Parte de las paredes del Edificio CREA están empapeladas por decenas de pósits de colores donde está la Sevilla del futuro. La ciudad que ha diseñado durante este fin de semana más de una veintena de estudiantes de secundaria. Después de que el capítulo de Singularity University en Sevilla presentara hace medio año las conclusiones de un estudio que mostraba el camino Hacia la Sevilla de 2025, ahora jóvenes de entre 12 y 17 años se han puesto a trabajar para encontrar las soluciones a los problemas de la ciudad en el marco del campus tecnológico Exponential STEaM SingularityU Sevilla, impulsado por el Ayuntamiento, Fundación Goñi y Rey y desarrollado por la consultora Aonia Nueva Educación.
El viernes por la tarde los organizadores plantearon cinco retos en torno al agua y el medio ambiente a los participantes y a través del método design thinkinglos cinco grupos han diseñado la solución a esos problemas. Según explica el director de Aonia, Jaime Gómez, esta metodología utiliza la lluvia de ideas para dar los pasos en busca de la solución a los problemas planteados en este campus. Ideas que se plasman en un papel de colores (y que luego empapelará la pared) y del que se «destila» el proyecto en el que han trabajado los jóvenes, puntualiza el responsable de proyectos educativos de Aonia, David Vidal.
Plasmar esas ideas en prototipos ha sido posible por la cesión de tabletas, impresoras 3D y sensores de empresas como Goldenmac, Sevilla Tech Center, BQ o Soditec. Componentes y programas de los que hablan con total naturalidad, pese a no haber trabajado con ellos antes.
El objetivo de este campus es impulsar la educación de forma activa, más allá de las aulas y con casos prácticos donde afronten problemas reales y que le aporten la visión del mundo laboral. Pero, como dice Gómez, «soñar es gratis» y lo ideal sería que el día de mañana estos proyectos fuesen una realidad y que las empresas los desarrollasen. Y es que, aunque son jóvenes, los participantes «tienen la semilla de la creatividad que les falta a los adultos y que les da la chispa para encontrar la solución a los problemas», apunta.
El campus de agua y medio ambiente es solo el primero que se va a organizar en Sevilla en el marco del Exponential STEaM. Los próximos, cuya inscripción sigue abierta, versarán sobre alimentación y salud (18 y 20 de noviembre), espacio y energía (del 16 al 18 de diciembre) y por último el gobernanza y educación (entre el 27 y el 29 de diciembre).
Grifos inteligentes. A la pregunta de ¿cómo podemos sensibilizar a la población para una mejor gestión del agua en el hogar? Ramón, Manuel, Javier y Agustín se acordaron de los grifos de los baños que se encienden y apagan según se acerca la mano. Ellos, en vez de utilizar el grifo, se sirven del sensor que lleva éste para detectar el paso del agua, «un dispositivo que apenas costaría 25 euros, frente a los 200 del grifo». De esta forma, cuando el sensor detecta que el agua corre más de 7,5 segundos empieza a pitar.
¿Y si nos dejamos el grifo abierto y estamos fuera? Para ello, han diseñado una app que se conecta al sensor, de momento, por bluetooth (aunque piensan en grande y la idea es hacerlo por wifi) y que te avisa cuando pasan los segundos asignados. «Además, si se llega a un acuerdo con Emasesa te permite saber tu consumo».
Robots para regar. ¿Cómo podría mejorar el Ayuntamiento la gestión del agua en los espacios verdes? Pues muy fácil: a través de drones y robots. Concretamente, aquarobots. La idea es que todas las zonas de los parques se rieguen por igual y según sus necesidades. Así que el grupo de Clara, Pedro, Eusebio y Ana ha pensado hacer el seguimiento de las necesidades hídricas de las zonas a través de un dron que envía la información y las coordenadas a los aquarobots, que alcanzan la velocidad de hasta 25 kilómetros por hora.
Estos peculiares jardineros están ubicados en casetas dotadas de paneles solares de donde sacan la energía a través de un imán. Además, pueden cargar hasta cinco litros que cogen de un tanque común.
Sensores para la basura. La gestión de residuos en la ciudad es uno de los grandes retos de los ayuntamientos. Por ello, uno de los grupos ha creado un contenedor dotado de sensores que se cierran cuando está lleno, explica Iván, uno de sus integrantes. Cuando el contenedor se cierra envía una señal a Lipasam para que acuda a limpiar el cubo de basura, evitando así mayores desplazamientos (cuando los contenedores no están llenos) y que la ciudad esté sucia.
El nuevo Sevici. Si es usuario de Sevici y ha ido a cogerlo pero no llevaba la tarjeta encima, sus problemas se han acabado con la solución de Marta, Lucía, Matilde y Eduardo. Estos jóvenes han creado una aplicación que permite desbloquear la bicicleta a través de un código personal. Pero no sólo eso, gracias a un soporte ubicado en el manillar, semejante al del palo selfie, «cuando ubicas el móvil, el sillín se adapta a tu altura (registrada anteriormente)».
Van más allá, quieren incorporar un panel solar en la rueda trasera que permita encender la luz por la noche y que alimente la batería del móvil. Además, en verano, permitiría llevar agua fría porque incluirían una pequeña nevera en la cesta para poner el agua.
¿Y la casa ‘smart’? «Una casa inteligente no tiene que ser una mansión, ni ser toda blanquita, puede ser cualquier hogar que esté interconectado», explica Isabel, miembro del grupo de Blanca, Mario, Alejandro y María. Una casa como la que ellos proponen y que se puede manejar desde su móvil. Que llueve y tiene las persianas levantadas, déle al botón y bájelas. Que se ha dejado la luz del cuarto encendida, apáguela. Que va a hacer la compra y no sabe qué tiene en la nevera, mírelo usted mismo. Incluso le avisa si un alimento está a punto de caducar.
Más. Proponen hasta derivar el agua con la que se lava los dientes y se ducha al depósito de la cisterna para ahorrar agua. Concretamente, la capacidad de seis piscinas olímpicas al día si todas las casas sevillanas la tuvieran.