Tras la alargada sombra de la Giralda y el esplendor del Real Alcázar, cuyo reconocimiento es mundial en virtud de la Unesco, se esconde otra Sevilla plagada de joyas a pequeña escala.Fuentes, monumentos y puentes que no tienen tanto renombre pero que salpican de siglos de historia las calles de la ciudad y es objetivo de las cámaras de los turistas. Un micropatrimonio que se ha deteriorado por el paso de los años, la falta de intervenciones y los actos vandálicos. Su penoso estado es tal que la Gerencia de Urbanismo se ha visto obligada a actuar en siete monumentos, para lo cual contará con 225.000 euros y un periodo de ejecución de tres-cuatro meses. A no ser que al intervenir se detecten problemas más graves, puntualizó ayer el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez.
La actuación se enmarca principalmente en enclaves del Centro y supone una continuación a una política de restauraciones que se inició con la estatua del Cid, cuyas obras se culminaron a final de 2012, o el templete de San Onofre, que terminó en mayo y que acometió Adif a petición del Consistorio hispalense. La segunda batida se centrará en siete estatuas y monumentos que estaban en la UCI, según el diagnóstico de los técnicos, y que, o bien no habían sido tratados antes o bien la última intervención de la que se tenía constancia era de finales de los 90.
El de más urgencia y el único en el que ya se ha empezado a trabajar es el resto de muralla almohade de la calle Goles. Vílchez justificó la emergencia en la existencia de un riesgo importante de desplome de este lienzo de 15 metros que data del siglo XII. Y eso sin contar otras patologías que serán subsanadas como la suciedad, la costra negra aparecida o la colonización por líquenes. A este se suma la consolidación de otro lienzo de muralla, el que se conserva en los Jardines de la Buhaira (siglo XVI) y que corría riesgo grave de desprendimientos.
Urbanismo, en cualquier caso, focalizará sus trabajos en el eje formado por el Parque María Luisa y su entorno. No en vano, se actuará en puntos del parque como la glorieta de Covadonga (1916 ), donde han aparecido grietas y fisuras en sus estatuas, a las que le faltan piezas, han sufrido desplazamientos, además de ser víctimas de pintadas. Similar deterioro aunque con restos de oxidación y biofilm sufre el conjunto arquitectónico de la fuente de la Glorieta de San Diego, junto al restaurante La Raza, que fue el arco de entrada de a la Exposición Iberoamericana de 1929.
También ahí se contempla la labor de restauración, al igual que en la Fuente de las Cuatro Estaciones, enclavada en el cruce entre las avenidas Menéndez Pelayo y Carlos V, cuyo desgaste viene motivado más por la polución generada por los vehículos que transitan por este cruce.
También comprendido en este paquete está el arreglo de las grietas de la estatua de AntonioSusillo a Miguel de Mañara (1902) en los Jardines de la Caridad, de los que ya se informó el día 1 que contarían con una nueva iluminación. De igual manera, se remozará el puente sobre el antiguo cauce del río Guadaíra, víctima de oxidación y de un abandono que se agrava también con la pérdida de materiales. Urbanismo repondrá las piezas que falten y dará una mano de pintura a esta construcción que, además de su historia (principios del siglo XX) sirve de complemento al parque de esta zona.
