El Ayuntamiento de Sevilla ha empezado a fumigar con Glifosato, un herbicida catalogado como “probáblemente cancerogénico para las seres humanos” por la Agencia de Investigación sobre el Cáncer (IACR), organismo independiente que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Estados Unidos, Monsanto y su propietaria alemana, Bayer AG, se enfrentan a más de 9.000 demandas presentadas por personas con cáncer que culpan de su enfermedad a los herbicidas de la empresa con glifosato, según ha publicado The Guardian.

En Sevilla, antes las alertas de este herbicida que se usa, entre otros usos en parques y jardines, el Pleno Municipal aprobó el 4 de abril de 2016, por unanimidad, la prohibición del uso del glifosato en su término municipal. La moción al pleno del Ayuntamiento fue presentada por Ecologistas en Acción y suscrita por IU, participa Sevilla y PSOE. Así Sevilla se sumó a los más de 100 ayuntamientos a nivel Estatal que prohibían este herbicida altamente tóxico que ha acabado contaminando muchos ríos de España.

En 2016 el Ayuntamiento, compuesto por los mismos grupos y concejales que hay en la actualidad y bajo el gobierno del socialista Juan Espadas, reconocía así los riesgos de los herbicidas comercializados que contenían el polémico glifosato, incluyendo la catalogación como posible cancerígeno que hacía la agencia de la OMS; pero también admitía su competencia para “aplicar el principio de cautela, prohibiendo el uso de fitosaniotarios en zonas o circunstancias específicas”.

Sin embargo, los grupos municipales del PSOE y Ciudadanos aprobaron una moción el 25 de mayo del pasado año para volver a usar glifosato en la ciudad de Sevilla, según acaba de darse a conocer tras una denuncia de Ecologistas en Acción. Con la vía libre al glifosato promovida por estos dos grupos municipales (uno de ellos el de Gobierno) se da un nuevo varapalo a la salud de los ecosistemas urbanos y se pone en riesgo la salud de las personas.

Respecto al glifosato, la OMS es concluyente: es un disruptor endocrino, es decir, una sustenacia capaz de causar modificaciones hormonales en el organismo causando varias enfermedades. La que aún no han podido demostrar los científicos de manera fehaciente es la relación con el cáncer. Al glifosato se le relaciona con daños al sistema reproductor masculino y femenino; tumores en órganos hormonodependientes (cáncer de mama, ovarios, próstata, testículo, tiroides), alteraciones en el desarrollo del sistema neurológico; enfermedades metabólicas (síndrome metabólico, diabetes y obesidad) y trastornos del sistema neuroinmunológico (fibromialgia, esclerosis múltiple).

Respecto a su capacidad para incidir en la aparición de cáncer en las personas que estén expuestas al glifosato ya hay un segundo veredicto de un jurado federal en EEUU que culpa al glifosato de Monsanto (comprada por Bayer en junio de 2018) de provocar cáncer. El primer veredicto fue, del Tribunal Supremo de San Francisco, en agosto de 2018, el cual, obliga a la multinacional Monsanto (principal comercializadora a nivel mundial del glifosato) a indemnizar con 289 millones de dólares -reducido luego a 78- ,a un jardinero con cáncer terminal por exposición a dicho herbicida.

Sobre su uso en parques y jardines, donde la presencia de población más sensible (niños y ancianos) nada se sabe. El Ayuntamiento guarda silencio al respecto, al igual que con todos los temas ambientales. El director general de Medio Ambiente, Adolfo Fernández Palomares, implicado también en las críticas ciudadanas por el ‘arboricidio’ de más de 4.000 árboles en la ciudad, no ha querido atender aún a Ecoperiodismo para dar explicaciones al respecto ni sobre todos los asuntos que hacen que la proclama socialista de que Sevilla es una ciudad sostenible, se quede en una proclama propagandística frente a una realidad de políticas en contra de principios ambientalistas básicos. El director general del Medio Ambiente de Sevilla ha optado por la “estrategia del avestruz” y no ha concedido entrevistas a Ecoperiodismo desde hace siste meses que se solicitaron por registro.

Frente a las acciones antiecológicas que le han costado al Gobierno de Juan Espadas el enfrentamiento con las principales organizaciones ecologistas y ambientalistas de Sevilla, que mantienen abierta ‘la guerra del árbol’ desde hace más de un año, otros municipios cercanos mantienen su postura de proteger a la ciudadanía frente al glifosato. Es el caso de Bormujos, donde hace más de dos años y medio se erradicó el uso de este pesticida declarándose libre de glifosato. “Ahora se han vuelto a escuchar el canto de pájaros en la ciudad”, explica el concejal delegado de medio ambiente y sostenibilidad urbana, Eduardo Díaz Parrado. Este concejal de Participa Bormujos se siente satisfecho por la medida adoptada haciendo balance de las misma más de un año después de su puesta en funcionamiento: “Bormujos es una ciudad más ecológica y sobre todo más sana desde que se eliminaron los tratamientos con este herbicida”, concluye.