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Agujeros en el reloj

La Policía ha empezado por lo importante, buscar el cuerpo, pero la nueva versión de Miguel es difícil de encajar en la coartada de su hermano: su exmujer asegura que estuvo con ella y con su hija viendo la tele.

el 16 abr 2013 / 23:45 h.

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“Le di el golpe, pero no me llevé el cuerpo de mi casa”, dijo Miguel Carcaño en el juicio del caso Marta, en octubre de 2011. Añadió que Samuel y El Cuco se llevaron el cadáver sin que su hermano supiese nada. La sentencia que lo condenó a 20 años –luego el Supremo lo elevaría a 21 y tres meses– asumía el grueso de esta declaración y valoraba la participación del resto de implicados en función del horario de este relato. Una labor compleja, al haber muchos implicados y diversos testimonios que apoyaban o ponían en riesgo sus coartadas. Ahora Miguel dice justo lo contrario. Mantiene que su hermano Javier Delgado mató a Marta, y ambos enterraron el cuerpo en La Rinconada. Ni Samuel y El Cuco participaron en la muerte ni el traslado. Sólo el entonces menor habría llegado al piso y visto el cuerpo de Marta, marchándose de inmediato. Y en este relato en el que Javier es protagonista, el cambio en la hora del crimen a las diez de la noche descuadra tanto las coartadas como los argumentos de la acusación. En el caso de Miguel, la sentencia analizaba profusamente su llegada al piso con Marta, sobre las 20 horas, y los lugares donde lo situaba el rastreo de su móvil hasta las 22.50, cuando llegó a Camas, porque era dudoso que hubiera tenido tiempo de deshacerse del cadáver. Sí cuadraba, en cambio, con su versión de que se lo llevaron sus amigos. El cambio de hora hace más difícil encajar el camino hasta La Rinconada entre las 22 y las 22.50 horas, cuando vuelve a Camas. Cierto es que la exnovia de Miguel, con la que vivía en Camas, aseguró en el juicio que él había vuelto a salir de la casa de madrugada, pero en esta séptima versión de los hechos Miguel no dice que regresara. francisco_javier_delgado_portadaEl caso de Javier es más contradictorio aún. En el juicio contó que se fue del piso poco después de que Miguel llegara con Marta, sobre las 20.40 horas según la sentencia. Fue a casa de su exmujer hasta las 23 horas. Y luego en su bar, y más tarde en otro, hasta las 4 de la madrugada. Miguel dice ahora que Javier mató a Marta a las 22 horas, cuando la exmujer de Javier afirma que éste estaba en su casa, cenando y viendo la tele con la hija que tienen en común. La novia de Javier, María García, sigue en cambio protegida por la coartada que dio desde el principio: que llegó al piso a medianoche y estuvo estudiando hasta las 2 de la madrugada, yéndose a dormir sin notar nada. El cambio de hora no altera esta versión. Samuel y el Cuco se ven liberados de culpa en este nuevo relato. El Cuco, condenado por la jurisdicción de Menores a tres años de internamiento por haber ayudadado a deshacerse del cuerpo, sólo habría visto lo ocurrido y se habría ido, una hipótesis que cuadra con una de las primeras versiones que dio a la Policía: que llegó, vio un cuerpo “envuelto en una manta” en el suelo y fue amenazado por Javier, yéndose sin ayudarlos. Fue él, eso sí, quien acusó al hermano de Miguel ante la Policía provocando su detención, aunque luego negase todo lo que había contado y en el juicio llegase a insistir en que le preguntasen a Miguel, y no a él, por los restos de la joven asesinada. Samuel fue el más contundente en el juicio: “Nunca estuve en el piso de León XIII esa noche, nunca”, insistió, asegurando desconocer dónde estaba el cuerpo de Marta. La actitud de Miguel con él, el cambio, fue la más dura: “Di dónde está Marta, ya que tú estás en la calle y yo estoy en prisión”, le espetó durante el careo que autorizó el juez en el juicio. Añadió que no habían localizado sus llamadas porque había apagado el móvil, “porque entonces tú eras más listo que yo”, le dijo. Pero ahora lo exculpa por completo, refrendando que nunca fue al piso, lo que deja fuera todo el análisis sobre las llamadas que El Cuco y Samuel se habrían hecho esa noche para acordar cómo deshacerse del cuerpo. El tramo de madrugada, mientras familiares y amigos de Marta la buscaban, logrando localizar a Javier y haciendo que Miguel volviese a su piso sobre las 5 antes de irse a trabajar, queda en segundo plano y Miguel asegura que fue al día siguiente cuando terminaron de ocultar el cadáver. La Policía ha empezado por lo más importante, que es buscar el cuerpo. Pero si aparece, habrá una segunda parte: ajustar los relojes de un crimen que no deja de reinventarse.

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