La situación de Ciro Immobile en el Sevilla no es la que todos imaginaban a principios del pasado verano. Ni el jugador ni la dirección del club nervionense pensaban por aquel entonces que casi sobrepasado el primer cuarto de la temporada el atacante italiano iba a estar en el mismo limbo en el que se encontró toda la temporada pasada Iago Aspas. Es la maldición del tercer delantero de Emery, toda vez que los resultados empujan al entrenador sevillista a utilizar un solo punta desde el inicio. Y es que Immobile, por distintas razones, es el tercero en las preferencias de Unai para la delantera.

Hasta la fecha, el ex del Dortmund ha aparecido en sólo cinco partidos de la Liga –una vez como titular–, en los que acumula únicamente 91 minutos de juego y en los que no ha podido marcar. En la Supercopa de Europa también fue suplente, actuando en los últimos 40 minutos –dio una asistencia a Konoplyanka–, mientras que en la Champions su presencia ha sido igualmente testimonial: 43 minutos repartidos en dos encuentros –ni un gol–. Su precio –once millones de euros que se comprometió a pagar el Sevilla al Dortmund– agrava aún más el problema que tiene ahí el Sevilla. Ya el curso pasado terminó con la sensación de que Aspas pudo haber aparecido más pese a la dura competencia del mejor Bacca y la altísima respuesta del suplente Gameiro. Ahora, los pocos minutos de los que ha gozado Immobile y, sobretodo, los dos últimos partidos que ha tenido que ver desde la grada señalan un punto negro en la coordinación Monchi-Emery.

¿Cesión en enero?

Desde fuera pocos entienden un gasto tan elevado en un delantero que no entraba del todo en el gusto del entrenador, que así lo ha demostrado: pese a la acumulación de partidos de Gameiro y el bajísimo estado de forma de Llorente, Immobile apenas existe para él. En el caso del italiano, a diferencias del de Aspas, se puede dar una situación novedosa. Tal y como reconoció en una entrevista en El Correo de Andalucía el propio jugador, su máxima obsesión es jugar la Eurocopa de Francia con la selección italiana –«Necesito marcar muchos goles en el Sevilla», decía–. El ostracismo que está experimentando en el club nervionense lo puede llevar a pedir una cesión a otro equipo, seguramente italiano, el próximo mes de enero.

Hay quienes piensan que ha habido minutos de sobra para poder meter a Immobile en la película, y así no desmotivarlo definitivamente. Otros, como Emery o incluso Monchi creen que es la mejor forma de exigirle el máximo en los entrenamientos. El tiempo dictará sentencia.