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Un cangrejero muestra un ejemplar de ‘procambarus clarkii’ recién pescado. / Pepo Herrera
Los cangrejeros del Bajo Guadalquivir ya pueden sacar sus redes para pescar cangrejo rojo en aguas andaluzas. El consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, firmó ayer el plan de control poblacional que permite esquivar la prohibición del Supremo de pescar cangrejo rojo. Así se lo hicieron saber fuentes de la Consejería al alcalde de Isla Mayor, Juan Molero, uno de los municipios más afectados. No obstante, el documento no se publicará en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía hasta dentro de un par de días.
Estaba previsto que el plan de control poblacional estuviese firmado a mediados de julio, pero una modificación del reglamento europeo en mitad del proceso obligó a la Junta a tener que adaptar el plan para «reforzar» su papel «y su legalidad y mantenimiento a largo plazo», explicaban hace apenas una semana desde el área que dirige Fiscal. Además, parece que desde Medio Ambiente también se han atendido algunas de las alegaciones presentadas por los pescadores. Dos razones que han provocado un retraso de más de 20 días en la firma del documento.
Aunque desde la Consejería no han desvelado más detalles al Ayuntamiento, las modificaciones podrían estar relacionadas con la ampliación de la zona geográfica donde se podrá pescar y con el transporte precintado del crustáceo desde otros puntos del mapa.
El plan de control de cangrejo rojo es la vía de escape que tiene la comunidad para salvar una industria –que factura 20 millones de euros anuales y genera 200.000 jornales– de la sentencia del Tribunal Supremo que ponía en jaque esta actividad. En concreto, el auto prohibía la extracción, comercialización, tenencia o transporte en vivo del cangrejo rojo.
Por el momento, los crustáceos todavía no han hecho acto de presencia en Isla Mayor, aunque sí habían empezado a salir por la zona de Los Palacios y Villafranca, «lo que tenía muy nerviosos a los pescadores», explica Molero. Para que la campaña empiece en el municipio aljarafeño todavía habrá que esperar unos diez días, aunque, por lo menos, pescadores, arroceros y empresas saben que la industria sigue adelante.