Turismo

Sevilla estrena una media al día de 25 pisos turísticos mientras Barcelona ya da el cerrojazo

Los picos para la luz verde a este tipo de vivienda coinciden con la aprobación del decreto de la Junta, en enero, y la presentación del mapa de barrios saturados del Ayuntamiento, en marzo

En 2019, el año que batió todos los récords en materia turística, la media de concesión de pisos turísticos al día en Sevilla fue de 18,5

Un grupo de turistas en una ciudad española.

Un grupo de turistas en una ciudad española. / EFE

Patricia Godino

Patricia Godino

Una media de 25 licencias para pisos turísticos al día desde enero. Unos 750 pisos para este uso al mes y más de 3.750 pisos en cinco meses. Viviendas que salen del parque tradicional de alquiler de larga temporada o ni siquiera llegan a incorporarse a él. En lo que llevamos de año, esas son las cifras oficiales que dimensionan de qué hablamos cuando hablamos de saturación turística y de problemas de vivienda para los locales y residentes de larga duración.

Mientras en Sevilla la proliferación sigue y los partidos no son capaces de ponerse de acuerdo sobre cómo abordarlo, el ayuntamiento de Barcelona, que tiene ahora mismo 10.000 pisos turísticos con licencia, trabaja para que en 2029 no haya ninguno. Han anunciado que ese año la figura del piso turístico desaparecerá de la ciudad. Su alcalde, Jaume Collboni, comunicó que en 2028 anulará las 10.000 licencias para que esos pisos pasen al mercado de venta o alquiler y que a partir de ahora no se concederán nuevas aperturas, amparados en una ley que permite esta regulación.

Negociaciones abiertas

En el Ayuntamiento de Sevilla, el próximo lunes, oposición y gobierno municipal mantendrán una nueva reunión para abordar este asunto, que tiene una derivada política -nuevo revés para José Luis Sanz tras el rechazo a los presupuestos locales y tras fracasar la cuestión de confianza- y una derivada social, el problema de la saturación por pisos turísticos en Sevilla ya forma parte del debate ciudadano.

Los vecinos, cada vez más movilizados en plataformas y asociaciones, exigen una solución a los dirigentes políticos para que frenen no sólo la saturación sino los efectos derivados de estas dinámicas: ruidos, suciedad, cierre del comercio tradicional, desplazamiento del local... El PP sostiene que su ordenanza solucionaba el problema y la oposición, toda, de extrema izquierda a extrema derecha, que lo que planteaba el alcalde, una vez escuchada la voz de los vecinos, era sólo un parche, hay que empezar con una moratoria, de al menos un año, sostienen desde el PSOE.

El asunto no es menor: desde que la Junta de Andalucía aprobó el decreto regulador de los pisos turísticos y apenas un mes más tarde de que el Ayuntamiento anunciara su borrador para la aplicación local de esta norma autonómica -- el texto de la ordenanza que este jueves la oposición en bloque ha tumbado--, el número de viviendas dedicadas a este uso ha experimentado un crecimiento que invita a mirar con lupa los datos.

Cabe señalar que en este sentido, es la Junta la que en base a unos mínimos de requisitos concede esa licencia pero es el Ayuntamiento el competente para regular los límites en función de la presión turística de cada calle, cada barrio.

Crónica de un 'efecto llamada'

Con el decreto de la Consejería de Turismo y Cultura recién salido del horno, el 29 de enero, el Ayuntamiento de Sevilla concedió el primer mes del año licencias a un total de 1.122 pisos turísticos. Enero, no en vano, fue un mes de mucho debate y mucha noticia sobre este asunto; al mes siguiente, en febrero, bajó ligeramente y se dio luz verde a 898 solicitudes.

En marzo, después de la presentación por parte del equipo de José Luis Sanz del borrador de ordenanza y del mapa de saturación turística, un diagnóstico que teñía de rojo hasta 11 barrios de la capital en el casco antiguo y Triana, las licencias se dispararon hasta las 1.309 nuevas incorporaciones de pisos a la oferta turística de la ciudad. En mayo, último mes con datos contabilizados al 100%, tan solo se han sumado 492 pisos. Sin contar lo que llevamos de junio, en cinco, 3.821 pisos, en lugar de incorporarse a la oferta de alquiler de larga duración forman parte del amplísimo catálogo de viviendas en las que se puede alojar el turista.

La tendencia irá oscilando pero el mapa de datos es clara e indica que, ante la amenaza de frenar o rechazar las licencias en todos esos barrios saturados, el inversor a gran escala, el especulador de a pie o el legítimo interesado en explotar una inversión inmobiliaria han cogido carrerilla y han hecho los deberes administrativos para obtener la licencia turística para sus viviendas.

Licencias, como reconoce el propio Ayuntamiento en un informe interno del que se hizo eco este periódico, que no existen, son falsas o incompletas según el registro oficial de la Junta de Andalucía. En Sevilla, la mitad de los pisos que se anuncian en Airbnb o Booking, por citar dos de las grandes plataformas estudiadas, carecen de la licencia reglamentaria.

Con los datos de 20 de junio, según el buscador oficial de la Junta, Sevilla cuenta con 9.394 pisos turísticos (y casi 55 mil plazas/camas). Hablamos de pisos turísticos, no de apartamentos cuya regulación va al margen.

La fiebre por los pisos turísticos no es de ayer

La fiebre por los pisos turísticos no es de ayer ni ha llegado del brazo de José Luis Sanz. Cuando se habla en privado con fuentes socialistas reconocen que desde el Ayuntamiento, el PSOE trabajó con intensidad para situar a Sevilla en el mapa de grandes ciudades turísticas del mundo y lo hizo incorporando a la capital al circuito internacional de grandes eventos (Premios Goya, Latin Grammys, giras internacionales de conciertos) e invirtiendo mucho en la atracción del turista extranjero, mientras que en lado de la administración regional se daba la patada para adelante con el asunto de la regulación de las viviendas. "Después de la crisis del ladrillo, nadie podía pinchar la burbuja de la recuperación", asume esta fuente.

"La culpa, en parte, es de la Junta, pero no de la de ahora, sino de la de antes, el decreto de la Junta llega con 10 años de retraso, desde hace una década debimos apostar por dinámicas reguladoras firmes en materia de vivienda turística pero nadie quería ponerle el cascabel al gato", reconocen.

Ahora, cuando el debate está sobre la mesa y cuesta ordenar intereses y preocupaciones de los distintos sectores, se entienden mejor ciertos datos.

Desde 2016, un 'boom'

De 2016 a 2019, todos de gobierno socialista en el Ayuntamiento, se incorporaron un total de 21.601 viviendas a la oferta turística. En plena recuperación tras los efectos devastadores de la recesión de 2008, el turismo fue (es) el maná para la activación de las ciudades.

Los tres años marcados por la pandemia, aunque por circunstancias obvias el turismo sufrió un hachazo, la inversión por este tipo de negocio se mantuvo vigorosa, con la perspectiva puesta en la recuperación de la vida y los viajes. De 2020 a 2022, todos de Gobierno del PP en la Junta, la que concede la licencia oficial de vivienda turística, se incorporaron 13.705 pisos a este tipo de uso.

En 2023 y lo que va de 2024, se han otorgado ya 10.230 licencias turísticas.

En esta serie, el pico más alto, como se ve en el gráfico, fue 2019, el año de los récords en materia turística, como hasta la extenuación vendieron regidores locales y autonómicos: aquel año se concedieron 6.692 licencias para pisos turísticos en Sevilla, la media al día fue de 18,5 pisos. Ahora, en pleno 2024, vamos por 25 de media al día.