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Actualizado: 01 ago 2018 / 07:00 h.
  • Sin noticias de los 40ºC
    Esta imagen, la de un termómetro marcando 40 grados en Sevilla, aún no se ha producido en lo que va del año. Hace exactamente 346 días que la ciudad no alcanza una temperatura similar a la de la fotografía. / Juan García de Sola

Este verano que en poco se parece a los de los años anteriores sigue cerrando ciclos a golpe de récord. Si junio fue en Sevilla uno de los meses más frescos de los que se recuerdan en las últimas décadas, julio no se ha quedado a la zaga y ha cerrado con una temperatura media muy por debajo de los registros habituales en la serie histórica de este séptimo mes del año. De todos sus matices, sin duda el más significativo pasa por el hecho de que no se hayan alcanzado los temidos 40 grados de temperatura. De hecho, ni siquiera nos hemos aproximado a esta cifra, ya que el valor más alto de los alcanzados fueron los 37,4 grados registrados el sábado 7 de julio a las 16.11 horas de la tarde.

Son algunos de los datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología en los que hace referencia a la temperatura registrada en Sevilla, tomada de la estación del aeropuerto de San Pablo y en sombra. Es decir que, con casi toda seguridad, en las horas centrales del día, a pleno sol y en el corazón de la ciudad, la sensación térmica ha podido ser bastante mayor, incluso llegando a superarse la barrera psicológica de los 40 grados. Pero como debemos centrarnos en los datos reales, a estas alturas podemos asegurar que el julio de este año ha sido el que ha registrado un pico máximo de temperatura más bajo de los últimos 35 años. Habría que remontarse hasta 1983 para encontrar un mes de julio en el que la temperatura absoluta fuera inferior a los 37,4 grados de este año. Por aquel entonces, y con una pequeña diferencia, los termómetros se quedaron en los 37 grados del día 17. Para encontrar un julio todavía más fresco habría que viajar hasta la década de los 70, concretamente a 1977, cuando el mercurio se paró en una máxima de 36,4.

Este escenario claramente excepcional queda aún más de manifiesto si profundizamos en los datos de la última década. Si nos centramos en lo ocurrido desde 2008, veremos cómo ningún mes de julio registró una temperatura absoluta inferior a los 40 grados. Con un pequeño matiz, los 39,9 grados de 2011, concretamente del día 26 de este mes. El resto, por encima o muy por encima de los 40 grados. En 2008 fueron 40 exactos, en 2009 la cifra subió a 42, en 41,1 se quedó el 2010 y los ya nombrados 39,9 de 2011. A partir de ese año, los 40,6 de 2012, 41,1 en 2013, 40,6 en 2014, y los récords de 42,9 en 2015, 42,3 en 2016 y 43,6 el 12 de julio del pasado año 2017.

En fin que algunos pensarán que menudo regalazo este verano sin 40 grados. Y es que esta histórica tregua del calor en Sevilla dura ya más de lo imaginado. De lo soñado, podríamos decir. En concreto, hace nada más y nada menos que 346 días que en la capital hispalense no se registra una temperatura superior a los 40 grados. Sería necesario remontarse al sábado 19 de agosto de 2017, cuando a las 14.57 horas de la tarde se produjo el pico más elevado de temperatura: 40,4 grados. Por lo tanto, y a pesar de que el septiembre y el octubre del pasados fueron calificados por la Aemet como calurosos, hace casi un año que en Sevilla no nos aproximamos al temido registro veraniego del calor extremo.

¿El verano más fresco?

Esta es, sin duda, una de las cuestiones más repetidas en estas últimas semanas. ¿Está viviendo la capital hispalense el verano menos caluroso de los últimos años? Para hacer esta afirmación hay que tener en cuenta varios factores que van desde la estación meteorológica que se analice –en nuestro caso la del aeropuerto de San Pablo– hasta variables como la temperatura absoluta, la media global y la de las máximas y mínimas. Un cóctel ciertamente complejo que hace que no sea sencillo determinar qué año se sitúa en el primer escalón del pódium de los veranos más fresquitos. Fíjense en un dato, la temperatura más elevada en toda la serie histórica de una jornada del mes de julio se produjo el día 23 de 1995, con 46,6 grados. Sin embargo, la media global del mes fue de 29,1, algo menos de un grado por encima de los 28,2 grados que la Aemet considera habituales.

Pero centrémonos en este julio que acaba de terminar. Como decíamos antes, el pico más elevado de temperatura se dio el día 7 a las 16.11 horas con 37,4 grados. No es menos cierto que se han dado también jornadas similares, como el día 9 con 37 grados, el 17 con 36,9 y en torno a los 35 durante esta última semana. Todos, eso sí, lejos de los valores que ya hemos visto correspondientes a los años anteriores. Paradójicamente, la máxima absoluta del mes de junio fue mayor a la de julio. Pues, como recordarán, en el sexto mes de este año se llegaron a registrar 39,3 grados el lunes 18. Pero a pesar de estas cifras, el saldo es positivo en cuanto a la sensación de fresco porque dominan los días con máximas impropias de un mes de julio cualquiera. Por poner solo algunos ejemplos, hasta seis días se han quedado con máximas inferiores a los 30 grados, registrándose la más baja de todas el día 1 de julio, en el que los termómetros no superaron los 27 grados.

Esta variable de las máximas, unida a unas mínimas que en muy escasas ocasiones se han situado por encima de los 20 grados, han hecho que la temperatura media –la diferencia entre todas las máximas y mínimas registradas en un mes– se sitúe este julio en 25,5 grados, casi tres menos que lo que refleja la media de la serie histórica, fijada en 28,2 grados. No es el único valor que se queda por debajo de lo habitual. La media de las temperaturas máximas está fijada en 36 grados, mientras que este año se ha quedado en solo 33,2 grados. En el caso de las mínimas también hay importantes diferencias, entre los 20,3 grados de la media habitual y los 17,9 grados alcanzados este año.

Todos estos datos, siempre inferiores a los registros medios, permiten afirmar que este julio que acaba de terminar ha sido uno de los menos calurosos en Sevilla, con toda certeza de, al menos, las últimas cuatro décadas. Una tregua del tiempo que, todo hace indicar, tiene los días contados. A partir de hoy, las temperaturas darán una subida importante. Aun así, agosto será también algo más fresco de lo normal.

Llega agosto y los termómetros se disparan más allá de los 40ºC

Agosto llega a los calendarios con la primera ola de calor del verano bajo el brazo. El mercurio escalará hasta temperaturas superiores a los 40 grados en provincias como Sevilla y Huelva, donde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado la alerta naranja entre las 12 y las 21 horas.

Sin embargo, el episodio será especialmente intenso y duradero en el cuadrante suroeste y el jueves y viernes se podrían alcanzar los 44 grados en el valle del Guadalquivir.

Dicha ola de calor se extenderá, al menos, hasta el próximo lunes y ha disparado la alerta en un total de 31 provincias de nueve comunidades autónomas diferentes. En Andalucía, se prevé que los termómetros superen los 42 grados en las provincias de Córdoba y Jaén, también con aviso naranja por altas temperaturas.

Por su parte, la Aemet ha activado el nivel amarillo en Cádiz y Granada, cuyos mercurios podrían alcanzar los 39 grados. En el caso de la provincia gaditana, también se prevé la activación del aviso amarillo por vientos en el litoral, especialmente en la zona del Estrecho.

En este sentido, Protección Civil recomienda limitar la exposición al sol y mantenerse en lugares bien ventilados, así como beber con frecuencia agua o líquidos. Asimismo, señala que es aconsejable ingerir comidas ligeras y regulares, ricas en agua y sales minerales como frutas y verduras.

Utilizar ropa de colores claros y cubrir la cabeza y la mayor superficie de piel para no exponerlas al sol, así como evitar la realización de ejercicios físicos prolongados en las horas centrales del día son otras de las recomendaciones de Protección Civil, que advierte de la necesidad de estar pendiente de las personas mayores o aquellas que viven solas o enfermas.

Los últimos 50 años

1968-1977

En esta década se apuntó la temperatura máxima el 30 de julio de 1975, cuando la Aemet registró un pico de 44 grados. La media de las máximas en este periodo se situó en 34,8 grados y de las mínimas en 18,4 grados. El julio más fresco fue el de 1977, con una media de 24,1 grados y un máximo de 36,4 el día 18.

1978-1987

La temperatura más alta de esta década se registró el 17 de julio de 1978, con una máxima de 44 grados. En estos diez años, la media de las máximas fue de 34,7 grados y la de las mínimas de 18,6. De todos, el mes de julio más fresco fue el de 1983, con una temperatura media de 24,8 y una máxima de 40,4 grados.

1988-1997

Entre los años 88 y 97, la temperatura más alta de un mes de julio se alcanzó el día 17 de julio de 1991, con un pico de 44,2 grados. En general, la media de las máximas de esta década fue de 36,6 grados, la más alta hasta el momento, y la de las mínimas se quedó en los 20,5 grados. El más fresco fue el de 1997.

1998-2007

Coincidiendo con el cambio de siglo, la temperatura más alta en un mes de julio fueron los 44,3 del día 25 de 2004, seguido muy de cerca por los 44,1 del día 31 del año anterior. La media de las máximas fue de 36,1 grados y la de las mínimas de 20,8. El julio más fresco se registró en 2001 con 26,6 grados de media.

2008-2012

Este lustro estuvo marcado por las altas temperaturas, siendo el registro más elevado los 42 grados del mes de julio de 2009. La media de las máximas fue de 36,5 grados y la de las mínimas de 21,2. El julio más fresco de todos se registró en 2012, con una media de 27,7 grados y una máxima absoluta de 40,6 grados.

2013-2018

En este último periodo analizado, el pico más elevado de temperaturas en el mes de julio tuvo lugar el día 15 del año 2015, con 42,9 grados. El valor medio de las máximas fue de 36 grados, mientras que el de las mínimas se quedó en 20,2 grados. El julio menos caluroso ha sido el de este 2018, con una media de 25,4 grados.