Cuaresma 2022

Mitos, bulos y leyendas de la Semana Santa de Sevilla

04 mar 2022 / 08:15 h - Actualizado: 04 mar 2022 / 08:17 h.
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  • Mitos, bulos y leyendas de la Semana Santa de Sevilla

¿Fue el Señor de San Esteban el antiguo titular de los Mulatos? ¿Está inspirada la Plaza de Cuba en el ancla de la Esperanza de Triana? ¿Cuántos caballos llegó a tener el misterio de la Exaltación?

Que la Semana Santa tampoco se libra de los relatos espurios y las mentiras repetidas una y mil veces lo sabe hasta el Zaqueo de la Borriquita. Pero que estas falsedades se sigan difundiendo en la actualidad, cuando tenemos a nuestro alcance más medios que nunca para acceder a la información, resulta doblemente sorprendente, pues ello confirma que una parte importante de la población no se molesta en contrastar los datos a los que tiene acceso, provocando que los chismes, las inexactitudes y las patrañas continúen salpicando el día a día de nuestras hermandades, y por ende de toda la celebración religiosa. En las próximas líneas trataremos de arrojar luz sobre algunos de los mitos, bulos y leyendas más extendidos de nuestra Semana Santa. Algunas historias proceden directamente de las aceras, las barras de bar o las tertulias improvisadas; otras de los múltiples foros que pueblan Internet, y la mayoría de las redes sociales. ¿Me acompañáis a desentrañarlos?

La marcha Pasan los Campanilleros se prohibió durante años en la Carrera Oficial porque el Consejo de Cofradías la consideraba «demasiado folclórica».

Nada más lejos de la realidad. José Carlos Campos Camacho, cofrade de reconocido prestigio que fuese hermano mayor del Museo y presidente del Consejo de Cofradías, hace años que negó esta aseveración, explicando que lo que realmente ocurrió es que, al comienzo de la década de los setenta, se recomendó que la marcha no se tocase durante el recorrido oficial para no retrasar el horario establecido. Y es que, según sus propias palabras, Pasan los Campanilleros «es una marcha que se presta mucho al lucimiento de los pasos de palio, por lo que las cofradías se recrean excesivamente cuando se interpreta. De ahí la recomendación, que no la prohibición, del Consejo a las hermandades». Ni que decir tiene que durante la última década han sido numerosos los palios que han entrado en la Carrera Oficial a los sones de la composición de Manuel López Farfán, llegando a convertirse en 2017 en la pieza más interpretada en la plaza de la Campana.

Mitos, bulos y leyendas de la Semana Santa de Sevilla

El futbolista Juan Araújo fue visitado en su casa por el Gran Poder tras haber renegado de Él por no haber evitado la muerte de su hijo.

Esta historia se remonta a 1965, cuando con ocasión de las Misiones Generales, el Gran Poder fue llevado en procesión hasta el barrio de la Candelaria. A la altura de San Juan de Dios, una fuerte lluvia sorprendió al cortejo, buscando de inmediato sus hermanos un lugar donde proteger a la imagen tallada por Juan de Mesa. Según la leyenda urbana, el ex futbolista del Sevilla FC Juan Araújo acogió al Señor en su propia casa, pese a hallarse roto de dolor por la muerte de su hijo Jesús, y tras jurar que no volvería a pisar el templo de San Lorenzo. Sin embargo, ni a Araújo se le murió ningún hijo ni el Señor del Gran Poder accedió a ninguna vivienda. La que sí se refugió en el garaje que el deportista poseía en Nervión fue la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. En cambio el Nazareno, al no poder acceder al local por la altura de la cruz, hubo de desplazarse hasta la parroquia de la Concepción.

La Plaza de Cuba está inspirada en el ancla de la Esperanza de Triana.

Este bulo es bastante antiguo, pero cada cierto tiempo vuelve a resurgir en las redes sociales a partir de una fotografía en blanco y negro tomada desde las alturas. Por supuesto se trata de una simple pareidolia —fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible—. La prueba radica en que el Puente de las Delicias, al unirse con la glorieta Avión Saeta, arroja desde el aire la misma forma que el Puente de San Telmo con la mencionada plaza.

El Señor de la Salud y Buen Viaje era el antiguo titular de la cofradía de los Mulatos.

Dicho mito seguramente surgió por la cercanía entre el templo de San Esteban y la parroquia de San Ildefonso, donde radicó la desaparecida hermandad de la Presentación de Nuestra Señora, la cual disponía de una importante población de mulatos, esclavos y libres, en el siglo XVI. Sin embargo, la realidad es que esta antigua corporación, que con el tiempo daría lugar a la hermandad del Calvario, vendió a su titular en 1784 para hacer frente a sus deudas, desconociéndose su paradero actual. Por su parte, el Señor de San Esteban, cuyo busto de barro cocido data del siglo XVI, apunta al Ecce Homo que se encontraba en la Congregación de la Anunciata, centro jesuita que se ubicaba en la antigua iglesia San Hermenegildo —hoy centro cultural sin uso—.

Antiguamente, la Exaltación sacaba cuatro caballos.

No somos pocos los cofrades nacidos a finales de los setenta y principios de los ochenta que hemos escuchado esta frase. En realidad se trata de una leyenda fundada, pues en ningún momento el misterio de la Exaltación incluyó más de dos équidos a los pies del Señor. ¿De dónde procede el error? Seguramente de la presencia de otros dos caballos en una de las cartelas del paso, los cuales, sumados a las imágenes citadas, arrojan la cifra de cuatro. Un curioso acertijo utilizado para despertar en los niños la curiosidad por la Semana Santa.

Mitos, bulos y leyendas de la Semana Santa de Sevilla

El verdadero Cachorro se oculta en el cementerio

La primera vez que escuché esta afirmación fue siendo un adolescente, y lo cierto es que me intrigó. Al ser hermano del Cachorro, me esforcé por conocer la verdad, pues no eran pocos los que afirmaban que el Santísimo Cristo de la Expiración, tras el devastador incendio sufrido en su templo en 1973 —el mismo que calcinó a la antigua Virgen del Patrocinio—, fue llevado al cementerio de San Fernando y sustituido por una réplica. Lo cierto es que el crucificado de Ruiz Gijón fue restaurado por los hermanos Raimundo y Joaquín Cruz Solís junto a Isabel Poza, mientras que la imagen que se «oculta» en el cementerio es una copia realizada por Eduardo Muñoz Martínez y policromada por Cayetano González, tras un encargo de Aníbal González autorizado por la hermandad. La talla apócrifa, que presenta un aspecto lamentable a causa de la humedad, puede apreciarse a través de una rendija del panteón que el afamado arquitecto posee en el camposanto.