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Observatorio taurino

Garzón: Jaque a los grandes

La organización de la corrida de la Hispanidad en el embudo cordobés de Los Califas podría interpretarse como el definitivo pronunciamiento del empresario sevillano

07 sep 2020 / 13:36 h - Actualizado: 07 sep 2020 / 13:39 h.
"Observatorio taurino"
  • José María Garzón, firmando la concesión de la plaza de toros de los Califas de Córdoba.
    José María Garzón, firmando la concesión de la plaza de toros de los Califas de Córdoba.

Un cartel de campanillas para olvidar el covid

Es la definitiva noticia taurina de este año para olvidar. El empresario sevillano José María Garzón, al frente de su firma ‘Lances de Futuro’, está ultimando un cartel de altísimos vuelos para cerrar con cierta alegría –apostando por el futuro- esta atípica temporada que ha enseñado los delgados alambres del negocio taurino. La fecha tiene una indudable carga simbólica: es el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, día nacional de España, reivindicación de esa Hispanidad de la que sólo deberíamos sentir sano orgullo...

Pero la organización de este evento encerraría otros significados en clave taurina que tienen mucho que ver con la toma de posiciones de José María Garzón –el mismo empresario al que sus compañeros de gremio colgaron un alucinante sambenito- en el nuevo escenario de batalla que se dibuja en estos tiempos de pan llevar. El festejo estaría a punto de cerrar su cartel. Se habla de Morante, de Pablo Aguado, de Juan Ortega... Sea como sea la combinación definitiva, se trata de dar un golpe sobre la mesa y, posiblemente, mostrar algunos caminos a seguir en estos tiempos en los que se puede elegir entre la trinchera o el ataque a campo abierto.

El escenario elegido es la plaza de Los Califas, coso de primera categoría –el de mayor aforo de Andalucía- con el que aún no se había podido estrenar su flamante empresario por imperativo del covid. Se pondrán a la venta poco más de 2.000 entradas para atender las imposiciones de la Junta de Andalucía. Ya saben: ese famoso metro y medio de espectador a espectador que cercen una taquilla que necesita del apoyo de las cámaras de televisión.

Toros y TV: un binomio necesario

Una cosa está clara: hay que dar toros si los resquicios legales y sanitarios lo permiten. No, no se trata de perder dinero a espuertas. Pero, seguramente, tampoco de ganarlo. Pero es necesario invertir en el futuro, el futuro más inmediato en un negocio, el del toreo, que está en peligro mortal. Hay que adaptar la Fiesta a este purgatorio y hay un modelo, que ya se empieza a explorar, que podría prestar un balón de oxígeno en espera de esos tiempos mejores que todavía tardarán. Ese modelo de transición –reincidimos en el dato- necesita el concurso de las televisiones.

Ya sabemos que las estatales no están ni se las espera pero Canal Toros y el circuito de autonómicas pueden hacer posible –ya lo están haciendo- la organización de un aceptable número de festejos que, además de calmar la sed del aficionado, permitan la actuación de matadores, cuadrillas y la lidia de no pocos ejemplares que, en el mejor de los casos, habrían terminado muriendo en la soledad del campo o en la indeseable oscuridad industrial de los mataderos. Ese empeño ya ha mostrado su primer resultado: la definitiva eclosión de Juan Ortega, convertido en un nombre para el necesario recambio.

Y en ese punto hay que volver la vista sobre Córdoba y la ya famosa corrida del 12 de octubre. La empresa tenía clara una premisa: la organización de este festejo sólo podía estar apoyada en su retransmisión televisiva. Hay quien habla de Canal Sur pero este Observatorio ya ha detectado firmes contactos con Canal Toros de la plataforma Movistar. Alguno de sus miembros –o miembras, que diría cierto personaje prescindible- ya ha visitado el enorme coso cordobés. Pues por ahí van los tiros...

Ése habría sido el primer gran escollo que se habría encontrado Garzón a la hora de poner en pie en cartel de la corrida del 12 de octubre. Ya lo fue –y escoció- en aquella famosa corrida del Puerto de Santa María que retrató a todo el mundo. Ya hablamos de ello en un Observatorio Taurino anterior que invitamos a releer en este enlace, poniendo énfasis en la reacción de la patronal taurina, que llegó a abrirle un expediente a su colega, colocado en el ojo del huracán.

Lo alucinante del caso es que el inefable Simón Casas salga ahora a la palestra echándole la mano por el lomo a José María Garzón -¡del que se declara amigo!- para decir y repetir que ese famoso expediente abierto por ANOET después de la corrida de El Puerto de Santa María sólo pretendía que el interesado presentara las correspondientes alegaciones. Vamos que le estaban haciendo un favor. Esas alegaciones nunca han sido pedidas. Ni ningún tipo de declaración o pliego de descargo. Ésa es la pura verdad. ¿Qué nos está usted contando, don Simón?

El encaje de Pablo Aguado

Pero no conviene perder del hilo del relato. El clan Vázquez, apoderado de Pablo Aguado, se había enrocado en el tema televisivo a la hora de contratar al esperado diestro sevillano en esa corrida conmemorativa del 140 aniversario de la Plaza Real de El Puerto. Ganaron la mano, dejando sin cámaras el que, hasta ese momento, había sido el máximo acontecimiento taurino del año a un lado y otro de Despeñaperros. Garzón evidenció su disgusto en unas declaraciones posteriores pero –eso parece- no le habrían desanimado para intentar contratar de nuevo a Aguado en la corrida de Córdoba.

Ahí podría andar más o menos encallado el asunto en espera de la presentación de un cartel que ahora mismo no tiene oficialidad. Comentarios hay para todos los gustos, hasta hipotéticos movimientos –no sabemos hasta qué punto probables- de Andrés Roca Rey para entrar o modificar el evento que sorprenden más atendiendo a la frías relaciones de Ramón Valencia –apoderado del peruano y peso pesado de ANOET- y el propio Garzón. La solución al asunto, en cualquier caso, estará próxima.

Pongamos que hablo de Madrid

Este repaso semanal a la actualidad taurina no estaría completo sin mencionar el cuadro de suspensiones de la Comunidad de Madrid que ha concluido -¿por qué no lo hicieron antes?- con una instrucción general que suprime cualquier espectáculo taurino hasta nueva orden. No tenemos datos para alabar o condenar la medida pero sí mosquea, una vez más, el agravio comparativo con otros espectáculos. Dos gobiernos autonómicos de idéntico signo político en Andalucía y Madrid enarbolaron la bandera de la defensa de la fiesta de los toros. Al Sur de Despeñaperros, decretando un 50% del aforo que se convirtió en papel mojado después del escándalo interesado del Puerto. En los Madriles y provincia, con un 75% que ni se ha estrenado, dando al traste con las corridas de Alcalá, Aranjuez y San Sebastián de los Reyes. El mosqueo de Morante, que ha concedido en Mundotoro una reciente entrevista que merece ser leída, era evidente más allá de algunas valoraciones que pueden ser discutibles. El rol de Abellán como director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, eso está claro, atraviesa un momento delicado.