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20 muertos, entre ellos 13 militares de la OTAN, en un atentado en Kabul

Otros tres soldados australianos perecieron en el sur del país en otro día negro en el conflicto.

el 29 oct 2011 / 09:38 h.

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Soldados de la OTAN inspeccionan el escenario del atentado suicida perpetrado en Kabul.

Al menos 20 personas murieron ayer, entre ellos 13 militares estadounidenses, en un atentado suicida perpetrado en Kabul por los talibanes, informó ayer el diario The New York times (en inglés) en su edición digital, que citaba fuentes militares occidentales.

El suicida, que conducía un coche bomba, detonó la carga junto a un autobús blindado tipo Rhino de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF).

El atentado fue perpetrado ante la Universidad Americana de Kabul, en una ruta frecuentada por los instructores militares en tránsito entre las bases de la OTAN y el Centro de Instrucción Militar de Kabul, en el centro de la capital afgana. La deflagración se produjo a las 08.45, hora peninsular española.

Además de las víctimas mortales estadounidenses se contaron ocho civiles fallecidos, incluidos tres policías y dos menores de edad, todos ellos afganos.Un portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, reivindicó ayer el atentado y aseguró que el terrorista suicida se llamaba Abdul Rahman Hazarbos, quien conducía un camión cargado con casi 700 kilos de explosivos. Rahman Hazarbos empotró el camión contra el autobús blindado y logró acabar con la vida de "25 militares de la OTAN", según la cuenta del portavoz talibán.

Un testigo presencial relató que el autobús blindado quedó totalmente calcinado tras el ataque suicida y pudo contabilizar seis militares estadounidenses muertos. Al menos dos helicópteros militares medicalizados aterrizaron a continuación en la zona para atender a posibles supervivientes.

No fue el único ataque que sufrieron las tropas extranjeras en el castigado país -Afganistán encadena una guerra tras otra desde 1978-. Tres soldados australianos murieron tiroteados en otra localidad al sur del país.

La espiral de violencia ya venía presagiada por un informe de la ONU que alertaba de un aumento del 40% en un año de este tipo de incidentes. Los talibanes, que cuentan con la retirada anunciada de los occidentales de Afganistán, tratan así de vestir de victoria la marcha de EEUU y sus aliados, que ocupan la nación centroasiática desde 2001, cuando derrocaron al gobierno integrista al considerarlo corresponsable de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington.

De esta manera, un goteo diario de muertes asola el país. Un número creciente de soldados de la OTAN, pero sobre todo de civiles afganos (cuyas muertes trascienden menos en los medios de comunicación occidentales) están marcando 2011 como el año más duro de la guerra.

Otro informe del Pentágono, citado por la agencia Europa Press, pone el acento en los grupos talibanes que actúan desde el vecino Pakistán, ya que el movimiento insurgente en el país "está muy debilitado".

La insurgencia "a salvo en Pakistán continúa siendo la principal amenaza", indica el informe, recogido por la cadena estadounidense CNN.

El documento apunta a la Red Haqqani, uno de los principales grupos islamistas asentados en Pakistán, al que altos cargos estadounidenses atribuyen los ataques guerrilleros del 13 de septiembre contra la Embajada de Washington y las instalaciones de la OTAN en Kabul.

"Abordar los ataques insurgentes desde Pakistán es vital para el éxito de la campaña en Afganistán. Por ello, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) continuará ayudando a Pakistán a eliminar los refugios seguros de los haqqani", afirma el texto.

A este respecto, culpa a las autoridades paquistaníes de permitir el fortalecimiento de los grupos talibanes asentados en su territorio. En concreto, critica la ineficacia de sus operaciones antiterroristas, con las que "aceptan pasivamente -y en algunos casos facilitan- la existencia de refugios para los insurgentes".

A ello suma la inoperancia del Gobierno afgano de Hamid Karzai, al que insta a "fortalecer la gobernanza" y "desarrollar iniciativas para consolidar los avances en seguridad", aunque el Ejecutivo afgano a duras penas controla la capital del país.

El informe recoge otros éxitos conseguidos por los occidentales, entre los que destacan los progresos en la formación de las fuerzas afganas en siete puntos del país, incluida la capital, donde vive el 25% de la población. Pero reconoce fallos en la permanente violencia en Afganistán.

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