Samosas de curry y revuelto de ortiguillas: el restaurante tradicional de Los Remedios con inspiración asiática

Como entrante, unos boquerones fritos al limón con mayonesa de manteca "colorá" o una ventresca de atún de almadraba a la plancha, para compartir, un plato de samosas de curry y como plato principal, bacalao confitado con crema de coliflor, humus a la hierbabuena y lascas de panceta ibérica. De postre, un milhojas de hojaldre y capas de nata con crema de Baileys o la torrija de la casa, un brioche sobre un coulis de cardamomo y un helado de pomelo.

Por su carta y su producto de calidad y proximidad, parece que se trate de un restaurante propio de celebraciones y momentos especiales, sin embargo, según Eugenio Rafel, el propietario y chef de Casa Rafel, este lugar es "de uso habitual". "Todo mi público es local, vienen personas que trabajan por la zona o vecinos de la ciudad", puntualiza el cocinero y propietario en una conversación con El Correo de Andalucía.

Una carta tradicional con técnicas actuales

Ubicado en la calle Virgen del Valle número 10, en pleno centro de Los Remedios, Rafel fundó su restaurante en 2017, tras siete años en San Sebastián al mando de Viento Sur, un restaurante que tenía la R de Recomendable de la Guía Repsol. Hijo de padre catalán y madre filipina, este cocinero afirma estar doblemente influenciado por las raíces orientales, pues su mujer, Mariví Alquizalas, también es de Cebú (Filipinas).

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"Las samosas de curry o el revuelto de ortiguillas con langostinos y ajetes con el toque del jengibre son algunos de los platos que muestran esa vena oriental presente en mi cocina", explica.

La carta de su restaurante se basa en propuestas tradicionales que "ronean" con técnicas actuales aunque "sin excederse".

Entre las propuestas más triunfales destacan el tartar de vaca, tartar de atún y los pescados a la brasa. "Una brasa de verdad". Rafel tiene en su restaurante dos brasas de carbón de encina, algo que, según apunta, potencia mucho su cocina. En estas brasas prepara atún, calamar, ventresca y pargo a la brasa y solomillo, lomo de vaca y presa, entre otras opciones.

"Mi objetivo con Casa Rafel no es que la gente salga sorprendida, quiero que vuelvan, que sea un lugar de consumo diario, perfecto para venir entre semana", subraya. Para este cocinero, el secreto de su restaurante está en el equilibrio.

"Quizás no somos el sitio con el mejor tartar de vaca, pero está buenísimo y además también te ofrecemos un foie de alta calidad o un pan de masa madre hecho por nosotros", insiste.

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Sobre la idea de innovador y lanzar platos nuevos, Rafel lo tiene claro: "He hecho tanto I+D en mi vida, he creado platos hasta soñando, que ya estoy cansado de eso".

Por el momento, afirma que no va a haber rotación de carta, la que hay es la que va a seguir habiendo. "Pienso que ahora está de moda hacer combinaciones que no tienen ni ton ni son y en mi restaurante la coherencia y la sensatez son palabras que están muy presentes", añade.

"Es lunes y ya he tenido que rechazar reservas"

Es casi un clásico. "Ahora mismo estamos completísimos. Es lunes y ya he tenido que rechazar reservas porque no tenemos más espacio", remarca.

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Sobre su espacio, pequeño, poco vistoso y de interiorismo discreto, una de las críticas más repetidas en Internet es la de la poca distancia entre las mesas, aunque al cocinero no le importa demasiado. "Encontré este local y pensé que era perfecto para mi idea de negocio", señala. "Dicen que el local está como oculto y además no hacemos publicidad. El listo que me conozca, que venga", sentencia.

Que Rafel funciona no es ninguna novedad, ni tampoco una sorpresa para el vecino sevillano. "Los márgenes con los que yo trabajo son muy pequeños, es un sitio que quien conoce el producto sabe que se está vendiendo barato", una propuesta de valor para el comensal que, según asegura Rafel, se lo puede permitir porque forma un buen equipo con su mujer.