Seguridad privada y problemas de alojamiento: los vecinos de Pino Montano están "desolados" una semana después del incendio

Ya ha pasado una semana desde que un incendio en un parking subterráneo de un edificio de Pino Montano a las 5 de la madrugada obligara a 92 familias a abandonar sus hogares en cuestión de minutos. Pero para 46 de ellas, la normalidad está lejos de regresar y el pesar se acrecienta con el paso de los días. "Estamos sufriendo mucho. Los vecinos están muy mal. Este martes ha sido duro, más quizás que el primer día que no sabíamos lo que estaba pasando", describe Cristina de Cirez, presidenta de la intercomunidad del edificio, una de las vecinas que todavía no ha podido volver a su casa. A muchos de ellos se les acaba el plazo que les habían dado las compañías de seguros para quedarse en hoteles.

El fuego, todavía de origen desconocido (algunas hipótesis apuntan a un vehículo eléctrico), calcinó 30 coches y obligó a todos los residentes a dejar sus casas casi con lo puesto, pudiendo llevarse alguna pertenencia como ropa, documentos o medicamentos. 46 familias, residentes de tres de los seis bloques, pudieron dormir en sus pisos esa misma noche, pero las otras 46 han tenido que buscarse la vida como han podido, denunciando problemas de seguridad o para encontrar alojamiento.

Ya llevan siete días fuera de sus casas. Y aunque agradecen la ayuda, la consideran insuficiente. "Estamos desolados. Al principio mucho y ahora nada", lamenta De Cirez, que todavía mantiene la esperanza en que sus vidas mejoren: "Quiero ser optimista y que la mayoría podamos estar pronto en nuestras casas. Nos estamos ayudando y apoyando entre todos".

Seguridad privada: 200 euros al día

Los vecinos del edificio incendiado temen por la seguridad de sus casas. Cuenta De Cirez que pillaron a "una persona merodeando" y el sábado sí que se acercaron patrullas policiales, aunque fuentes municipales confirman que no hubo ninguna detención. Entonces la intercomunidad de vecinos optó por contratar seguridad privada, lo cual les está costando 200 euros al día.

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"Quisieron forzar la cerradura de un bloque. No estábamos tranquilos. Era un riesgo para nosotros y nuestros hijos", explica esta representante vecinal a El Correo de Andalucía. Asegura que el consejo de la Policía fue que se buscaran esa seguridad privada y que la compañía de seguros de la intercomunidad les ofrecía apenas seis días de vigilancia, por lo que están tratando el asunto con sus seguros privados.

"Este martes ha pasado tres veces la Policía Local. Vinieron los primeros días, luego nada", denuncia Cristina De Cirez. Estas fuentes municipales confirman que patrullas de la Policía Local estaban fijas los primeros días, pero después se retiraron porque sería inasumible, daría lugar a multitud de peticiones y sería extralimitarse dado que la seguridad dentro del edificio no corresponde a este cuerpo policial. E incluso si hubiera okupas, sería responsabilidad de la Policía Nacional, afirman.

Igualmente, el alcalde de Sevilla ha dado orden de que patrullas den vueltas por esta zona de Pino Montano y se intensifique la vigilancia. En paralelo, son las compañías de seguro privadas y las de la intercomunidad las que deben hacerse cargo de la seguridad en el interior, de la manutención o del transporte.

"De un hotel a las Tres Mil Viviendas"

El otro gran problema al que están haciendo frente las familias afectadas es el alojamiento. Han tenido que buscarse la vida con tres alternativas sobre la mesa: recursos habitacionales municipales, hogares de familiares y amigos o viviendas ofrecidas por las aseguradoras.

La mayoría optaron por personas cercanas, aunque no significa más comodidad. "Yo estoy con mi hijo en casa de mi hermana", se pone como ejemplo la presidenta de la intercomunidad, pero "una persona de 85 años está con su familia, que no tiene la casa adaptada”.

"El Ayuntamiento ofreció cuatro días de hotel y luego a un piso en la Avenida de la Paz"

Cristina de Cirez

— Presidenta de la intercomunidad del edificio

Dentro de las opciones facilitadas por el Ayuntamiento, menos de una decena se acogieron a ellas. Pero no en las condiciones deseadas por los vecinos. Cuenta De Cirez que a la familia residente en uno de los bajos más afectados el consistorio le ofreció "cuatro días en un hotel y luego un piso en la Avenida de la Paz, al lado de las Tres Mil Viviendas". Es decir, muy lejos de Pino Montano, donde tienen su vida, y "sin coche ni moto" por el incendio.

También hay vecinos a los que las compañías privadas les han ofrecido varios días de hotel y este martes era el último día. Y luego está compañía de la intercomunidad, que en palabras de su presidenta, "parece que por salir en los medios se está interesando más".

Las reuniones son diarias. La aseguradora les ha pedido una lista con los vecinos afectados y estos piden ser reubicados. Una posibilidad es que les cubran el alquiler de una vivienda, pero "nadie lo hace por un mes". También proponen que Emvisesa les facilite ubicaciones de pisos para las personas que más lo necesiten.

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La sede del distrito, una segunda casa

Desde las compañías de seguros, y tras reuniones con otros expertos, el plazo que se les ha dado para volver a sus hogares es de un mes aproximadamente. Mientras tanto, la sede del Distrito Norte, justamente ubicado frente al edificio incendiado, está funcionando como una segunda casa.

Allí tienen a su disposición comida, bebida, cuarto de baño, un salón en la planta baja para poder reunirse, teléfono, o incluso un punto específico para poder gestionar todos los trámites necesarios con un funcionario a su disposición.

Los afectados sí están muy agradecidos con este servicio. “Son vecinos nuestros. Se están portando muy bien", valora De Cirez. Están sin casas y sin vehículos, pero entre el miedo y la desesperación también hay optimismo y esperanza en que la situación de este casi medio centenar de familias mejore y puedan regresar a la normalidad de sus vidas.