para investigar los delitos que son perseguibles a instancia de parte, según pondera la Ley de Seguridad Privada 5/2014, centraron parte de las palabras del veterano juzgador.
Parece incomprensible, llamativamente, que nuestros investigadores privados se encuadren entre escoltas, vigilantes, porras y alarmas bajo el control y multazos de la policía. Más apropiado, dado el quehacer y cotidiano del detective, es que los regule el Ministerio de Justicia, CGPJ o Fiscalía, por ejemplo, a los que sirve con su trabajo. Como en otros países.
Pues bien, Lledó -como jurista penal- fue aséptico y hábil para no meter su oratoria en conflictos de competencias. Pero generó el aplauso de la concurrencia porque OSINT no es un tabú desdeñable y oscuro. Es materia donde expertos, peritos y detectives tienen mucho que aportar e ilustra a la Justicia con mayúsculas. En la que militaría este Juez.
Posteriormente, el periodista Antonio Delgado (Datadista) explicó con todo lujo de detalles el papel de OSINT en las investigaciones periodísticas. Ilustró, con trabajos realizados por su empresa, sobre corrupción (trama Gürtel, caso ERE...) que acreditan que la prensa se apunta al periodismo de datos con fruición.
Una mesa redonda que reproducía el título del epígrafe fue moderada por el servidor que les escribe (adaspain.com). La integraron expertos de nivel: Rubén Vázquez (abogado experto en derecho tecnológico), Óscar Rosa (CEO Detectys y profesor universitario), Cristina López Tarrida (analista y experta en psicohacking) y Eduardo Hervás Rosa (analista en ALLIANZ, certificador y fundador de Savetheproof).
La hora que duraron las intervenciones de los ponentes y moderador demostraron lo manipulable que son los ‘pantallazos’ gracias al oficio de Hervás. Es fácil falsear lo que fuera menester, según documentó Rosa y más aún es desinformar o influenciar acorde a manos que mueven las cunas del ‘pensamiento único’ o determinados postulados, según explicó con verbo curtido Cristina López Tarrida.
La primera jornada de OSINT CITY siguió la intensidad con Manuel Huerta (Lazarus Tecnology) detallando el ‘caso interminable’ sobre un ciberacosador al que pusieron a recaudo en su empresa. Lazarus es uno de los más reputados cibercolaboradores forenses de la Justicia y policía española. Su laboratorio perita e informa sobre equipos informáticos de los ‘malos’, quienes son denunciados o procesados por trasgredir normas.
Cristina López Tarrida volvió, después, al atril para ilustrar y explicar con claridad didáctica sobre lo que es ficción o realidad. Para el empeño usó cómo se manipulan medias verdades hasta convertirlas en mentiras teledirigidas con un caso de una central atómica en suelo belga que se presiente algún día causará estragos y una catástrofe.
La letrada barcelonesa Ruth Salas fue al grano, como buena penalista entregada a su causa. Admitió defender en alto porcentaje a procesados por delitos cometidos con ordenadores, también detalló atajos más usuales para anular procedimientos o debilitar sumarios que anticipaban cárcel. Imaginamos la clientela de la abogada, pero fue gráfica sobre la realidad de que cualquiera tiene derecho a ser defendido. OSINT para Salas es un queso del que se come una parte para su digestión jurídica que vomita o no el juzgador previa acusación de fiscalía. Esto es lo que hay.
El ingeniero informático Lorenzo Martínez (Securizame) presentó una ponencia (Cooking an APT in the paranoid way) que encantó a los más entendidos en la materia. Acreditó e ilustró sobre un ataque dirigido a Ministerios españoles vía perfiles ficticios de redes sociales. Lo más prosaico acaba convirtiéndose en lo más inimaginable.
José L. Navarro Adam (Girsanet I+D) empezó ‘cazando gamusinos’ y gratificó al personal con ofertas que nos llegan por donde sea (rebajas, remates, liquidaciones black Fridays...) que en reaidad viste un fraude.
No sabemos, según Navarro, qué es verdad (original) o timo (engaño). Presentó OSINT como recurso para discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso. Aplicó sensatez sobre tecnología. Los conductos por donde debe colarse el consumidor son estrechos, pero existen y tiene luz al final. Si hay pruebas de la estafa recomendó conectar con la policía. Ok!
Jorge Coronado, una de las almas del OSINT CITY sevillano y respetado perito judicial por su rigor, actualizó su aplaudida ponencia ‘OSINT, OSANT, cada día te quiero más’ emulando a la famosa rumba. Le otorgó el acento de la Triana que adora. La charla de Coronado giró sobre las posibilidades que dan las técnicas OSINT para resolver cualquier incógnita. Coronado milita en el hacking ético, regala aplicaciones, ayuda a mujeres maltratadas y muchas más cosas que merecen el aplauso.
La última jornada de OSINT CITY comenzó con Carlos Seisdedos (IS Auditors). El barcelonés, experto en ciberinteligencia, es un reputado látigo digital a los ‘malos malísimos’. Diversas noticias lo ponderan como detector de alertas yihadistas.
El discurso pivotó sobre los engaños, fraudes y técnicas que se usan para desinformar a la ciudadanía sobre lo que le interesa a una minoría tergiversadora. Ilustró los diferentes pasos que dan los ciberanalistas para destapar los engaños sobre noticias, fotos y datos ‘fake’ que parecen creíbles pero no lo son. El ‘procès’ catalán aúna los bulos, mentiras y falsías que lanzan en las redes colectivos independentistas. Con imágenes y disecciones gráficas Seisdedos destapó cómo engañan con dinero foráneo, lejano a las tierras catalanas.
El abogado y detective valenciano Juan de Dios Vargas (Distrito 46) se quedó corto con una ponencia que prometía (Tecnología y su aplicación en la investigación penal y civil). Hizo una trabajada compilación jurisprudencial de las que afectan a las técnicas de investigación más usuales entre detectives, policías, abogados, peritos... Las balizas de geolocalización por GPS centraron gran parte de la alocución del valenciano. Hay varios pronunciamientos de audiencias a favor de su uso para vigilancias pasivas, pero falta que el Supremo diga la última palabra.
Francisco Carcaño Domouso (Ingenia) fue claro sobre cómo se desinforma. Indicó que en 2022 más del 50% de las noticias en digital serán falsas. Las campañas de desinformación están perfectamente elaboradas y son identificables, según Carcaño. Hay ejemplos (PizzaGate, Veles-Macedonia, WhatsApp-Metro Bank). La causa-efecto es obvia, aunque el pecado a veces se comete desde el poder. Carcaño aplicó técnicas para detectar estas campañas. Fueron muy útiles a Trump para alcanzar la presidencia norteamericana, a Putin para dominar más territorios que los rusos y a ciertos partidos, patronales y sindicatos españoles para escurrir el bulto o relativizar la corrupción.
José Manuel Díaz-Caneja (I+L Formación) es un jefe militar que forma en inteliencia a muchos civiles. Su nutritiva charla explicó cómo se procesa el OSINT, que, como internet, nació en el entorno de las fuerzas armadas. La veteranía docente y un verbo fácil de entender hicieron que su participación en OSINT CITY fuera muy aplaudida con nuevos contenidos, puesto que en la primera edición también estuvo presente.
Iván Portillo y Gonzalo Espinosa (Analistas de EY y GINSEG) centraron un nutritivo taller. Lo denominaron apropiadamente ‘Surface craawling’, es decir, categorizar datos obtenidos mediante ciberinteligencia vía teoría de sistemas o grafos. A la concurrencia del evento ofertaron su experiencia con tres ejemplos. Sobre ello visualizaron estadísticas del objetivo (target) en contexto comparativo. Fue extenso el taller, pero denso y aplaudido.
Salvador Gamero (Detectivia y Gamero Globalsec) constató que el trabajo compartido entre detectives da fruto. Las agencias Mandri y Logia llevaron al escenario a sus responsables y relataron cómo solventaron un ataque plagado de entradas difamatorias a la comunidad docente al twitter de un colegio público de Castilleja de la Cuesta.
La policía tuvo fácil su empeño gracias a las huellas digitales que dejaron los ’hackers’, por llamar de alguna forma al desalmado de turno. Esta realidad patentiza que en delitos privados, los que sólo se investigan previa denuncia de parte afectada, rige la exclusividad y efectividad de la licencia del detective. Y dejaron claro los intervinientes, incluido Director del colegio público afectado, que un investigador privado resuelve sin corsé burocrático ni tempos judiciales.
Buscando desaparecidos
El último tramo de OSINT CITY 2020 se centró en un problema capital. En España hay casi 3.000 cadáveres sin identificar en distintas morgues. Desde 2010, según el Ministerio del Interior el pasado año, hay denunciadas 176.063 desapariciones de las que 12.330 continúan activas.
Para ilustrar del problema compareció Julio Pavón Bonilla, Inspector del Cuerpo nacional de Policía que dirige el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDes). Los nudos en el estómago se reprodujeron entre los asistentes porque las desapariciones son en parte voluntarias, pero alarman las forzadas e involuntarias. O las que son producto del delito, el accidente u otras circunstancias que privan del ser querido a su entorno afectivo.
El CNDes se creó hace dos años y es un niño que precisa crecer. Tiene escasos recursos y reducido presupuesto propio. Las fuerzas policiales, colectivos de voluntarios, técnicos judiciales, medios informativos y la red de redes son esenciales para minimizar esta problemática que lejos de aminorar crece por numerosos factores. El suicidio lleva el mismo ritmo de galope, superando cifras antes impensables (sobre 4.000 al año).
Tras el responsable del CNDes se organizó una mesa redonda en la que aportó su experiencia Isidro, padre de Paco Molina, cuya ausencia se produjo en 2015 tras perderse su rastro en una plaza cordobesa. El tesón del progenitor relató con crudeza que lo que sufre de su hijo le puede pasar a cualquiera y hacen falta medios para encontrar al ser querido, máxime cuando es menor como es el caso que ocupaba a un padre-coraje.
El televisivo Paco Lobatón (Vicepresidente QSDGlobal) no se jubila desde que visibilizó el drama de los desaparecidos. Su voz es el consuelo de miles de familias españolas por la que hace lo que puede la fundación que dirige y que toma el acrónimo del programa de RTVE que le hizo famoso dentro y fuera de los platós y productoras como empresario.
Jorge Coronado (Ciberexperto) además de ser alma del OSINT CITY reclamó ayuda para completar una aplicación-programa de ayuda para localizar desaparecidos. Relató un caso resuelto gracias a su olfato digital con el permiso de padres de una menor. La encontraron lejos de su hogar en gracias a una cita fijada en la red. Coronado conoce bien las huellas digitales al igual que el último ponente, Salvador Gamero, muy implicado en localizar a los desaparecidos con su saber y corazón solidario.
El reto de OSINT CITY 2020 fue sacar adelante su lema ‘Basado en casos reales’ y vaya si se cumplió. Casi heroica se antoja tal realidad sin autoridades que apadrinen el evento ni dinero público, es decir subvenciones, que lo condicionen. Lourdes Domínguez, conductora de las jornadas sucediendo a la periodista-detective Gema Piñeiro, y equipo de colaboradores del que destacamos a Antoni Cobos llenó de elogios y mensajes en redes el evento que reseñamos. El desafío es para 2021. Mientras, ciberinteligencia y talento humano encontró lo que buscaba.