"Es una situación que nos puso de manifiesto el día a día del despacho", explica Víctor Martínez, gerente de Patón y Asociados, el primer despacho especializado en maltrato a hombres de toda España, que ahora aterriza en Sevilla, con una delegación, en la avenida Menéndez Pelayo.
Patón y Asociados nació en Madrid hace 30 años, "con la ley del divorcio", de manos de su directora, Mercedes Patón, que observó una serie de "circunstancias nuevas que antes no se habían producido, como abusos para poder cobrar la pensión alimenticia" y "muchas denuncias falsas". Éstas son algunas de las formas de maltrato que enumera el gerente de este despacho, que asegura que el maltrato físico "no es tan extraño como pensamos". De hecho, "el 26,6% de las personas fallecidas por delitos en el ámbito doméstico en 2008 eran hombres", que murieron o a manos de su pareja o de algún familiar. Sevilla está entre las diez primeras provincias españolas con más casos de malos tratos a hombres, teniendo en cuenta sólo los delitos de violencia en el ámbito doméstico, con 758 casos en 2008.
Sin embargo, uno de los tipos de malos tratos más habitual es el psicológico, "pues muchos padres se ven privados de poder ver a sus hijos, lo que les lleva a la desesperación". Martínez recuerda varios casos de hombres que incluso tenían planes para acabar con la vida de sus mujeres. Por ello cree que la clave estaría en buscar "una verdadera igualdad" en el castigo, pues "lo importante es el hecho y el sufrimiento que genera, no el género de la víctima".
Martínez asegura que la Ley contra la Violencia de Género es "discriminatoria" porque, entre otros motivos, "no distingue los niveles de maltrato y presupone que el hombre es culpable, olvidando el principio de inocencia", asegura. Asimismo, explica que en teoría la Constitución no permite que haya leyes discriminatorias que atenten contra el derecho a la igualdad, pero esta ley "es un regate a la Constitución".
Para el letrado muchas mujeres están "aprovechándose" de la misma para denunciar a su ex pareja "y quedarse con la vivienda y los niños". Los hombres sufren un "auténtico calvario" hasta que logran demostrar que son inocentes, "cuando debía ser lo contrario", y son absueltos.
Investigaciones. En estos casos, según relata, muy pocas veces se inicia una investigación de oficio para averiguar si se trata o no de denuncia falsa, "sino que los jueces consideran que el acusado ha sido absuelto por falta de pruebas, de ahí que luego las estadísticas reflejen que el número de denuncias falsas es ínfimo". Es más, muchos hombres deciden no denunciar a sus ex parejas por falso testimonio "porque el proceso es muy largo, y la mayoría opta por cerrar el capítulo cuanto antes y no remover más el asunto".
Martínez también critica la falta de "sensibilidad" hacia los hombres que sufren malos tratos físicos. "Es un tema tabú y el que se atreve a denunciar cuando llega a la comisaría o al cuartel de la Guardia Civil se encuentra a un agente que le dice que no merece la pena denunciar, eso si no se ríen de él". Quizá por ello a su despacho la mayoría de los casos les llegan a través de una hermana o una amiga de la víctima, "son pocos los hombres que de primera se atreven a venir". En cuanto al perfil, "no está definido, afecta a todas las clases y a hombres desde los 25 a 40 años".
