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Actualizado: 26 ene 2020 / 12:24 h.
  • Imagen: SEAT
    Imagen: SEAT

De unos años a esta parte, prácticamente a diario se conocen noticias que tienen relación con el cambio climático, la emergencia climática o cualquier otra serie de eufemismos con la que referirse al asunto. Una parte de estas noticias alertan a los conductores de las restricciones al tráfico y de otras medidas que llegarán antes o después para paliar la contaminación causada por los vehículos con motor de combustión (aunque los eléctricos contaminen fuera de la ciudad, allá donde se produce la energía eléctrica). Sin embargo, las campañas públicas sobre conducción eficiente brillan por su ausencia y el impacto ambiental de cada vehículo está directamente relacionado con su consumo de carburante.

Una de las claves para conducir de manera eficiente (es decir, de la forma en que se produzca el menor gasto de energía posible en cada desplazamiento) es la anticipación. Cuanto antes sepamos la siguiente maniobra que tenemos por delante, mejor gestionaremos la energía del motor al frenar y acelerar y más combustible ahorraremos. Y, aunque a muchos conductores les parezca una nimiedad, el uso del intermitente no sólo ayuda a maniobrar con seguridad, sino que permite a los demás conductores gestionar con un margen mayor de tiempo el momento de acelerar o frenar. No es sólo una cuestión de seguridad, sino de ahorro energético.

Le pondré un ejemplo fácil de comprender. ¿Cuántas veces ha llegado a una rotonda y ha frenado por completo esperando que un coche terminase el giro para que finalmente acabase abandonándola por la salida anterior? Probablemente, si ese conductor hubiese señalizado su intención de salir de la rotonda sin pasar por delante de usted, habría podido entrar en la rotonda sin llegar a parar completamente el coche y, por tanto, sin frenar y acelerar innecesariamente. Se habría ahorrado frenos, combustible y ruedas en una pequeñísima proporción, sí, pero multiplique esa maniobra por las cientos de veces al año en que ha tenido que frenar por culpa de alguien que ha cambiado de dirección sin avisar, se ha desviado cuando usted esperaba que siguiera recto o ha abandonado una rotonda sin señalizar y usted se ha quedado como un tonto esperando a ceder el paso para nada.

Desde estas páginas hemos hecho hincapié en varios artículos sobre la importancia de mantener la distancia de seguridad. No solo porque es la forma más eficaz de evitar sustos y alcances, sino porque permite, igualmente, gestionar la velocidad de manera más uniforme para así hacer la conducción más suave para los pasajeros y más eficiente en términos de gasto. Hágalo por la razón que le dé la gana: porque le importa su coche, porque es bueno para su bolsillo o porque le tiene aprecio a la vida; pero hágalo, por usted y por todos los que no lo hacen por ignorancia, cerrazón o chulería. Y ponga el intermitente, por favor. En cada maniobra que lo requiera y también en las que, sin ser obligatorio, sea aconsejable.

Es sencillo pensar en los demás usuarios de la vía para que no tengan que jugar a las adivinanzas cuando nos tengan en su campo de visión. Hay que señalizar con antelación los giros, los cambios de carril, la intención de salir en las glorietas y las maniobras de salida de un aparcamiento. Antelación significa con tiempo de que los demás lo vean, no cuando ya hemos iniciado la maniobra, claro está.