Los atunes podrán seguir pasando por Chiclana sin riesgo de quedarse atrapados en las redes. El proyecto de instalar una quinta almadraba en esta localidad gaditana se ha desvanecido después de que el Gobierno haya fijado nuevos topes en la cifra de capturas.
Esta restricción es una medida adoptada por el Ministerio de Agricultura y Pesca que impedirá que se haga realidad un proyecto que pretendía crear 80 nuevos empleos en el maltrecho sector pesquero gaditano con una inversión de 2,2 millones de euros.
Estos nuevos límites que establece el Gobierno español, de acuerdo con la política de la Unión Europea de proteger de la sobreexplotación al atún rojo, suponen un varapalo para las expectativas del sector almadrabero de la provincia de Cádiz, del que dependen 370 familias.
Este colectivo apostó por la propagación de esta actividad que actualmente se desarrolla en cuatro almadrabas, que son las de Tarifa, Zahara, Barbate y Conil. Sin embargo, la empresa Pesquerías de Chiclana, que tenía la concesión para montar este conjunto de redes, ha renunciado a este proyecto en los próximos años mientras que se mantengan estas cuotas máximas de capturas.
Elevado umbral de beneficios. "Están muy limitadas y son escasísimas para las cuatro almadrabas existentes. Deja sin opción a la puesta en marcha de la quinta de la provincia", señaló Diego Crespo, el gerente de la asociación de productores del sector almadrabero de Cádiz. El tope que se establece en Andalucía y por tanto en Cádiz, donde se asienta este sector, es de 1.417 capturas en 2008, 1.360 en 2009 y 1.260 en 2010. Estas cifras están muy lejos de hacer rentable esta profesión porque este colectivo establece en 3.300 toneladas por campaña el umbral para obtener beneficios.
Pero su principal queja no es que la quinta almadraba caiga en saco roto sino el peligro que acecha a una de las cuatro existentes debido al escaso volumen de capturas permitido: "Estamos poniendo en riesgo a una de las ya existentes. Desaparecerá la que menos aguante tenga en los próximos años".
