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Dépor-Betis: ser aspirante a Europa o ser torpe

LA PREVIA. El equipo verdiblanco visita al penúltimo de la Liga y a la peor defensa, pero también a una incógnita: debuta Seedorf. Los de Setién, con un once que también es pura incertidumbre, tienen la opción de situarse a dos puntos del séptimo

12 feb 2018 / 07:00 h - Actualizado: 12 feb 2018 / 18:10 h.
"Real Betis","Rubén Castro","Joaquín Sánchez","Quique Setién"
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El Betis visita esta noche al Deportivo. Vaya por delante que es el séptimo partido de Liga que juega esta temporada en lunes, así que ha sido el séptimo fin de semana en el que los béticos, mientras el resto de seguidores disfrutaban o sufrían a sus equipos, no veían la hora de que pasaran el sábado y el domingo. La vida al revés. Pero sí, la hartura de los aficionados (y de los profesionales) con la querencia de la televisión en abierto por el conjunto verdiblanco es elevada. El problema es que esa insistencia tiene toda la lógica del mundo porque no hay audiencias mejores que las que proporcionan Quique Setién, su filosofía y la legión de hinchas que el Betis tiene por doquier. Cada una de sus dos últimas citas en el canal gratuito, por ejemplo, superaron el millón de espectadores. La única solución a ese problema y a esa hartura es jugar en Europa. Y si de verdad aspira a eso, esta noche no puede ni debe tropezar. Bueno, poder puede, pero deber no debe.

Con casi toda la jornada ya disputada, el Betis otea el séptimo puesto a cinco puntos antes de enfrentarse al penúltimo de la Liga. A día de hoy, tal como está la clasificación, ser séptimo es lo mismo que ser europeo. Si el Betis gana y vuelve a enlazar dos victorias consecutivas (cosa que sólo ha hecho una vez en toda la campaña), se colocará octavo, en la antesala de esa posición y a tres de la sexta. Pero si se deja dos o tres puntos en Riazor, adiós a otro intento de alcanzar una mínima continuidad de buenos resultados.

El conjunto de Setién se enfrenta a uno de los dos equipos que ha encajado más goles que él mismo, que ya es decir, porque parece complicado recibir más de 45 goles en 22 jornadas. El Dépor, sin embargo, lo ha conseguido: lleva 51. Su portería es la más goleada, un dato relevante que sería más significativo si la de Adán no fuese la tercera en ese triste ranking. En igualdad de condiciones en flojedad defensiva, debería imperar la teórica superioridad ofensiva del Betis (trece goles más que el Dépor), que dicho sea de paso se presentará en el feudo blanquiazul con el emergente Loren (seis partidos seguidos, entre todas las competiciones, viendo portería) pero también con una importante baja: Rubén Castro. El canario no podrá enfrentarse al club que tan poco le reportó porque todavía está convaleciente del patadón que le dio Bonera hace nueve días.

La baja del delantero sólo será una de las muchas novedades que puede dibujar Setién en su once titular. Como mínimo habrá otras dos, ambas obligadas por las ausencias de Feddal, que se pierde el primero de muchos partidos por la rotura del tendón de Aquiles del pie izquierdo, y Barragán, sancionado. Y hay otra de mayor alcance: qué sistema empleará el técnico. Puede recuperar su clásico 4-1-4-1, pero también repetir ese 3-1-4-2 que tan bien funcionó ante el Villarreal. Esa incertidumbre genera muchísima más a la hora de individualizar: ¿Francis o Rafa Navarro?; ¿recuperarán la titularidad Joaquín o Tello?; si hay un delantero, ¿Loren o Sergio León?; si hay un pivote, ¿Amat o Javi García?

Y a todo esto, enfrente espera el nuevo Dépor de Clarence Seedorf. Es imposible adivinar cómo jugará el holandés, así que lo mejor es acudir a lo objetivo: el equipo gallego acumula siete jornadas sin ganar. Citar un dato así suele servir para que ocurra todo lo contrario y la víctima se convierta en verdugo, pero resulta tan llamativo que sería absurdo no darlo. De hecho, el conjunto blanquiazul apenas ha logrado cuatro triunfos en todo el campeonato (tres de ellos en Riazor, eso sí). Otro factor para que el Betis, pase lo que pase, evite o minimice al máximo la posibilidad de cometer una torpeza en La Coruña.