Vandalismo

Queman la escultura del imaginero Álvarez Duarte en la rotonda de la Gran Plaza

La situación actual preocupa en Nervión cuyos vecinos alertan de la presencia de ratas, acumulación de basuras y personas sin hogar acampadas detrás del monolito

Efectos de los restos de una fogata en el basamento del monumento a fray Serafín Madrid, obra de Álvarez Duarte en la Gran Plaza de Sevilla

Efectos de los restos de una fogata en el basamento del monumento a fray Serafín Madrid, obra de Álvarez Duarte en la Gran Plaza de Sevilla / Manolo Ruiz

Manolo Ruiz

Manolo Ruiz

Nervión se siente muy quemado. A punto de cumplirse 50 meses del cierre al tráfico de la isla central de la Gran Plaza de Sevilla en el barrio de Nervión, la demanda vecinal persiste: adecentar y finalizar la reurbanización de la rotonda central. Sin embargo, la situación actual preocupa a los residentes y comerciantes, ya que no solo se sienten "desatendidos por las autoridades municipales", sino que el abandono del lugar, como relata Antonio Mejía, "pensionista y cronista" se refleja en "acumulación de basuras, la presencia de ratas, personas sin hogar durmiendo detrás de la estatua de Fray Serafín, residuos de obras y como reflejo del maltrato a la Gran Plaza, los restos de una fogata en el basamento del referido monumento" obra del insigne escultor e imaginero Luis Álvarez Duarte, Medalla de Sevilla a título póstumo en 2020 y que fuese miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. "En Nervión estamos muy quemados" sentencia Mejía.

Una fogata daña el monumento de Álvarez Duarte

El último acto de vandalismo que denuncian los residentes (carteles de obras arrancados y tirados por los suelos, papeleras destrozadas, setos convertidos en almacén de personas sin hogar) ha sido el incendio de un monumento religioso de Álvarez Duarte en Nervión. Para Manuel Moreno, comerciante de la Gran Plaza, el ataque a la estatua de Fray Serafín Madrid (creador del Teléfono de la Esperanza) es otra muestra más del abandono que sufre la glorieta desde que la cerraron al tráfico. "Ha mejorado la fluidez del tráfico, pero han degradado el espacio desde el olvido y la desatención", afirma Moreno.

María José G.P, que trabaja en una oficina comercial de la Gran Plaza desde hace 30 años, comparte la misma opinión. "Es una pena lo que ha pasado con la estatua de un santo con tanto significado para el barrio y lo que el Teléfono de la Esperanza supone para tantas personas y el propio barrio de Nervión", lamenta.

Ciudadanos de segunda

Ana R. L., tesorera de la comunidad de vecinos de uno de los grandes bloques de vivienda que circundan la Gran Plaza, se muestra indignada. "El haberle metido fuego a la estatua es ya lo último que nos podíamos esperar. Vemos por toda Sevilla rotondas perfectamente cuidadas en el estado de conservación de su vegetación, algunas de ellas realmente bonitas y con elementos descriptivos monumentales como la de Santa Justa, y en la nuestra, con un monumento de Álvarez Duarte, escondido por falta de poda y ahora vilmente atacado, nos convierte a los vecinos de Nervión en ciudadanos de segunda".

Restos de la fogata en el basamento del monumento de Álvarez Duarte en la Gran Plaza

Restos de la fogata en el basamento del monumento de Álvarez Duarte en la Gran Plaza / Manolo Ruiz

La situación, para los vecinos de la Gran Plaza se mantiene desde el cierre de los carriles centrales debido a las obras de Emasesa. Estos trabajos comenzaron durante la administración socialista en el ayuntamiento y dejaron tareas pendientes que aún no se han abordado, y el tiempo no ha hecho más que empeorarlas.

Antigua calzada de la Gran Plaza

Antigua calzada de la Gran Plaza / El Correo

Luis Álvarez Duarte, Medalla de Sevilla y Académico de Bellas Artes

El contexto biográfico del autor del monolito, Luis Álvarez Duarte, que creó el monumento a Fray Serafín Madrid que vemos en la Gran Plaza, es relevante. Sus esculturas religiosas han logrado trascender nuestras fronteras, exportando su arte al otro lado del Atlántico. En el barrio neoyorquino de Queens, veneran una réplica de la Esperanza Macarena de Sevilla obra de Duarte. En la catedral de Buenos Aires se encuentra el Cristo del Gran Amor, conocido como el Cristo de los futbolistas, un encargo que el escultor del Fontanal recibió por parte de dos jugadores que militaron en el Sevilla F.C., los argentinos, Héctor Horacio Scotta y el campeón del mundo Daniel “el terrible” Bertoni. En Colombia, en el barrio Kennedy se localiza otra Virgen de la Esperanza con sello del andaluz; y en Santa Fe de Antioquía, una talla de la Virgen de la Amargura. Un artista sevillano, fallecido hace un lustro y que se mostraba orgulloso de su trabajo “hecho con el cariño de Sevilla, con la sabiduría de Andalucía para que se aprecie el arte por el mundo”.