Ciudadanos condiciona su abstención a que se pida el acta a Chaves y Griñán

Ha trazado los principales objetivos de grupo en la décima legislatura andaluza que ha resumido en la idea de que su formación “no viene a romper nada, sino a sumar y a aportar”

05 may 2015 / 12:53 h - Actualizado: 05 may 2015 / 14:52 h.
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  • Juan Marín en la segunda sesión del debate. / EFE
    Juan Marín en la segunda sesión del debate. / EFE

La primera intervención del líder de Ciudadanos (C’s) en el Parlamento andaluz, en la sesión en la candidata socialista a la Presidencia de la Junta, Susana Díaz, aspira a su investidura, ha estado presidida por un tono que deja claro que el partido naranja es, hoy por hoy, la principal baza de Díaz para lograr formar gobierno. Hoy votará no, y pese a agradecerle públicamente que haya aceptado su pacto anticorrupción (condición impuesta por el partido para negociar y que probablemente firmen mañana públicamente) y reconocer la incorporación de algunas de sus propuestas económicas en su discurso de ayer, admitió que todo proyecto y diálogo se construye sobre la confianza “y el escenario en el que nos encontramos desgraciadamente nos hace ser desconfiados” por tantos años de “promesas incumplidas”.

Pese a todo, Marín hizo hincapié en que C’s cree “en la gobernabilidad y estabilidad, en el diálogo y el consenso y lo estamos demostrando” y ha llegado al Parlamento andaluz “no a romper nada sino a sumar” con “espíritu de arrimar el hombro, de ser constructivos, no una oposición que solo se dedica a poner piedras en el camino”. Unas palabras que dejan entrever su disponibilidad a abstenerse en la segunda votación. El tono del líder andaluz en el hemiciclo fue mucho más conciliador que el que casi a la misma hora empleaba en una rueda de prensa el líder nacional del partido, Albert Rivera, quien insistió en el abandono de su escaño en el Congreso del expresidente de la Junta, Manuel Chaves –imputado por el caso ERE- como exigencia para esa abstención e incluso llegó a apuntar que Chaves debería pensar si no está impidiendo la gobernabilidad de la comunidad que presidió durante 19 años, idea en la que insistió Marín a la salida de la segunda sesión del debate.

Marín echó en cara a Díaz los “gravísimos casos de corrupción que salpican a cargos de la administración andaluza y organizaciones sindicales y empresariales” y el “espectáculo bochornoso” al que han asistido los andaluces viendo desfilar a éstos ante diferentes tribunales, pero sacó pecho del pacto arrancado al PSOE. “Se ha avanzado más en 30 días que en 30 años”, dijo. Acusó al gobierno socialista de realizar recortes en Sanidad, educación e inversiones “que no se pueden maquillar” y están en los propios presupuestos de 2015, ajustes que en su réplica Díaz justificó para hacer frente al mantenimiento de servicios públicos y que insistió en corregir con contrataciones. Y denunció una política económica basada en las “subvenciones” y no en los “incentivos”, un cambio al que también Díaz se comprometió. Valoró “los gestos de incluir parte de nuestras propuestas” y reiteró la disposición de C’s a “acuerdos puntuales si finalmente logra ser investida presidenta”, tras reclamarle compromisos en la limitación de mandatos y rechazar su propuesta estrella en materia de reforma electora, la segunda vuelta, que para Marín “solo blinda el bipartidismo”.

Con todo, Ciudadanos se presentó como el principal aliado que por ahora puede tener el PSOE y así lo entendió la propia Díaz, que agradeció a Marón su “tono y actitud constructiva” y vaticinó que “hay un terreno amplio donde nos podemos poner de acuerdo”, por lo que ante su previsible voto en contra de hoy, les instó a reflexionar en los próximos días su posición en una segunda votación, donde C’s ya dejó abierta la puerta a la abstención que, salvo consigna de la dirección nacional, el discurso de Marín contribuyó a abrir aún más de par en par.