Congreso del Partido Laborista

Starmer promete a los británicos que el coste de atajar el déficit público será "compartido justamente"

El primer ministro británico asume que deberá tomar "medidas impopulares" y critica duramente los "14 años de caos" de los gobiernos conservadores

El primer ministro británico, Keir Starmer, durante su intervención en la conferencia anual del Partido Laborista, este miércoles en Liverpool.

El primer ministro británico, Keir Starmer, durante su intervención en la conferencia anual del Partido Laborista, este miércoles en Liverpool. / ADAM VAUGHAN / EFE

Agencias

El Reino Unido debe prepararse para apretarse el cinturón, pero con mesura. Así lo entiende el primer ministro, el laborista Keir Starmer, quien en su discurso de este martes en la conferencia anual del partido que tiene lugar esta semana en Liverpool instó a sus ciudadanos a unirse en una "lucha compartida" por el objetivo de "la renovación nacional". Y, tras pedir paciencia para poder implementar "un proyecto a largo plazo", prometió que el coste de atajar el déficil público será "compartido justamente". En unas declaraciones recientes, el 'premier' ya había asegurado que el presupuesto que presentará a finales de octubre será "doloroso".

Starmer avisó que el camino será duro tras "14 años de caos" bajo sucesivos gobiernos conservadores, pero aseguró que, si se toman ahora las decisiones difíciles para ajustar las finanzas públicas y estabilizar la economía, se llegará antes "a la luz al final del túnel". Según los laboristas, los 'tories' dejaron unos 26.000 millones de euros de déficit.

El líder laborista garantizó un Gobierno de servicio público que trabajará para construir una nación basada en el respeto: "Un Reino Unido que les pertenezca a ustedes". "La política de renovación nacional es colectiva. Implica una lucha compartida. Un proyecto que dice a todo el mundo que esto será difícil a corto plazo, pero que es lo correcto a largo plazo para nuestro país. Y todos nos beneficiaremos de ello", afirmó ante un auditorio repleto de militantes exultantes por la victoria electoral.

Starmer expresó su deseo de unir a los ciudadanos, sin perder de vista a quienes están "hastiados con la política", en la misión de crear "un Reino Unido construido para que dure, construido con respeto y construido con orgullo".

Medidas emprendidas

El primer ministro, cuya intervención fue interrumpida momentáneamente por un activista que profirió proclamas a favor de Gaza desde la grada, destacó las medidas que tomó desde su entrada en Downing Street --como la renacionalización de los ferrocarriles, los acuerdos salariales con los funcionarios o la creación de una gestora de energías renovables-- y subrayó que "el cambio ya ha empezado".

No obstante, alertó de que las decisiones que se avecinan, que conllevan restricciones del gasto para ajustar un "agujero negro financiero" heredado de los 'tories', serán "impopulares" y "difíciles", e insistió en que quiere ser honesto y no dar "falsas esperanzas".

Criticado previamente por ser demasiado negativo, subrayó que, como recompensa a los esfuerzos, la gente verá en última instancia cómo mejora el debilitado Servicio Nacional de Salud (NHS) y la educación, y también cómo se reduce la presión migratoria mediante un manejo más eficiente de las fronteras y una mejor capacitación de los trabajadores a nivel nacional.

"Sé que este país está agotado de la política. Sé que la crisis por el aumento del coste de la vida veló la alegría y la ilusión de nuestras vidas y que la gente quiere un respiro, y puede que incluso votaran por esa razón al Partido Laborista", manifestó. "Cambié el Partido Laborista para que volviera a estar al servicio de los trabajadores, y eso es exactamente lo que haremos por el Reino Unido", agregó.

Starmer compareció ante los afiliados después de días de polémicas por la revelación de que él y otros miembros del Gobierno aceptaron regalos de donantes antes y después de las elecciones, lo que, aunque no fue ilegal porque los declararon, empañó su credibilidad tras presentarse en la campaña como un Gobierno basado en la honestidad.

Aunque el congreso concluye este miércoles, Starmer, que con su discurso trató de recuperar las riendas de su proyecto, partió este mismo martes hacia Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas.