Por segunda vez desde que la abandonase, allá por el mes de septiembre, el Sevilla se dispone a asaltar la zona Champions. Para ello, necesita vencer esta noche al Valencia y esperar que Atlético y Racing, ambos con dos puntos más, no ganen mañana a Levante y Getafe, respectivamente.
Esta vez, el asalto al cuarto puesto llega con la lección aprendida. El desafortunado intento en Riazor, hace dos semanas, sirve para recordar que estar entre los mejores de la Liga exige rendir a un nivel alto. Frente al Dépor, el Sevilla apenas ofreció media hora de buen juego, y eso le costó una derrota dolorosa y no dormir en la zona Champions.
Entre el escaso acierto a la hora de hincar el diente al conjunto gallego y los errores defensivos -en definitiva, ese misterio llamado rendimiento lejos de casa-, el Sevilla dejó escapar la oportunidad. Ser uno de los cuatro primeros de la tabla es algo que no disfruta la afición desde que el equipo visitara el Camp Nou, el 22 de septiembre.
Ese día, llegó como segundo clasificado, pero cayó derrotado y comenzó a deambular por la clasificación. Llegó a ocupar el puesto 15o, el más bajo en mucho tiempo, aunque poco a poco ha ido enderezando el rumbo hasta llegar a la actual situación, fruto de su buen rendimiento, con Manolo Jiménez al frente, en la segunda vuelta del campeonato.
Pese a ello, el Sevilla no depende en estos momentos de sí mismo para lograr una plaza en la máxima competición continental. Atlético de Madrid y Racing le aventajan en dos puntos, por lo que para poder dormir esta noche en zona Champions habrá que ganar al Valencia; para poder dormir toda la semana en ella, habrá que ganar y esperar que tanto colchoneros como racinguistas no lo hagan mañana.
En cualquier caso, hablar de ganar al Valencia son palabras mayores, por mucho que su temporada esté siendo difícil, plagada de incidentes tanto deportivos como extradeportivos y que las expectativas creadas se hayan ido a pique. Dos partidos ganados de los quince últimos disputados es el desolador bagaje de este convulso Valencia que ha cambiado ya hasta de presidente.
Por eso, para el equipo de Ronald Koeman la de esta noche es una cita clave, ya que, con 36 puntos, el tren de la UEFA pasa por su puerta. Si al deseo de enmemdar la plana en estos días de Fallas se une la calidad de un plantel formado por jugadores realmente importantes, el Sevilla se encontrará con más de un problema.
Poulsen, que no fue titular el pasado fin de semana, y Escudé, recuperado de su lesión, se perfilan como las dos novedades del once de Jiménez. Ganar esta noche permitiría dormir provisionalmente en Champions y, sobre todo, presentar la candidatura a uno de los cuatro primeros puestos con más solidez que nunca. Dentro de una semana, el Atlético visitará Nervión, de ahí que estos seis puntos vaya a ser de oro.
La eliminación a manos del Fenerbahçe ya es historia y la Liga es lo único que importa ahora. No hay nada más. El equipo se va a jugar el ser o no ser en este tramo final sin el desgaste de los dos últimos años, y qué mejor que hacerlo recordando a todos que hay argumentos para soñar.
