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Actualizado: 24 ene 2021 / 14:11 h.
  • Los cambios estéticos respecto al GLA del que deriva son principalmente decorativos, aunque algunos afectan favorablemente a la aerodinámica
    Los cambios estéticos respecto al GLA del que deriva son principalmente decorativos, aunque algunos afectan favorablemente a la aerodinámica

Poco a poco, al ritmo del mercado, Mercedes-Benz va ampliando su gama de modelos 100 % eléctricos englobados dentro de la familia EQ. Y lo hace con modelos de carrocería SUV, que tienen muchas más cualidades compartidas con los turismos de la marca que con un verdadero todoterreno, pero que acaparan cada vez más ventas. El primero que lanzó fue el EQC. 2020 ha sido el primer año en el que en algunos países occidentales se han vendido más SUV que berlinas de todo tipo.

Mercedes-Benz ha avanzado que el precio de partida del EQA estará ligeramente por debajo de los 50.000 euros, cantidad por la que se podrá adquirir dentro un par de semanas un coche de tracción delantera con una autonomía homologada de 426 kilómetros, un motor de 190 caballos y una batería de 66,5 kWh que, a través de carga rápida a 100 kW de potencia, se puede recargar del 10 al 80 % de su capacidad en media hora. Son características parecidas a las que tiene el Volkswagen ID.4 que, no obstante, es 14 centímetros más largo, o el Lexus UX 300e. El EQA pierde capacidad de maletero respecto a un GLA convencional, debido a que las baterías ocupan parte del espacio dedicado a almacenamiento. Por tanto, pasa de 435 a 340 litros, que es un volumen pequeño para un SUV de su tamaño.

Más adelante, según ha comunicado Mercedes-Benz, habrá versiones más potentes, una de ellas con al menos 272 caballos y otra con hasta 500 km de autonomía, que dispondrán de tracción total 4MATIC gracias a un segundo motor que mueva las ruedas traseras. El EQA se puede cargar en corriente alterna (es decir, la doméstica) a una potencia de hasta 11 kW, que es la potencia que suele encontrarse en los cargadores públicos de algunos centros comerciales (en casa no es habitual tener más de 5 kW, para no incrementar el coste del término de potencia en la factura). En tal caso, una carga completa, suponiendo que se llega con una reserva del 10 %, toma algo menos de seis horas en llevarse a cabo. El cargador se enchufa en el conector que hay en la aleta trasera derecha, donde está la portezuela que en los Mercedes-Benz GLA oculta la boca del depósito.

La aerodinámica del EQA está trabajada para reducir el consumo de energía, tan sensible en los coches eléctricos en los que hay que tener más en cuenta las condiciones meteorológicas, por ejemplo, ya que un día de viento intenso puede reducir drásticamente la autonomía. Los detalles que delatan que se trata de una versión que no lleva motor térmico son la parrilla y los bajos de la carrocería carenados (es decir, cubiertos por una protección plástica que facilita que el aire fluya alrededor sin que se produzcan turbulencias), las llantas con un diseño específico y de color bronce o el alerón posterior de mayores dimensiones.

Como ocurre en la mayoría de coches eléctricos, el conductor puede elegir cuánta cantidad de frenada regenerativa emplear. A mayor capacidad de retención del motor eléctrico al dejar de acelerar, más energía se recupera, pero la frenada es más intensa y requiere modular bien el pedal durante la conducción para evitar brusquedades innecesarias. En el caso del EQA hay cuatro niveles, D+, D, D- y D--, más un quinto, Dauto, que se adapta al tráfico y al ritmo de circulación. En otros coches eléctricos sólo se pueden elegir dos niveles, uno intenso y otro suave.

En el EQA, como en el resto de la gama Mercedes-Benz, algunas de las funciones del vehículo se pueden controlar a través de la aplicación móvil Mercedes Me, que permite, entre otras cosas, gestionar la carga y los horarios de inicio y finalización, encender remotamente la climatización del coche o conocer el estado del vehículo y su ubicación.

El apartado multimedia se gestiona desde una de las dos pantallas que hay en el salpicadero, ambas de grandes dimensiones (de serie), la central de tipo táctil y la de instrumentación solamente configurable en aspecto y contenido. El sistema va apoyado por reconocimiento vocal, que tiene inteligencia artificial para reconocer órdenes dadas con lenguaje natural, como por ejemplo, “ey, Mercedes, tengo calor”.

Los acabados disponibles son tres: Progressive, Electric Art y AMG Line, mas una edición limitada al primer año de comercialización denominado Edition 1, con más equipamiento de serie, en similitud con lo que Mercedes-Benz hace con otros modelos cuando los lanza al mercado.