Opinión | Pensamiento Periférico

Señales de humo para Juan Espadas

El PSOE andaluz se encamina a una guerra entre las dos únicas agrupaciones que tienen pulso y aliento, Sevilla y Jaén, sin que Ferraz hable claro para evitar ese enfrentamiento fratricida

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas.

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas. / Rocío Ruz / Europa Press

Nadie, de momento, se ha dirigido expresamente a Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, para pedirle que dé un paso al lado y no concurra a las primarias del partido para renovar su liderazgo y repetir como candidato en las elecciones autonómicas de 2026. Ese es el hecho cierto, al menos hasta última hora del martes. Por eso, el líder del PSOE andaluz asegura que tiene el respaldo y la confianza del secretario general, Pedro Sánchez, que guarda silencio en público.

Es cierto que no ha existido esa petición expresa, tanto como que Espadas ignora las señales evidentes y que estas se multiplican en los últimos días. Lean dos con carteles luminosos. El secretario de Organización, Santos Cerdán, compartió un mensaje en sus redes este domingo: "A mí me parece bien que los militantes del Partido Socialista den un paso al frente para liderar. Eso quiere decir que tenemos cantera y que tenemos gente con ganas para tener el mejor proyecto en cada territorio". Lo hizo para compartir una entrevista concedida en El Diario.es donde no acabó de hablar suficientemente claro del futuro de Espadas y de su número dos, Juanfran Serrano. Por eso quiso aclararlo y darle luz verde a su adjunto.

La segunda señal con aviso en rojo llegó este mismo martes, cuando Espadas habló de la moción de censura de Jaén. Fue terminar su intervención y empezar a sonar los teléfonos. El secretario general del PSOE-A aseguró que la moción había sido negociada desde Jaén y que él no tenía información. Poco más aportó pero no gustó nada su intervención en los despachos de sus superiores y así lo hicieron saber. En primer lugar porque no defendió con vehemencia la moción de los ataques del PP que acusan al Gobierno y a María Jesús Montero de “comprar” con quita de deuda la alcaldía jiennense. En segundo, en esto no fueron tan explícitos pero se entendió perfectamente, porque solo habló de Julio Millán, el futuro alcalde de Jaén y portavoz del grupo municipal, como urdidor de la moción que descabalgará al PP y obvió a Serrano, número dos de la secretaría de Organización de Ferraz y su principal rival en unos primarias andaluzas.

Empiezan los disparos

Qué hicieron sus adversarios internos, dispararle. Qué hizo él, enviar sus declaraciones para defender que no había nada que reprochar en sus palabras. Llamativo es que Espadas no tuviera conocimiento de la maniobra que pone todos los focos en Jaén cuando su secretario de Organización, Jacinto Viedma, es jiennense.

Así están en Andalucía a 48 horas del Comité Director que pondrá el reloj para el proceso orgánico regional. En Madrid lo tuvieron más fácil porque Juan Lobato dimitió, admiten los socialistas. Su visita al notario despejó el camino a Óscar López.

Espadas, con el respaldo del PSOE de Sevilla, que se niega a perder el puente del mando del partido, asegura que él sigue adelante y no va a dar un paso al lado. Que si su adversario es Serrano, que aún no ha dicho nada públicamente aunque aglutina ya más apoyos de secretarios provinciales que el propio Espadas, él se va a batir en duelo con el jiennense.

Es justo lo que le quedaba a un PSOE andaluz que está a 22 puntos del PP de Juanma Moreno, 22, un abismo, según el último Barómetro del Centro de Estudios Andaluces. Un duelo Jaén-Sevilla, las dos únicas agrupaciones que tienen vida, poder y aliento en el PSOE de Andalucía, enfrentadas por la secretaría general. Hizo bien Espadas en mandar un Whatsapp a los suyos pidiendo que compraran palomitas cuando anunció el Congreso regional. Como siempre, ya lo saben, la culpa es del mensajero, es decir, de los periodistas, que están reliando e inventando todo lo que bulle dentro del partido. Es un clásico lo del matar al mensajero.

Lo mejor es, efectivamente, sentarse a observar y tomar distancias. Como recomienda una de las periodistas con más trienios en la información política andaluza, Lourdes Lucio, de El País, toca “pincharse el Urbason” para prevenir reacciones alérgicas por intoxicaciones. Eso es ahora mismo lo que más hay, intoxicaciones de unos y otros. La cosa promete. Lean las señales.  

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